viernes, 21 de septiembre de 2018

PURROY: UN FUTBOLISTA OBSESIONADO CON EL ARTE (Cap. 5º)

Bonita estampa de un At. Madrid-Osasuna

Cierto día de 1999, al encontrarse en la prensa on una enttrevista a Carlos Purroy, el futbolista covertido en escultor, Jorge Oeiza subbrayó en el papel un encargo: "Este chico piensa. Habría que encontrarle". No fue posible entonces cumplir aquel encargo, pero cierto día de 2006, el escritor Pablo Antoñana, que asistió a la proyeccion en Pamplona de la película sobre Oteiza en el Museo de Navarra le alertó a Félix Maraña, con otra advertencia al terminar la proyección: "Atiende a ese hombre de la la gabardina, que parece viene a por ti". El hombre que se acercó con educada prudencia era aquel futbolista que devino en escultor. No llegó a saber Oteiza que Purroy le venía siguiendo de siempre. O tal vez sí lo supìera y lo ocultaba.
El joven navarro que llegó un día gris de 1976 a la ciudad del Nervión, pasó de las páginas de deportes a las páginas de cultura en los periódicos
Hoy nos ocupamos del Purroy futbolista de larga y destacada trayectoria.


Pamplona juvenil 1974. Arriba: Díez, Ibarrola, De Andrés, Caridad,
Purroy, Munárriz. Abajo: Irure, Guembe, Mayayo, Barba y Eseverri 


EL SEGUNDO DE ONCE HERMANOS

Casado con Marta y con dos hijos, Fabio y Berta, Carlos proviene de una familia numerosa que formaron sus padres Joaquín y Sagrario. En la descendencia hay de todos los gremios: varios arquitectos, un cura, una monja, un director de cine, catedráticos y un futbolista-escultor.

-De mi antigua casa familiar en la calle Paulino Caballero de Pamplona hasta el colegio de Jesuítas hay un kilómetro. Los sábados teníamos competición de fútbol entre las clases. Recuerdo el olor de las camisetas limpias de color rojo y franja verdiblanca. Yo disfrutaba de lo lindo y aquí descubrí mi pasión por el fútbol. En Jesuítas estuve hasta lso 11 años y mis padres me cambiaron junto con todos los hermanos al Colegio El Redín, cosa que no me hizo ninguna gracia porque yo quería seguir jugando con mis amigos en aquel patio enorme y duro.


Los cuatro que fueron a Bilbao en un camión:
De Andrés, Purroy, Mayayo y Guembe

EL PAMPLONA, RAMPA DE LANZAMIENTO

Nuestro protagonista se entregó en cuerpo y alma a su formación mientras jugaba al fútbol en el C.D. Pampona, un club modélico, que caló hondo en el chaval, Fue una casualidad que me tropezara con mi amigo Jose M. Larumbe, que estaba en el mismo Colegio de El Redín.

-Allí estuve hasta 1976 en que me fichó el Athletic. En el Pamplona tuve la suerte de aprender mucho.Coincidí con unos compañeros y entrenadores estupendos. (Doy fe de que dice la verdad, pues yo mismo he sido testigo presencial de haber escuchado esas mismas palabras en diversas tertulias).
El equipo juvenil disputamos el Campeonato de España Juvenil. Entrenábamos en Etxavacoiz primero y en Larrabide después. Hicimos un Campeonato muy digno. Tan sólo nos superó el Athletic.

El legendario Piru Gainza


PIRU GAINZA E IÑAKI SÁEZ

Un Pamplona-Athletic seguido de cerca por Piru Gainza e Iñaki Sáez le cambió la vida al jovencísimo Carlos Purroy, aún en edad juvenil, qu fichó por trs temporadas.

-Terminé  el bachillerato en el Redín y en la primavera de 1976 viajé a las instalaciones de Lezama para realizar un reconocimiento médico. Para mí aquello era como un sueño. Tuve que estar dos días durmiendo allí y me atendió amablemente el doctor Patxi Angulo.
Es cuando pude conocer al mítico Piru Gainza e Iñaki Sáez y a la familia Loidi, que con Vitori  se encargaban del material  y mantenimiento, de la consejería en una palabra. A mí me trataban como a un hijo suyo.



CARTA DE IÑAKI SÁEZ A 
UN FUTBOLISTA-ARTISTA


Bilbao Atlético con Iñaki Sáez, Javi Clemente y Carlos Purroy

                                                             (CONTINUARÁ)




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