martes, 26 de noviembre de 2019

LA BANDURRIA Y EL LAÚD, ASIGNATURAS PENDIENTES EN LOS CONSERVATORIOS NAVARROS



Los instrumentos de plectro han sido siempre relacionados (¡y con razón!) con la música popular, folclórica o de rondallas. Así ha sido durante los últimos siglos. Y así sigue siendo, pues es innegable que las tunas, las rondallas, los coros de carnaval, los grupos de jotas y de música folclórica canaria, las agrupaciones boleras, etc. basan su sonido y desarrollan su rico repertorio en estos instrumentos. Pero hace ya cinco décadas que a la bandurria, al laúd y al laudín les llegó la hora de hacerse académicos, como le ocurrió a la guitarra española a finales del primer tercio del siglo XX, que nadie daba un céntimo por ella como instrumento digno de incluirse entre las especialidades del conservatorio, y hoy día es uno de los instrumentos más solicitados por los alumnos; tan solicitado como el piano o el violín, y muy por encima de instrumentos orquestales como la trompa, el oboe o el violoncello.

Pero, mientras que el resto de España cuenta desde hace dos décadas con la especialidad de Plectro en sus conservatorios Profesionales y Superiores, en Andalucía aún no se ha dado el paso. Es, ciertamente, inexplicable. Sobre todo, atendiendo a la ingente cantidad de músicos aficionados (aficionados por no poder matricularse con normalidad en un conservatorio, ¡claro!) a estos bellísimos instrumentos. En Andalucía, cuna de Fine Plectrum Cuarteto, los instrumentos de plectro aún están relegados al ámbito amateur, y quienes quieran cursar estudios profesionales han de irse a Extremadura, Murcia, Castilla-La Mancha, Madrid, Cataluña, La Rioja, Valencia, etc. etc. etc. Y sabiendo que, una vez obtengan la titulación, no van a poder impartir clases en ningúnconservatorio andaluz.

Esta situación provoca que en Andalucía existan formaciones camerísticas de la calidad del sevillano Fine Plectrum Cuarteto, u orquestales, como la granadina Orquesta de la Torre del Alfiler (que ha conseguido el Premio a la Mejor Orquesta de Plectro de Europa en 2018) que, hagan lo que hagan, o lleven al público el repertorio que lleven, estén circunscritos al mundo de lo amateur.

Los componentes de Fine Plectrum Cuarteto son, de hecho, dos físicos, un ingeniero y un profesor de violoncello. Los cuatro son profesores. Los tres primeros, profesores de Física y Matemáticas en institutos de Secundaria; el último, profesor de Cello en el conservatorio. No deja de ser curioso que gran parte del repertorio más nuevo, más diverso y más moderno que se ha escrito para Plectro en España (tanto para tríos, cuartetos, quintetos y orquestas) provengan de Andalucía, y sea Andalucía la única región española en la que no
se puede acceder a enseñanza oficial del Plectro.



CARLOS IRIGOYEN, DE LA RONDALLA ARMONÍA,
PÚA DE ORO  DE LA COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA










UN PRODUCTO DE LOS AMIGOS DEL ARTE

Carlos Irigoyen Palacín es un producto auténtico con etiqueta de D.O, Navarra. Los Amigos del Arte en su más pura esencia, cuando estaba en al calle Campana antes de ir a la calle Mayor donde está ahora el Palacio Condestable. Allí se formaron todos los buenos "púas" y músicos aficionados, tanto instrumentales como vocales. Era tan espectacular su dominio de la bandurria que me consta que nadie le hacía sombra a "El Pelos”.


"EL CATEDRÁTICO DE LA REINA DE LA PÚA"

Cuando empezó a los 6 años los rasgueos de la bandurria el muete Carlos Irigoyen ya apuntaba unas cualidades nada comunes. A los 18 ya dejó atrás a sus maestros Gutiérrez y Rodríguez para convertirse en el solista de la orquesta, el concertino, teniendo como bandurria 2ª a nada menos que a Isabel Abárzuza, otra virtuosa de la cuerda pulsada... Ahora Carlos cuenta con 58 años de edad  y es el líder,el concertino, la figura indiscutible de la Rondalla Armonía, y es requerido también para momentos puntuales por otras formaciones.

-Lo dejé en 1981 cuando los mundiales de fútbol y hace dos años volví atendiendo la invitación de Javier Carricas Carricas a formar parte de la Rondalla Armonía y ahora de Paulino Otamendi. Es que necesito tocar la bandurria para desahogarme y dar rienda suelta a mis preocupaciones. Formo parte en lo que puedo a una ONG de enfermedades raras que afecta de lleno a  mi hija por la que estoy dispuesto a hacer lo que esté de mi parte, empezando por lo que mejor sé hacer que es la música.
Carlos es un artista consumado y lo toca todo (bandurria, laúd, guitarra, mandolina  y laudete) en alguna pieza lo hará con el laudete, que tiene diferente afinación que la bandurria y un sonido muy peculiar.Yo, a fuer de sincero,  tengo que confesar que no he visto una cosa igual desde que a los 13 años me enfundé una bandurria por primera vez y acabo de cumplir 76. Carlos es un fenómeno de la naturaleza, un fuera de serie. Lo digo con conocimiento de causa. Me explico. Yo recibí  la "púa de oro", concedida por  de la Rondalla Jus la Rocha y a Carlos Irigoyen este año no vamos a saber qué darle. Le he tenido dos años codo con codo en la Rondalla Armonía del Vergel y me quito el sombrero por su limpieza interpretativa y calidad.

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