martes, 1 de octubre de 2013

HOMENAJE DEL MÁLAGA A MANOLO GONZÁLEZ COINCIDIENDO CON LA VISITA DE OSASUNA (Cap. 6º)


JUGÓ EN EL MÁLAGA CEDIDO DE OSASUNA EN 1959


De pie: Américo, Barrena, González, Portalés, Borredá y Del Río
Agachados: Beascoechea, Pipi, Beato, Rius, Torres y Bernardi

El Málaga ha perdido a uno de sus "embajadores". Siempre que el equipo visitaba Pamplona, allí estaba él, pendiente de cualquier detalle y de que nada le faltara a la expedición. Manolo González ha fallecido en la ciudad en la que fijó su residencia desde que hace 60 años fichó por Osasuna.González era, sin duda, el malagueño más conocido en Pamplona. Presumía de su tierra y siempre veraneaba en la Costa del Sol hasta que hace pocos años comenzó una enfermedad que ya le impidió cruzar España de viaje. Su experiencia como jugador blanquiazul fue efímera. Se limita a la temporada 1959-60, cuando llegó cedido por la entidad navarra para intentar sacar al Málaga de Tercera y devolverlo a Segunda. El objetivo del equipo se cumplió, pero él intervino poco debido a una lesión que sólo le permitió jugar en la recta final. Era una espinita que tenía clavada y que siempre recordaba, aunque en aquella campaña contribuyó al gran ambiente que se vivió en un grupo del que formaban parte Américo, Lorenzo, Muñoz, Portalés, Borredá, Pipi o Bernardi.


Capitán indiscutible de Osasuna por bravura y clase
 MANOLO ERA UN PERFECTO ATLETA, DE GRAN CORPULENCIA, QUE CON SALVATIERRA Y EGAÑA
SE BASTABAN EN LA LÍNEA DEFENSIVA
Central corpulento, había llegado a Osasuna, en Primera, tras destacar en el conjunto del Escoriaza precisamente cuando el Málaga competía en Segunda y se planteaba su fichaje. Fue Osasuna el que se adelantó en su fichaje y se lo llevó para Pamplona.
Pero, una vez retirado, era imposible concebir una visita a Pamplona sin la presencia constante de Manolo González en el hotel de concentración. Era, sin duda, el embajador del conjunto en La Rosaleda en Pamplona. Un tipo encantador, muy listo, simpático, singular, entrañable, un malaguista de pro



FERNANDO NOS ESCRIBE DESDE INGLATERRA

 
Actualmente Fernando tiene 27 años y en unos días se va a doctorar en la Universidad de Cambridge en el área de física experimental, en particular en el desarrollo de nuevos componentes para microprocesadores de ordenador.
NIETO ADMIRADOR DE SU ABUELO

Vive en Inglaterra desde los 22 años, justo desde que viajó a tierras inglesas a terminar sus estudios de Física.

- Empecé en la Universidad de Zaragoza y terminé en la Universidad de Southampton, al sur de Inglaterra. Por lo tanto desde los 17 he estado fuera de casa.
Tan volcado en tus estudios de alto nivel, tan intelectual, ¿has estado de alguna manera metido en el mundillo del balón?


-  Siempre he estado involucrado con el fútbol. Cuando vivía en Pamplona me lo tomaba muy seriamente. Jugué en el Iruña, Pamplona y Multivera. Con el Pamplona ganamos la Liga Cadete Navarra de fútbol donde acabé ganando el “Trofeo Zamora” al portero menos goleado de la competición. Con la Multivera acabé jugando en Primera Regional. Una vez me fui a Zaragoza todo se volvió más complicado por los estudios y me dediqué a jugar las ligas inferiores: Santa Isabel en Zaragoza, Archers en Southampton y la liga universitaria de Cambridge, Hughes Hall.

- ¿Has oído que tu abuelo está considerado como el mejor central de la historia de Osasuna?


- Siempre he oído en casa que muy abuelo ha sido un gran central. Nunca lo oí de su boca ni de nadie de la familia, pero sí de los amigos y fans que le paraban por la calle o en El Molino. Siempre ha sido una persona muy querida pero a la vez muy humilde.

AQUELLA DURA DEFENSA DE LOS "MAU MAU"          
- Recordaré siempre lo que me comentaba un compañero tuyo sobre mi abuelo y los otros dos defensas que jugaban con él (Egaña y Salvatierra) en la línea defensiva de tres a  los que  llamaban los “Mau Mau” Y yo le preguntaba a qué se referían con eso de los “Mau Mau”, pues nunca había oído hablar de ellos. Tu compañero me lo aclaró así: "Pues, porque eran los defensas más duros de toda la Primera División, jugadores aguerridos y muy temidos dentro del terreno de juego".
También se me quedó grabada la frase de Di Stéfano diciendo “que Manolo González, mi abuelo, había sido el central que mejor le había marcado en toda su carrera”. Un honor incomparable. Imagínate que jugara en la actualidad y Messi dijera que mi abuelo era el mejor defensa.

NO PUDO DECIRLE ADIÓS AL ABUELO


-¿Sensaciones vividas en lo días postreros, ausencia obligada por las distancias?

- Las sensaciones en los últimos fechas fueron muy diversas y duras de llevar. Primeramente me gustaría decirte que yo me dirigía  a Pamplona con un viaje que había reservado hacía unos meses, sin conocimiento de lo que le iba a pasar a mi abuelo. Una semana antes de partir, mi padre me llamó y me dijo que el abuelo se moría. Su "super riñón" dejaba de funcionar y le quedaban solo días. Mi padre me dijo que no me preocupara que probablemente le vería, que me podría despedir, ya que sólo faltaba una semana..
Yo contaba con ello, con una última despedida. El sábado por la mañana cogí el vuelo Londres-Biarritz  para llegar a Pamplona. Me esperaban mi madre y mi hermano. Al no ver a mi padre esperándome en la sala de recogida supe lo que había pasado. Llegaba tarde, unas horas tarde y no me pude despedir. Lamentablemente no pude decirle adiós.


PARTICIPA EN EL FUNERAL CON ENTEREZA


- De todas formas me alegro mucho haber podido estar en su funeral y ayudar en la organización n todo lo que mi padre me dejó a que é se preocupó n gran medida porque todo saliera perfecto.
Un punto importante, que comentas: el funeral. El párroco me pidió que leyera un pasaje litúrgico. Me entró miedo. Sentía que era una gran responsabilidad. Yo estoy acostumbrado a dar charlas a audiencias de mas de 100 personas pero esto era otra cosa. Esto importaba mucho más y quería que el abuelo se sintiera orgulloso. Salí al stand y leí el texto. Intenté hacerlo con la potencia de voz que mi abuelo ostentaba, en su honor. Pero ya sabemos todos que los decibelios que el alcanzaba, no los alcanzaba mucha gente. Todo salió bien; me despedí de mi abuelo


 
                                                                                          (CONTINUARÁ)


 

 

 

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