La esencia de Osasuna sigue estando en El Sadar
Tiene 42 años. “Los años inevitablemente van pasando para todos. En el estadio El Sadar tiene grandes recuerdos, no sólo como jugador. "Aquí me han salido los
dientes cuando era un niño y venía con mi padre. Tengo miles de imágenes
grabadas en la cabeza".
¿Cuáles te vienen?
Recuerdo aparcar por ahí arriba, los
baritos que había alrededor del estadio y el suelo lleno de vasos de chupitos.
Me gustaba venir con tiempo y agarrarme a la valla para ver el calentamiento.
Luego me pegaba al túnel del vestuarios para ver salir a los equipos, a gente
que conocías. Ese frescor que subía de la hierba... Todo eso para mí era una
gozada.
Hablamos de los años...
Entre los 80 y el 90. No tenía ningún
referente especial pero cuando venían el Real Madrid y el Barcelona te sentías
más impaciente. Los tenías a un metro y les escuchabas. También el ruido cuando
le pegaban con el pie. Cómo corría el balón en la hierba. Ese rato era...
Estaba dando la coña en casa para ir y no perderme nada. Todos los partidos
eran a las cinco de la tarde. Solo se televisaba uno y el fútbol del bueno
estaba aquí.
¿Qué conserva El Sadar?
Este campo sigue teniendo sus
peculiaridades comenzando por las dimensiones. Dentro de la normativa será de
los más pequeños. La posición de las gradas implica que la gente esté muy
encima. Hay otros campos con las gradas mucho más tendidas y aunque haya más
gente la notas más lejos, son más fríos. Luego está la forma de animar de
nuestra gente. Esa esencia sigue estando aquí. Esto forma parte del ADN del
jugador de aquí. Aquí se escucha todo con más ruido.
¿En el vestuario se oye la grada?
Menos, porque en los momentos previos no
hay tanta ebullición. Pero hay excepciones. Había partidos en los que sentías a
la gente conforme ibas llegando en el autobús y el ruido ya no paraba. Si te
cambian y estás en el vestuario duchándote y pasa cualquier cosa extraña, desde
luego que retumba ahí todo.
¿Cómo es el momento del túnel antes de salir a la hierba?
Sientes nervios. Dependiendo de la
situación son mayores o menores. Pero saltas a este césped y sientes la
sensación de estar en tu casa. Recuerdo los últimos tiempos de mi carrera.
Saltas, escuchas el griterío ése y se te ponen los pelos de punta. Solo de
pensar que puede ser la última vez que saltes, la emoción es mayor. Tragas
saliva más de un vez.
¿Es complicado quedarse con un partido en El Sadar?
Es muy difícil. Hay algunos que se
pueden nombrar fácil como el del Hamburgo de la previa de la Champions. Pero ha
habido más partidos, como aquel con el Sevilla, en los que nos estábamos
jugando la categoría. Han sido difíciles de borrar. Los de la UEFA... Tengo
tantos recuerdos que sería difícil quedarme como uno.
¿Fue contra el Sevilla en 2013 el mejor gol que marcaste en El Sadar?
Lo he visto varias veces. Era el
momento, puede ser mi mejor gol. Mis sobrinos y los críos lo ven. Hay momentos
que en que entras en otro estado por la necesidad. Ha habido veces que yo he
tirado penaltis y he entrado luego al vestuario y no tenía claro ni a dónde lo
había tirado.
13 años en Primera División.
Dan para mucho. Por aquí pasaban el Real
Madrid, el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Valencia... Todos con sus
grandes jugadores. He jugado contra tantos rivales de talla impresionante. En
los días previos siempre tienes ese gusanillo de si vas a estar a la altura.
Unas veces ha podido ser y otras no, claro.
¿Sentías que los grandes jugaban en El Sadar con respeto?
No sé... Este tipo de jugadores, la
mayoría, saben a dónde vienen y qué se van a encontrar. Pero les parece que no
van a pasar una mala tarde. Tienen tanta categoría que les pueden salir las
cosas bien desde el principio y te arrollan. Me acuerdo de aquella goleada del
Madrid con Van Nistelrooy. La clave era que no les salieran las cosas desde un
primer momento. Nosotros éramos capaces con nuestras artes de buscar la manera
de complicarles. Cuando veían en realidad que tenían problemas, no sabían darle
cara al asunto como nosotros.
¿Qué sensación tenías antes de la visita de un equipo así?
Todos los partidos valían tres puntos,
pero es verdad que contra aquel Real Madrid o aquel Barcelona sentías el reto
de ganar, y eso no tiene comparación. Y el aficionado, pienso que igual. No
tendría una sensaciones mejores a las de que ver a su equipo ganara partidos
así.
¿La afición de El Sadar es la más respetuosa con su equipo?
No hay duda. Estamos hartos de ver en la
tele imágenes de otras aficiones contra sus jugadores. Eso lo que se ve, y no
lo que no se verá... Por ahí se les aprieta de malas maneras. Gente que se cree
que con más derechos. Los nuestros lo tienen muy asimilado y animan. Es cierto,
no lo voy a negar, que ha habido momentos en los que la afición ha estado muy
preocupada, sobre todo algún sector, y han venido a hablar con nosotros. Pero
siempre de buenas maneras. Jamás nos han hecho sentir que están por encima. Ni
violencia ni nada. Parece que en otros clubes los ultras casi son los dueños.
¿Te has planteado como socio alguna vez pitar a tu equipo?
Nunca. No se hace ningún bien. El rendimiento
de un jugador es muy difícil que mejore si les están silbando. No conozco casos
que eso le venga bien al jugador para mejorar.
¿Te late más el corazón viendo a Osasuna desde la tribuna?
Es muy diferente. Te das cuentas de
muchas cosas. Lo valoras de otra manera. Vengo con la ilusión de un aficionado
de ver un buen partido de fútbol, de ver ganar a mi equipo. Pero si da el caso
de que no ocurre lo que yo quiero, me voy a mi casa y ya vendrá el día
siguiente. En cambio, cuando yo era jugador, era la vida. Estás toda la semana
con el fútbol a vueltas. Vivías para eso. Quizá tener esa mentalidad es lo que
me hizo estar tanto tiempo. Ahora estás en la grada y piensas: “Pues no era
para tanto. Un partido de fútbol que ojalá salga bien, pero si no, pues nada”.
¿Es posible olvidar el partido contra el Betis de tu despedida?
No se puede. Ese año tocó así. No hay
por qué darle más vueltas al asunto. Era el día de mi retirada y después de una
larga trayectoria, sólo me quedaba eso: dejar al equipo en Primera División. Ya
está.
Aquel día derramaste lágrimas. ¿Fueron más duras todas las acusaciones del
exgerente Vizcay de amaños de partidos que te cayeron?
Sin duda. Esos han sido mis peores
momentos. Fue algo muy desagradable. Tampoco quiero estar atormentándome toda
la vida de cosas que han pasado o que pueden pasar. Lo que hace falta es tener
la conciencia tranquila. En cada asunto en el que estés, dar el cien por cien e
implicarte. Luego, las coas salen como tienen que salir.
¿Quieres volver a Osasuna?
Cuando me retiré estaba un poco
saturado, y más aún por esto de lo que hemos hablado. Me apetecía desconectar
un poco. Es cierto que ahora el fútbol me empieza a picar un poco, pero de
momento no sé en qué, cómo y en qué lugar. Entiendo que el día en que me lance
a esto, buscaré el sitio donde pueda ser más útil, pueda ser feliz y disfrutar.
Vamos a ver si lo encontramos.
¿Te gustaría la gestión o la parcela deportiva? Presidente, directivo,
entrenador...
En estos momentos no me veo en un
despacho con un traje y una corbata. Tengo
fresco el campo y el equipo. Disfrutaría a pie de campo. La gente que está
jugando todavía me tiene fresco y lo que yo les dijera lo iban a aceptar de
buen agrado. Pero esto no es tan fácil. Esto necesita un recorrido y
aprendizaje. Aunque haya jugado muchos años en Osasuna y sepa lo qué necesita
el equipo, sepa de fútbol, y crea que voy a disfrutar con eso, se necesita un
recorrido grande. Que nadie piense que porque exprese mi deseo, puedo venir a
este banquillo y vaya entrenar a Osasuna en Primera División. Soy consciente de
lo que requiere todo eso. Pero sí, si vuelvo a Osasuna me vería en el campo.
¿Cómo ves al club?
El club ha dado un cambio importante en
lo institucional de unos años a aquí. Y luego, es cierto que en ese periodo que
estuvimos tantos años en Primera, el club como estructura estaba mejor. Pero
claro, cuando se levantaron las alfombras económicamente y en otras cosas, pues
no era así. Pienso que los que están ahora tienen el mérito que tienen y hay
que dárselo. A partir de ahora vamos a ver si somos capaces de hacer las cosas
bien y no de cometer los mismos errores.
¿Te gusta el proyecto deportivo?
Se está trabajando en hacer las cosas
bien para volver a la estructura de club de los tiempos en los que estaba bien
estructurado. Entiendo que se están poniendo los medios para que el club vuelva
a ser un poco lo que fue.
¿Eso es más importante eso que intentar el ascenso a toda costa?
Los proyectos a corto plazo tienen los
días contados. Si no los consigues, todo se te va complicando mucho. Tener bien
estructurado el club y trabajar de arriba a abajo con todos los estamentos bien
organizados, te da una consistencia en el tiempo y así pueden llegar los
éxitos. No tener esos altibajos. Que de repente muy bien y de repente
desaparece gente. La clave es tener bien claros todos los pasos a seguir desde
abajo.
¿En dónde queda la importancia de la cantera en lo que dices?
Hay que ponerle especial hincapié en
trabajar muy bien, y todos dirigidos por el mismo patrón.
¿El canterano se merece la oportunidad solo por ser canterano?
Es que hablar de que el canterano se
merece la oportunidad... El canterano se merece la oportunidad pero no por ser
canterano. El canterano se tiene que ganar la oportunidad. Cuando empecé tuve
un entrenador que habló muy claro. Nos juntó a los de casa y nos dijo:
‘Vosotros no vais a jugar por ser canteranos. Si salvamos al equipo, el año que
viene seguiré aquí. Si no, aunque os haya puesto a vosotros, a mí me echarán y
me iré a mi casa’. Quiero decir que hay que estar en el día a día en el campo,
saber el equipo que tienes, saber el equipo que se ha formado, si se ha dejado
sitio dependiendo de los canteranos que tengas... Desde luego que hay darles
oportunidades pero que se lo ganen. Hay que fomentar el trabajo de los casa y
fomentar el que se lo ganen. Y si lo gana y tiene condiciones, hay que darle
oportunidades. Hay que tener paciencia con ellos, hay que intentar darles continuidad
con todo lo complicado que es. Y luego, a pesar de eso, habrá canteranos que si
no tienen sitio, lo mejor es buscar unas cesiones o una salida. Buscar una
manera de que sigan perteneciendo a Osasuna y puedan foguearse. Que vayan
teniendo minutos y se vayan haciendo futbolistas.
¿Ha cambiado el perfil del jugador que sale de Tajonar?
Sí. Antes sólo salíamos jugadores
defensivos y algún medio. Siguen saliendo jugadores de ese corte defensivo pero
también jugadores finos, de más calidad. Aun así está costando que tengan sitio
en el primer equipo.
¿Se ha trabajado mal con la cantera?
En estos últimos años no he estado
pendiente de cómo se han hecho las cosas pero claro, institucionalmente cuando
hay muchas revueltas como estos últimos años, es difícil estar totalmente
centrado para trabajar y hacer las cosas del todo bien. Es cierto que ha habido
años que ha sido complicado el trabajo de Osasuna por todo lo que se ha visto
envuelto Osasuna.
¿El club siempre será vendedor?
Eso siempre ha sido así. Osasuna tiene
que funcionar así. Osasuna debe tener una base fuerte de jugadores de casa.
Pero por historia y por cómo está estructurado el club, necesitará vender.
Ojalá pudiéramos tener siempre una base fuerte de casa y todos los años vender
a dos o tres jugadores, y que vayan saliendo de abajo otro dos o tres. Eso
sería lo ideal. Pero qué fácil es hablar de la cantera. Todos los años no se
puede. Hay remesas de jugadores, buenas quintas. Y otros años cuesta más.
Seguro que en el club pase quien pase, es lo que quieren: que todos los años
suban unos cuantos canteranos, que además no nos cuestan una peseta y vendemos
dos o tres. Es sencillo hablarlo pero luego en el día a día es complicado. Lo
que hay que hacer es intentar que sea así.
- "Osasuna ha formado parte de mi vida. El tiempo pasa, 25 años en
este club y 13 años en Primera. Ha sido un sueño jugar en el primer
equipo. Me fui sin tener lesión grave, pero los años iban
pasando y me costaba recuperar. Hay goteras que no te perdonan. La afición me hizo sentirme grande".
¿Entrenar a Osasuna
en un futuro?
¿POR QUÉ NO?
Patxi Puñal, futbolista de Osasuna, se retiró a los 38 años y tras 17 como profesional. Puñal se despidió arropado por familiares, amigos, compañeros y exfutbolistas de anteriores temporadas, así como por personas de todos los estamentos del club.
- Mi carrera no ha sido sencilla: A pocos le viene todo rodado. Mi carrera ha sido durilla. Parecía que el fútbol no iba a ser el camino, pero con mucha pelea y entrega ha salido la cosa". "Con 21 años trabajando en el fábrica quién me iba a decir que iba a estar ahí tantos años".
Puñal ha subrayado que procuró siempre "entregarse por entero" y la "dedicación, normalidad y naturalidad" fueron importantes para ganarse el aprecio de todos.
EL PUEBLO DE HUARTE
POR BANDERA
POR BANDERA
Yo recuerdo a Patxi Puñal como a su hermano Txema siempre entre balones, jugando en todas las categorías inferiores, siempre enraizado en la villa cebollera de Huarte. Nos une un lazo de parentesco, pues su abuela Ángeles era hermana de mi padre Fermín.
Ha paseado el nombre de Huarte con gallardía.
-En Huarte me me salieron los dientes. Aquí he vivido siempre, aquí está mi familia y mis amigos, que han sido felices de ver cómo me salían las cosas. ¿Cómo no voy a llevar a Huarte como estandarte?.
Cuando empecé a jugar en el primer equipo me hicieron la "Peña Patxi Puñal" y el presidente era un amigo mío de toda la vida. Tengo recuerdos mil de Huarte. Cuando jugué en el Leganés iban a visitarme y a los entrenamientos más tarde.
-¿Qué hay de aquellas reuniones clandestinas, secretas... de jugadores del primer equipo de Osasuna en Casa Navarro cuando las cosas se torcían?
-En Huarte y en otros sitios. Si yo he disfrutado tanto en mi pueblo, ,¿por qué no voy a traer a mis amigos aquí?
-¿Echas de menos el fútbol?
-Sí, mucho. Sobre todo el día a día porque la competición, después de muchos años estresa y desgasta.
-¿Qué recuerdos te traen las presas de Huarte?
-Cuando éramos pequeños no había piscinas y ahí pasábamos los veranos. Todo el día bañándonos, las chicas por allá, las primeras tonterías...Todas las tardes del verano las pasábamos en el río.
-¿Eras un niño travieso?
-Un niño bastante fácil, que le gustaba estar en el campo, en el monte, en el río, en plena naturaleza, en el fútbol... A las cosas preocupantes he empezado un poco tarde. He tenido esa suerte, creo yo.
-¿Qué le debes a Huarte?
-Mucho. Aquí he pasado todas las etapas de mi vida y espero seguir muchos años más. He disfrutado mucho del pueblo y de su gente.
¿Te preguntan por qué no te haces entrenador y entrenas a Osasuna?
-Todo se andará. El carnet de entrenador son tres años, yo he hecho los dos primeros y haré el tercero. Antes o después volveré a los campos de juego. Ahora estoy recuperándome de tanto estar delante de las cámaras y de la opinión de la gente y conforme pasa el tiempo empieza a picar el gusanillo del fútbol por lo que tengo claro que volveré. Pero entrenar a Osasuna ya es otra historia...
PATXI PUÑAL, HOMBRE DE NEGOCIOS
Siempre ha sido un referente como futbolista y como persona. Hizo los estudios de maestría industrial en la rama mecánica, lo mismo que mi hijo Jorge y juntos iban a trabajar de noche a la empresa "Girling" en Orcoyen, antes de pasar al campo profesional, que lo hizo pidiendo una excedencia de cinco años cuando fichó por el Leganés, entrenado por Enrique Martín. Ha colocado bien sus ahorros y sabemos, porque es de dominio público, que con su amigo César Cruchaga participa en unas instalaciones de padel en Mutilva, es socio de una Bodega de vinos y lo mismo de una moderna Clínica de rehabilitación en la Ciudad del Transporte.
Su hora de entrenador no ha sonado pero seguro que por su prestigio y seriedad será un buen técnico por las muchas experiencias vividas en su larga carrera deportiva.
AQUEL 7-0 N EL CAMP NOU...
"Una goleada así te quita las ganas de jugar al fútbol"
"No hay duda de que a todo el mundo le duele ir a un campo de éstos y que te metan semejante goleada. La verdad es que quita las ganas de jugar al fútbol, con lo bonito que es ir a esos campos y estar bien.
Preparamos el partido "con la ilusión de hacer las cosas bien" pero no nos salió. "Encontramos a un Barcelona muy enchufadoen vísperas de un clásico y la cosa fue así.
Cuando el partido se convierte en una mala tarde es una lástima,
Nos faltaron muchas cosas y nos sobró mucho tiempo. Nos desbordaban fácil. Nos hicieron mucho daño y acertaron casi todas. Fue una pena.
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