sábado, 20 de julio de 2019

CARLOS GORRICHO, CON MÁS VIDAS QUE UN GATO



"Cantar en un coro puede ‘salvar’ a muchas personas”
“He nacido tres veces y no quiero sufrir más”

Representante de los más de 4.000 cantantes en coros navarros, fue un niño cantor en la escolanía desde los 6 años. Su vida la ha marcado un compás de tres por cuatro: las partituras, su oficio de carnicero, las enfermedades y los hospitales

Carlos Gorricho cuenta que ha nacido tres veces. Y lo hace con tanto entusiasmo que no deja indiferente a su interlocutor. Celebra su cumpleaños el 10 de agosto, el día que llegó al mundo en Vitoria hace casi 55 años; el 4 de octubre, cuando le trasplantaron el único riñón que limpia su sangre; y el 6 de abril, cuando se recuperó de un aneurisma cerebral (dilatación de una vena) que le mantuvo ‘muerto’ durante ocho días. “Después de tantas oportunidades que me ha dado la vida, no lo voy a pasar mal por tonterías. Quiero disfrutar y elegir a mis amigos, a los que puedo contar con los dedos de una mano”. Carlos Gorricho Otermin resume así los episodios más importantes del libro de su vida al otro lado del teléfono, desde la habitación de un hotel en Suances (Cantabria). Son las 11 de la mañana del 9 de julio, se interesa por las inundaciones que asolaron la Zona Media el día anterior (’¡vaya drama!’, se solidariza) y se alegra de haber “huido” de los Sanfermines. “Vente a la playa en cuanto puedas- anima- Aquí se está de maravilla”. Presidente de la Federación de Coros de Navarra desde 1992, un colectivo que representa a más de 4.000 adultos y niños, su vida se ha movido al ritmo de un compás de tres por cuatro. Y ha girado entre las partituras de las melodías que su voz de bajo ha cantado y dirigido; las pechugas de pollo y las ‘txistorras’ de las carnicerías en las que ha trabajado y del negocio de venta de jamones que impulsó con un socio; y la diálisis, las operaciones y la rehabilitación y el volver a empezar en los hospitales.
De su madre, Ana Mari Otermin, de Lerín, heredó su buen oído, su “maravillosa” voz y también una enfermedad genética del riñón, que a ella le arrebató la vida a los 60 años, tras dieciséis de diálisis. Esta herencia lleva el nombre de poliquistosis de riñón, una patología por la que crecen quistes de gran tamaño en estos órganos, que los inhabilitan y por la que a él tuvieron que extirpárselos. Alumno del padre José María Goicoechea, de la Escolanía de los niños cantores de Navarra (en el antiguo colegio de los Redentoristas, frente al desaparecido cine Carlos III de Pamplona), sigue transmitiendo sus enseñanzas a los diecinueve hombres y mujeres que integran el grupo vocal que ahora dirige, ‘Elkhos’ (sin ‘h’, herida en griego). Soltero y sin hijos (“nunca he querido tenerlos para no transmitirles mi enfermedad), le concedieron la ‘invalidez permanente’ hace seis años, cuando le trasplantaron el riñón en 2013 y ahora dedica toda su vida a los coros. “Al cantar siento una ilusión eterna, maravillosa... Y ser director es mi mayor sueño pero por ellos, los cantantes, que son la mayor pasión”.
Canta desde niño, ¿por tradición familiar?
Mi madre había vivido en Sevilla con unos tíos y aprendió a cantar y bailar. Lo hacía muy bien pero quería regresar a su pueblo con su familia. Mis padres eran los de Lerín y, recién casados, emigraron a la capital alavesa para trabajar: mi padre, en un taller mecánico y mi madre, limpiando casas. Y allí me llevaron a la Escolanía Samaniego. Mi padre murió a los 38 años en un accidente laboral, porque una máquina le reventó por dentro. Yo tenía 6 años y casi no me acuerdo de él. Solo me visualizo llevándoles las zapatillas cuando llegaba a casa. Recuerdo que eran de color verde pero no consigo ver su cara. ¡Qué curioso! ¿No? Cuando murió mi padre, regresamos a Pamplona pero yo no tenía plaza en ningún colegio y me quedé en Lerín con mi tía María. Suerte que mi madre habló con el padre (José María) Goichoechea, de la escolanía de los Redentoristas, y él la animó a que me llevara a hacer una prueba. Y me puse a cantar ‘Con flores aaaaaa María’ (la entona y se ríe). Me cogieron y empecé las clases en ese colegio (ya desaparecido y que luego se trasladó al colegio público de San Jorge y más adelante al de la calle Compasión, en el Casco Viejo) y a cantar en la escolanía.
Como en la película ‘Los chicos del coro’ pero sin internado.
(Se ríe). Allí estuve cantando hasta los 17 años. Al principio, éramos solo niños. Pero los últimos tres ya vinieron algunas chicas (Merche Bretos, Cristina Sevillano, Raquel Andueza...), que luego han sido muy buenas. Cantábamos todos los sábados y domingos en las misas de ocho y nueve de la noche. En los ‘intermedios’ nos íbamos a jugar al patio.
Usted compaginó ese aprendizaje con estudios reglados en el conservatorio Pablo Sarasate.
Sí, estudié solfeo, armonía, piano, historia de la música, estética y canto (con grandes profesoras como Paloma Pérez Íñigo o Mari Carmen Arbizu). A los 17 años, cuando dejé la escolanía, fundé mi primer coro, ‘Aizaga’, del que fui director. Y en 2004, ‘Elkhos’, el que dirijo ahora. También he ayudado a otros coros, como uno de enfermeras en el hospital.

‘Vida, energía y pasión’

¿Qué siente cantando?
Una ilusión eterna, maravillosa... Y ser director es la mayor ilusión. Pero no por mí sino por ellos. A veces me retiro y les dejo cantar sin mí, sin su director. Yo lo puedo estropear y ellos son la pasión
¿Cómo definiría los sentimientos que le provoca la música?
Para mí, es l a vida. Pero sobre todo, la energía, la pasión, el dolor, el enfadó. En definitiva, lo es todo.
¡Con razón lleva casi treinta años (desde 1992) al frente de la Federación de Coros de Navarra!
¡Pero siempre como voluntario! Es un colectivo sin ánimo de lucro y nunca hemos cobrado ni un duro. La federación integra a 72 coros navarros (la mayoría, aunque algunos no quieren sumarse): 3.800 adultos y 500 niños.
Unos cantantes son grandes profesionales y otros, aficionados, que lo hacen para divertirse.
¡Pero para mí son todos iguales por la labor social que desempeñan! Entre los cantantes hay maestros, médicos, parados, jubilados... ¡A mucha gente, cantar en un coro le ha ‘salvado’ la vida! Yo suelo ir mucho a los conciertos y siempre hay personas que me dicen: ‘¿Te acuerdas que hace un año me quedé viuda?’ ¡Pues aquí me lo estoy pasando muy bien!’ Además de cantar, se organizan viajes, conciertos, cenas...
Dentro de esa labor social, usted ha impulsado el ‘Ciclo Coral Internacional’ en Navarra, que este año cumple sus bodas de plata.
Fue una iniciativa mía con el apoyo de quien era entonces el director general de Cultura del Gobierno de Navarra, Tomás Yerro (catedrático de Lengua y Literatura y último premio Príncipe de Viana de la Cultura). Desde entonces, hemos traído coros de todo el mundo a muchos pueblos de Navarra. Y este año, por el veinticinco aniversario, vamos a hacer algo muy especial...
¿Se puede adelantar el secreto?
¡Sí! Quiero organizar un concierto con un coro de Indonesia en Lerín, el pueblo de mis padres y el Tomás Yerro. ¡Y él será el homenajeado! Me consta que lo está pasando muy mal por su enfermedad (leucemia). Y, como yo también he sufrido mucho por la salud, se lo quiero ofrecer. ¡Se lo merece! (En el ciclo participarán 32 coros y actuarán en varias localidades entre el 24 de octubre y el 3 de noviembre).
¿Cuál son sus compositores favoritos? ¿Y su estilo preferido?
Me gustan todos. Unos más que otros pero, sobre todo, los compositores que me han ofrecido obras para estrenos, para mí y mi coro. Son ‘musicazos’ que me conocen y me aportan obras que serán estrenos mundiales para mi coro. Esa es mi vida: mi ilusión y mi amistad con ellos. Gente que me quiere y respeta. Esa gente es de España, Cuba, Venezuela, Francia, Argentina... La última dedicada fue la de Electo Silva, el padre de la música cubana que murió hace dos años y ya nadie se acuerda de él. A su hijo le pedí el poema y la música de Beatriz Corona, amiga mía y una de las mejores compositoras de Cuba. ¡Esa dedicatoria para mí es mi vida!
Tras sufrir el aneurisma cerebral el año pasado, perdió el habla durante un tiempo. ¿Pensó que no iba a volver a cantar?
Yo tenía voz y creía que hablaba bien (se ríe). ¡Pero la gente no me entendía nada! Cuando me llevaron al logopeda, tuve que volver a empezar a hablar y a decir ‘hola’ y ‘adiós’. Nunca pensé que no iba a cantar porque yo creía que hablaba bien. Menos mal que luego recuperé el habla. Ahora solo me fallan algunas palabras.
¿Y cómo es su vida cotidiana? ¿Echa de menos el trabajo?
Terminé COU en Irubide (el IES Padre Moret, en la Chantrea) y mi madre me dijo que no había dinero para ir a la universidad. Pero no me importó. Tenía unos primos de Lerín con carnicería. Yo les ayudaba en los verano de estudiante, aprendí el oficio y a los 18 años, empecé a trabajar con ellos, en la empresa Larrasoaña. Entre semana, trabajaba en la fábrica (en Echavacoiz) y los fines de semana, como me decían que se me daba bien estar de cara al público, en las carnicerías, como la de San Juan (enfrente de la parroquia de la Asunción), la de la calle Mayor... Más adelante, con un socio (José María Irurzun,) fundamos una empresa y vendíamos jamones a supermercados. ¿Que si lo echo de menos? Ahora estoy dedicándome totalmente a la federación. Pero me gustaría ponerme a estudiar a distancia o en la universidad de mayores...
¿Usted canta en la ducha?
(Risas). ¡Tres veces al día! Es que soy muy limpio, je, je...
Corría el verano de 2012 y Carlos Gorricho empezó a encontrarse mal. La tensión alta le alertó de que estaba empezando a desarrollar los mismo síntomas de su madre (fallecida a los 60 años hace ahora dos décadas), su hermano y algunos de sus primos y sus hijos. “Sabía que me iba a tocar”, cuenta refiriéndose a la poliquistosis de riñón, enfermedad de origen genético, con epicentro en su familia materna. “El 3 de agosto de ese año, empecé la diálisis y el 8 me quitaron el primer riñón, que pesaba 8,3 kilos”. Y sigue narrando un relato salpicado de cifras y fechas, claves en su vida.
¿Cómo fue vivir con diálisis? (tratamiento médico que consiste en eliminar de forma artificial las sustancias tóxicas de la sangre por una insuficiencia renal)
Es una esclavitud. Al principio, iba tres días por semana al hospital y luego pedí hacérmela por la noche en casa. Uno de esos días, el 4 de octubre de 2013, a las dos de la mañana, recibí una llamada en el teléfono fijo de mi casa. Antes habían llamado al móvil pero no lo escuché. Eran médicos de la Clínica Universidad de Navarra (CUN): había un riñón para mí. ‘¿En serio?’, les pregunté. ‘Sí, sí, venga a hora mismo’. Así que me desconecté de la máquina, me duché y fui a la clínica. Había dos riñones y cuatro posibles receptores (dos para cada uno). Durante seis horas nos hicieron pruebas a todos y ¡tuve mucha suerte porque fui seleccionado! Otros se tuvieron que volver a sus casas... Lo pasé muy mal por la incertidumbre pero todo salió genial y a los quince días me dieron el alta.
¿Y la vida tras el trasplante?
¡Una maravilla! ¡Volví a vivir! A los seis meses de la intervención, el 24 de marzo de 2014, me volvieron a ingresar para quitarme el otro riñón, que también pesaba mucho. Así que ahora vivo solo con un riñón, el de una mujer de 62 años. Habitualmente no se suele saber nada de la identidad del donante pero, creo que por error, figuraba en mi informe...
Así que otra vez la vida normal.
Bueno, tras el trasplante me dieron la incapacidad absoluta a los 49 años. Desde entonces me dedicó por completo a la federación y a los coros. Como no podía ser de otra manera, defiendo la donación. ¿Para qué sirven los órganos una vez muerto?
Todo discurrió con normalidad hasta que la muerte, otra vez, se interpuso en su camino.
El 9 de febrero de 2018, estaba tranquilamente en mi casa (en Orvina). Me duché pero me senté en el sofá porque me sentí mareado. Llamé a una amiga para que me enviaran una ambulancia “de las buenas” (se ríe) porque yo veía que era algo grave. Recuerdo que llegaron los sanitarios y cuando me estaban poniendo las piernas en la camilla, me quedé “muerto”. Había sufrido un aneurisma cerebral (dilatación de una vena o arteria en el cerebro) y durante ocho días no me desperté.
¿Qué recuerda de esos días?
Ya sé que suena muy raro pero hablé con mi madre y con mi abuela, que llevaban muertas muchos años; y con el padre de una amiga. Hablé con ellos como si estuviera tranquilamente sentado en la cama. Me contaron cosas que iba a suceder a personas cercanas... Y así ha sido. Me doy cuenta de que yo tengo un sexto sentido y percibo sensaciones.
Tras el aneurisma, dice, volvió a nacer. ¿Le quedaron secuelas?
Tuve que hacer fisioterapia en Ubarmin porque al principio no podía mover el brazo y la pierna derecha y fui al logopeda porque había perdido el habla. Pero ahora, salvo porque se me olvidan palabras, estoy muy bien. Volví a vivir gracias a una amiga.
¿Qué ha aprendido de todo esto?
Que después de nacer tres veces, no quiero sufrir y he optado por no pasarlo mal en la vida.
Carlos Gorricho Otermin, de padres de Lerín, nació en Vitoria el 10 de agosto de 1964. Huérfano de padre a los 6 años, regresó entonces a Pamplona con su madre y su hermano y comenzó a estudiar en el colegio de los Redentoristas y a cantar en la Escolanía de Niños Cantores de Navarra. Con 20 años, fundó el Coro de Cámara Aizaga y desde 1992 dirige la Federación de Coros de Navarra de manera voluntaria. Titulado por el Conservatorio Pablo Sarasate, dirige ahora otro coro (’Elkhos’, que impulsó en 2004). Fue carnicero y tuvo un negocio de jamones hasta 2013, cuando un trasplante de riñón le ‘regaló’ la incapacidad absoluta a los 49 años.

SUS FRASES

“Mi madre era de Lerín pero vivió en Sevilla donde aprendió a cantar y bailar. El oído y el amor por la música lo he heredado de ella”
“Al cantar y al dirigir un coro siento una ilusión eterna y maravillosa. Es mi vida, mi energía”
“Para mí, todos los coros son iguales y tienen una gran labor social. Cantan médicos, parados, jubilados... Les sirve para hacer amigos y divertirse”

(Entrevista de Sonsoles Echavarren para Diario de Navarra)

RAÚL GARCÍA, EL MEJOR FICHAJE DEL ATHLETIC EN LA ERA MODERNA, RENUEVA HASTA 2021



Raúl García es el mejor fichaje que ha realizado el Athletic en la era moderna. Su instinto ganador y capacidad de liderazgo han caído como agua de mayo en San Mamés, "Ya podíamos tener once Raúles", se suele escuchar en La Catedral atendiendo al carácter indomable del navarro. Fichó en 2015 por tres años, viendo que iba perdiendo protagonismo con el Cholo en el Atleti, y en 2018 se ejecutó la renovación automática que tenía, para quedar vinculado hasta 2020. Ahora ambas partes se ven muy cómodas y la negociación ha sido rápida, para prolongar el matrimonio hasta 2021. Frente a los 40 millones de cláusula que tenía, un blindaje corto en los tiempos que corren pero suficiente con un tipo de palabra, en este nuevo vínculo se quita la posible rescisión anticipada.
De esta forma, la directiva de Elizegi retoma la idea de suprimir las cláusulas de rescisión, una tendencia que puso en liza su antecesor Urrutia en sus últimos años de gestión (Muniain, De Marcos y Balenziaga). Recientemente a Yeray se le ha puesto una de 70 millones y también se colocaron a los fichajes de enero, Kodro e Ibai. Raúl García comparecerá en rueda de prensa mañana a las 12:00 horas en San Mamés. 
Raúl acaba de cumplir 33, está en plena madurez, y cuando concluya este nuevo contrato estará en puertas de los 35. Por físico le queda cuerda suficiente. El gladiador ha cubierto 169 partidos en cuatro temporadas como león, con la estimable cifra de 48 goles. Ha sido indiscutible para Valverde, Ziganda, Berizzo y Garitano. Ahora mismo pugna en la posición de mediapunta con Muniáin. Hoy en el amistoso ante el Arenas ha metido un gol de bandera, con robo, amago y definición picadita. 

jueves, 18 de julio de 2019

EL LESIONADO BARJA SE DIRIGE A LOS AFICIONADOS ROJILLOS


Después de la grave lesión que sufrió en su rodilla izquierda, el rojillo Kike Barjase dirigió el miércoles a los aficionados rojillos a través de su cuenta de Instragram, en la que relata cuál es su situación con la imagen que acompaña a esta información.

“Uno con 22 años cree que lo sabe todo, pero te das cuenta que no tienes absolutamente ni idea de nada. Uno siempre piensa que hay cosas que es imposible que le pasen, pero te pasan. Eso pasa porque nadie nos prepara para los peores obstáculos.

Molaría decir miles de cosas positivas y palabras vacías , pero la realidad es que hoy no puedo estar más triste, más jodido. ¿Como no lo voy a estar? He llorado mucho y muy a gusto... aunque espero que lo suficiente??.

Es un contratiempo brutal, o no. Quiero aprender, trabajar, recuperarme, sufrir, disfrutar, llorar y sobre todo volver a sonreír, con lo que me gusta ??. Sobre todo quiero que me sirva, no para volver mejor, que también, sino para madurar, valorar, entender, sentir que es un reto, una oportunidad para ser mejor. Voy a intentar disfrutar de este camino que empieza YA, aunque intuyo que habrá momentos duros y otros que me llenen de ilusión.

Hoy también he sentido un cariño por parte de la gente que me importa que también me hace llorar, pero de emoción.

Tengo que agradecer a todo el mundo los tantísimos mensajes y palabras de apoyo. Tengo que agradecer a mis compañeros que me están haciendo sentir el niño mimado, a mis grandes amigos y sobre todo a mi familia. Intento ser buena persona y humilde, algo que, hoy después de todo ese cariño, he sentido que me acerco, con mis defectos y contradicciones claro ??.

Para acabar, tengo claro que no puedo ni podré reprocharme nada porque considero que soy trabajador y perseverante. Y también que, por mucha tristeza que sienta ahora, me voy a dejar la vida y el alma por lo que más quiero ⚽️, y por la gente que me está empujando. ¡Solo entiendo vivir así!”

¡NOS VOLVEREMOS A VER... CUANDO SALGAMOS DEL TÚNEL!

INTERESANTE ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE XABIER ARMENDÁRIZ SOBRE EL CANTO CORAL EN NAVARRA

Xabier Armendáriz, crítico musical de Diario de Navarra
La amistad, el apoyo familiar y el gusto por la música son los pilares sobre los que se asienta la actividad coral en Navarra. Son también los valores que han hecho crecer y afianzarse el movimiento coral hasta el punto de que, en la actualidad, Navarra es la segunda comunidad en número de coros inscritos en una federación por habitante, sólo superada por el País Vasco. Así se desprende del estudio realizado por Xabier Armendariz Arraiza (Pamplona, 1988), musicólogo y crítico de música clásica en Diario de Navarra, que también alerta de una necesaria formación entre niños y jóvenes para asegurar el relevo generacional ya que la media de edad de los coralistas ronda entre los 54 y los 64 años. La capacidad integradora de la música y de la práctica coral, que es capaz de reunir a personas de distintas edadesorígenesopiniones y sensibilidades, es otro de los datos destacados en 'El movimiento coral en Navarra en la actualidad: Un estudio sociológico y demográfico', estudio que Xabier Armendáriz defendió como trabajo fin de máster de Musicología Aplicada en la Universidad de la Riojay que fue calificado por el tribunal con un nueve.
¿Qué tipo de cantantes forman parte de los coros en Navarra?, ¿por qué entraron a un coro?, ¿por qué continúan?, ¿qué motivos o razones les haría abandonar un grupo coral?, ¿qué tipos vocales se encuentran más fácil?, ¿cuáles son las perspectivas futuras?... Estas y otras preguntas similares se las repetía una y otra vez Xabier Armendáriz hasta que decidió centrar su trabajo fin de máster en el movimiento coral y, de esta manera, obtener respuestas. Con esta decisión inició una investigación que se ha prolongado durante nueve meses y que partió de la necesidad de realizar una muestra lo más representativa posible. “He intentado elegir coros con distintos perfiles para abarcar la diversidad. Hay que tener en cuenta que existen distintas procedenciasedadesmotivacionesrepertorios y quería una representación variada”, explica.



COROS DE LA FEDERACIÓN
Xabier Armendáriz se puso en contacto con la Federación de Coros de Navarra, que agrupa 70 coros navarros, y, a partir de ahí, comenzó a trabajar. Elaboró unos cuestionarios para cantantes y otros diferentes para directores de coros. Y decidió que la mayor parte de los grupos incluidos en la muestra debían pertenecer a la federación, que quedaban excluidos los coros infantiles y juveniles, y que los seleccionados debían ser representativos de toda la geografía navarra, además de distintos repertorios.
El trabajo se realizó sobre las encuestas realizadas a 440 personas pertenecientes a 19 corales, además de los cuestionarios remitidos a 21 directores de coros, si bien la mayor parte de las corales pertenecen a Pamplona y comarca “porque es donde más coros hay”. Xabier Armendáriz señala que transmitió a los encuestados los mismos interrogantes que le surgían a él sobre la práctica coral en Navarra. En el caso de los cantantes, las encuestas fueron cerradas, con varias opciones a cada pregunta. Por el contrario, los directores contaron con un cuestionario más abierto, en el que podían aportar más opiniones.
Los coros pertenecientes a la federación que han participado en el estudio son Orfeón PamplonésCoral de Cámara de PamplonaCapilla de Música de la CatedralSchola Gregoriana GaudeamusCoral San Andrés de VillavaCoral BarañainCoro Elkarrekin de BerriozarCoral Erkudengo Ama de AlsasuaCoro Mendi Abesbatza de Doneztebe-Santesteban, además del Coro Fernando Remacha de TudelaCoral Cais Cantum de CascanteTubala Uxoa de TafallaCoral OlitenseCoral Nora de SangüesaCoral San Miguel de Aoiz y la Coral Camino de Santiago de Ayegui. A ella se suman dos excepciones, dos grupos pertenecientes a la Coral de Cámara de Navarra con repertorios muy específicos. No son otros que la Capilla Renacentista 'Michael Navarrus' y Jazzy Leap, una formación de jazz vocal.


MÚSICA Y LAZOS DE AMISTAD
Tras nueve meses de intenso trabajo, Xabier Armendáriz llegó a a unas conclusiones que, sin parecerle extrañas, le pudieron sorprender. Al menos, dos de ellas. Una hace referencia a la razón por la que los coralistas deciden continuar en el grupo y que tiene que ver con mantener la amistad con el resto de los miembros. La otra, la afición a la música de la que dejaron constacia el 28% de los encuestados al escribir “me gusta cantar”, a pesar de que dicha pregunta no constaba en el cuestionario. “No la puse porque me parecía una respuesta demasiado obvia, pero está claro que a ellos les pareció importante. Al no estar como opción, lo escribieron en el apartado “otros”, incluso en los márgenes de los folios”.
El estudio refleja que la práctica coral en Navarra goza de buena salud, ya que los miembros de los grupos corales son cantantes experimentados, que se iniciaron jóvenes en un coro, que acumulan experiencia y que no tienen intención de abandonar la actividad al encontrase motivados. La media de edad de los coralistas se sitúa entre los 45 y los 64 años, de los que el 68% cuentan con más de diez años de práctica coral. Respecto a los motivos que les impulsaron a fomar parte de un coro, además del gusto por la música, también destaca el repertorio, la disciplina de los ensayos y el contacto previo con otras personas de la coral.


Xavier Armendáriz también ahondó en las razones por las que una persona decide continuar en una coral, así como los motivos que le pueden llevar a abandonar. Y ahí es donde encontró “datos reveladores y curiosos, en los que cantantes y directores se ponen de acuerdo” ya que afectan más a factores personales y sociales que musicales. El vínculo de amistad con el resto de miembros del coro es uno de los argumentos prioritarios para permanecer en una coral, mientras que la posible existencia de un mal ambiente en el coro sería razón más que suficiente para abandonar, a las que se suman motivos de salud e incompatibilidad horaria. “Si se reflexiona sobre la respuesta del mal ambiente y los lazos de amistad, la conclusión es preciosa. Cantar es un proceso integrador, con fuertes vínculos sociales y personales”.
El contexto familiar es otro de los elementos destacados en el estudio, tanto en la formación de cantantes como en la participación en un coro. Así lo destacaron el 60% de los encuestados. “Muchos vienen de familias con tradición coral, pues lo han visto en su casa, incluso han cantado ellos de niños. Y para mantenerse en un coro, el apoyo de la familia es fundamental, sobre todo, por las horas de ensayos y actuaciones”.


LA FORMACIÓN
Desde que en octubre del año pasado comenzó a pensar en el trabajo fin de grado, Xabier Armendáriz ha dedicado cerca de diez meses a una investigación que le ha dejado “muy satisfecho”. Ciego desde que era un bebé, su falta de visión no le impide estudiar, investigar y estar presente en todo evento musical de relevancia que se celebre en Pamplona. Además de su tesón, cuenta con el apoyo de su madre que, en este trabajo, le ha leído cada una de las encuestas escritas a tinta para que su hijo las guardara en el ordenador. Armendáriz también agradece las facilidades ofrecidas todos estos años por la ONCE, de la que es consejero territorial desde febrero,en la adaptación de los materiales.
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la UPNA (2012), la música siempre ha estado presente en su vida. Posee los títulos de Grado Superior de Piano (2013) y Grado Superior de Musicología (2015), es crítico de música clásica de Diario de Navarra ( 2012) y profesor de la Escuela de Música Joaquín Maya (2015). Y para su trabajo fin de máster eligió el movimiento coral en Navarra por ser un tema poco explorado. “Una infraestructura como la que hay en Navarra no se va a romper de la noche a la mañana, pero hay que trabajar por ella. Es una red y una tradición. Hay que apoyar a la federación y a todas las organizaciones que hacen posible este movimiento coral. Es preciso incidir en la formación del ser humano, que no se oriente unicamente al mundo laboral, pues otros aspectos también son importantes. Esta falta de apoyos supone una pérdida de cohesión social y de patrimonio cultural”. (DN)

miércoles, 17 de julio de 2019

"EL BOTI" SE RECUPERA DE UN FUERTE TRAUMATISMO CRANEAL EN SU DOMICILIO


LA ESTRELLA DE SANTO DOMINGO


"El Boti" es ese corredor del encierro calvo y bajito de la cuesta de Santo Domingo, que se cuela entre los policías municipales, como si tuviera bula,  todos los días de San Fermín desde hace más de 40 años. De sobrenombre o mote "El Boti", cuando el boticario -me comentó ayer- es su hermano y él empieza a llamarse Javier, aclarada la confusión , soportada durante tantos años...Lo cierto es que Javier se morirá con"El Boti" pues la aclaración  llega tarde y ya no tiene remedio, ya que es reconocido y saludado por la calle como una estrella.


SU OPINIÓN DE JULEN MADINA

Javier Muñoz, "El Boti": “Julen ha sido un maestro como corredor y una persona ejemplar”. Boti decía que ya a mediados de los 70 “empezó a sonar el nombre de Julen. Entonces ya era uno de los corredores emblemáticos. Ha sido un icono en todos los sentidos. Un profesor del encierro”. Boti creció en el encierro con los consejos de Julen, siempre atento y dispuesto para echar una mano, “como un hermano” para él. “Estas personas no se tienen que ir así. Se tenía que haber ido con 90 años, porque nos tenía que enseñar muchas cosas más”, comentaba afectado.


Uno de los corredores más míticos ha sido el herido más grave de este segundo encierro. Javier Muñoz, 'El 'Boti', habitual corredor de la cuesta de Santo Domingo, ha sido pisoteado por la manada de Cebada Gago y, en especial, por un cabestro que abría el grupo y le ha pisado en la cabeza.
El pamplonés de 61 años ha sido evacuado al Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) con policontusiones, entre ellas un traumatismo craneal, y se encuentra ingresado en observación con un pronóstico menos grave.
Los servicios médicos han informado que sufre un traumatismo craneoencefálico con fractura se extiende desde el hueso frontal derecho y desciende a través del temporal hasta el esfenoides. De igual manera se ha destacado que tiene un pequeño fragmento de 9 mm levemente desplazado hacia el interior del cráneo y otro pequeño fragmento discretamente desplazado a exterior.
Además, sufre un fractura del arco cigomático derecho, no desplazada.


La dureza de las imágenes ha sido reflejada inmediatamente por sus compañeros corredores, quienes le han socorrido junto con los servicios de emergencias. Los propios mozos han creado un cordón con sus cuerpos para que 'El Boti' pudiese ser atendido en el suelo mientras pasaban los mansos de cola. Igualmente, ha recibido el cariño cuando ha salido llevado en camilla hasta la ambulancia, siendo saludado por muchos y aplaudido por los presentes.
'El Boti' cumple 47 años corriendo de manera ininterrumpida, desde el 72. Casi medio siglo de emoción, adrenalina y carreras que este lunes han dado con uno de sus momentos más duros. 
Precisamente, el año pasado, 'El Boti' contaba uno de los accidentes más graves que ha tenido. El 7 de julio de 2006, la manada le pasó también por encima: "Estuve tres meses de baja, la pierna me la destrozaron, se me rompió, me quitó todos los nervios, me arrancó todo, me dejó los huesos al aire", recordaba de ese momento.
El comienzo de las mañanas del 7 al 14 de julio, la cuesta de Santo Domingo es el lugar de Javier Muñoz, 'El Boti'. Este pamplonés de pura cepa siente y vibra por esa espera, esos cánticos, esa hermandad entre corredores y esos metros de carrera.
"Yo nací con esta ambición, con esta ilusión, yo ni bebo, ni fumo... Me dedico en cuerpo y alma al encierro porque me da la satisfacción de poder seguir adelante. Esto me da vida, para mí es un momento único", explica este pamplonés de 60 años, de los cuales los últimos 46 (excepto en 1978) ha corrido los encierros.
"Empecé corriendo en el año 72 en Estafeta, pero cuando cambiaron el horario se empezó a masificar. He corrido en todos los tramos, pero donde más disfruto y donde mejor me lo paso es donde ahora corro, abajo del todo (Santo Domingo)", destaca 'El Boti'. 


Sobre este tramo, 'El Boti' explica por qué tiene predilección por él: "Me gusta como sube el toro, son 20 o 30 metros explosivos, son carreras muy bonitas. Tengo recuerdos fenomenales, es muy diferente al resto de sitios, la carrera es más corta pero para mí como Sano Domingo no lo cambiaría por nada". 
Además, en Santo Domingo 'El Boti' tiene algo único: una "familia". "Es un sitio donde tienes una familia, somos una auténtica familia porque prácticamente corremos siempre los mismos", asegura.
"Nos felicitamos el año el día 7 de julio porque durante el año perdemos el contacto y no nos vemos. Cuando vas a la capilla a la bendición, el ambiente, el abrazo de cualquiera que te conoce de la cuesta te abraza de verdad, como si fueses un amigo de verdad, ese sentimiento es único", añade. 
"El sentimiento, la pureza, lo sano que es todo en el tramo de Santo Domingo", sentencia El Boti.

"SALIR VIVO ES UNA LOTERÍA"
Además de toda la emoción, todos los sentimientos y toda la hermandad, El Boti es todo un experto en los encierros. Por ello, sabe y remarca que "salir vivo de ahí es una lotería". "Pero salir y abrazarte cuando ha ido todo bien...jode esoes muy bonito", destaca.
"En Pamplona todo el mundo quiere hacer buenas carreras, pero esto es pasajero y un día sale bien y otro día menos bien", explica el corredor pamplonés para resaltar de nuevo "el momento de estar ahí, los cánticos, el abrazo del amigo, suerte, de sentir, de acabar la carrera y abrazarte".
"El encierro viene solo, si empiezas a pensar 'hoy voy a hacer esto porque ayer no hice nada y me caí...' No, no, no, tienes que pensar que esto es así y todo lo que tiene que venir, viene solo. Todo tiene que venir por su propio pie, va a venir solo, y más en este tramo que vas a encontrar algo que no te gusta", señala El Boti. 
Por ello, el corredor explica que "hay que vivir con la ilusión, pero nadie te paga por hacerlo bien. Es una cosa por afición y si te pones delante de un toro no te puedes exigir hacer algo para lo que no estás capacitado ni preparado porque un toro te mata". 
Este sábado le ha tocado vivir uno de los días no tan bueno. "Los toros han salido medio tapados, luego se han abierto, con el suelo medio mojado, los toros se han caído, había masificación,...el encierro ha sido raro, rápido, los cabestros tapaban a los toros y embestían, mucha gente por los suelos", analiza El Boti.
"Ha sido un encierro de nervio, de tensión, de miedo, porque ha habido un momento en que el toro se daba la vuelta y se quedaba mirando las aceras. No sabes cómo reaccionar en ese momento, luego ves uno va por el aire y ves que es tu amigo... Es complicado", añade sobre la situación vivida este sábado en el encierro de la ganadería Puerto de San Lorenzo.
"He vivido tantas cosas, por desgracia, muy fuertes y graves, pero sí que ha habido un momento de miedo porque ha sido todo muy rápido, muy confuso. Y luego ves a un amigo en el suelo con una cornada", explica el pamplonés que ha podido saber que su amigo está fuera de peligro. 

"ME QUITÓ LOS NERVIOS Y ME DEJÓ LOS HUESOS AL AIRE"
En sus 46 años corriendo encierros, El Boti ha vivido todo tipo de situaciones "de ver lo que ha pasado y, después de que se lo lleve la camilla, quedarte cabizabajo y romper a llorar".
Como dice también le ha tocado en su propias carnes vivir el dolor y las heridas, peses a que nunca le han corneado. Una de estas situaciones la tiene grabada en la mente. Siete de julio de 2006. En ese encierro la manada le pasó por encima. "Estuve tres meses de baja, la pierna me la destrozaron, se me rompió, me quitó todos los nervios, me arrancó todo, me dejó los huesos al aire", recuerda. 
Pese a estos peligros, ese gusto, esa pasión por el encierro no desaparece. "Yo tengo respeto al toro, pero cuando echan el cohete y abren la puerta del corral tengo una satisfacción de ver subir al toro. Es algo que no puedo ni explicar, es único, me da la vida", señala. 
"Yo tengo pánico, pero en el momento en que se abren las puertas para mí en ese momento mejor estar solo, no conozco a la gente, no tengo ningún problema con nadie, subo en carrera limpia, no tengo ningún tropiezo, voy solamente a lo mío, centrado, buscar lo que quiero y hacer lo que yo sé: correr, disfrutar y lo que salga", detalla.
"HA SIDO EL AÑO MÁS EMOTIVO"
Sin embargo, para El Boti no todo son los toros. Los encierros van más allá. Los encierros tienen un carácter espiritual
"Soy muy devoto de San Fermín y cuando entro a la iglesia para el momento de la bendición para mí un sentimiento íntimo, bonito. Salgo liberado, despejado de la cabeza, salgo con una sensación de que no me va a pasar nada, salgo como en una nube, voy tan a gusto, tan bendecido hablando claramente", comenta el pamplonés sobre la tradicional bendición que reciben los mozos en la parroquia de San Lorenzo cada 7 de julio antes de comenzar la carrera.
Precisamente, la bendición de este sábado, al ser año jubilar, le ha dado un carácter aún más especial. El Boti reconoce que sigue a San Fermín durante todo el año y la tradición que tiene de llevar ocho rosas a la bendición: "Compró cuatro rosas rojas y cuatro blancas, cada una simboliza un encierro".
"Estar con ese silencio, no se respiraba más que sensaciones positivas, todo el mundo pidiendo, las caras, los gestos, la familia estamos todos juntos. Luego la bendición, con el año jubilar, llevar las flores, dedicar las palabras a todos los corredores que las tengo grabadas... Para mí ha sido todo muy bonito, ha sido el año más emotivo, más bonito para mí", valora el pamplonés. 

Una bendición que ha hecho que este sábado sea pleno para El Boti. "Ha sido emotivo en todos los sentidos, he entrado a la iglesia, el encierro he disfrutado todo lo que he podido aunque ha habido un percance con una cornada a un amigo, pero ha sido muy especial porque ha habido muchas cosas juntas en muy poco tiempo", sentencia este veterano corredor.