miércoles, 28 de febrero de 2018

OSTÍVAR, LA FURIA NAVARRA



Un rubio ahora con el pelo blanco con acento ribero es uno de los jugadores que más ha simbolizado la garra navarra en un terreno de juego. Es Juan Jesús Ostívar, delantero de Osasuna desde la temporada 68-69, cuando llegó de su Peralta natal, hasta la 77-78 en que se fue al Levante. Un delantero de raza que nunca daba un balón por perdido. Un hombre gol como pocos que incluso estuvo en la agenda del Real Madrid y de otros equipos de campanillas. Con tanta raza que hasta estuvo a punto de meter un gol en un Torrejón-Osasuna en el que a los dos equipos les interesaba un empate porque el primero subía a la recién creada Segunda B y el segundo a Segunda División y ninguno de los dos estaba por la labor de marcar.

Directo y sincero en 1973 -entonces tenía 22 años- hacía unas declaraciones de las que ya ahora no se estilan hablando de lo que cobraba en Osasuna. "Mi ficha es de 450.000 pesetas más 14.000 al mes de sueldo y las primas establecidas por victoria que son de 8.000 pesetas por ganar fuera, 5.000 por empatar fuera y 5.000 por ganar en casa

Jurisprudencia rojilla
Osasuna no sería el mismo sin esta leyenda como goleador de garra y carácter, fundador de la AFE, pionero del cobro de la Seguridad Social por invalidez, imagen referente de las oficinas del club durante 30 años

GOLEADOR de garra y carácter, melena rubia al viento, siempre dándolo godo, valiente, dispuesto en un campo de fútbol a partirse la crisma con quien sea, carismático como pocos ¿quién no recuerda a Ostívar, la imagen de El Sadar en los años 70, una de sus leyendas? ¿quién no ponía su cara a cualquier visita a las oficinas de la Plaza del Castillo primero, y en el estadio, después durante los últimos treinta años hasta su jubilación? Osasuna no sería igual sin Ostívar, un personaje irrepetible.

Juan Jesús Ostívar Lorea (Peralta, 30 de enero de 1950, el mayor de los tres hijos de Jesús y María, agricultores) empezó en el fútbol sin cumplir los 17 años, cuando el Azkoyen hizo un equipo juvenil. Hasta entonces sólo había jugado con la cuadrilla recorriendo en bici los pueblos vecinos. El fútbol era una parte más de su vida en el pueblo, como la pesca en el Ega y el Aragón, la juerga con los amigos o la trompeta en la banda municipal y en la orquesta que amenizaba el baile del domingo. Con 13 años dejó la escuela, donde destacaba, para trabajar en un taller de mimbre haciendo cestos, maletas y mobiliario. Mucho ha cambiado todo desde entonces, pero lo fundamental sigue en pie, empezando por María Josefa Narváez Osés, su novia de siempre y su mujer desde 1973. Menudo viaje de novios se dieron a bordo del R-8, desde Biarritz a Barcelona, de la Costa Azul a la Costa Brava pasando por Florencia, Roma y Venecia.



Del juvenil del Azkoyen pasó en un abrir y cerrar de ojos al de Regional y, antes de cumplir 18 años -Miguel Blanco le vio-, ya estaba en Osasuna Promesas alternando con el primer equipo, pese a romperse el tobillo en diciembre. Los acontecimientos transcurrieron con rapidez, y a su técnica no le había dado tiempo de evolucionar, así que a la temporada siguiente lo cedieron al Iruña, pero sólo cinco meses. Sus goles hacían más falta en Osasuna, donde permaneció ocho años más entre Tercera y Segunda División.
Destacó por la rapidez y la casta de fajador nato, capaz de romper el poste de una patada o el larguero con la cabeza para llevar la pelota a gol. No era alto -1,72 de estatura-, pero quien temblaba era el defensa, aunque fuera una torre. Se rompió todos los huesos, hasta el balón le temía. Una hernia discal al bajar de un salto le dejó cojo, cortó su carrera con 30 años y le impidió compartir once con Johan Cruyff en el Levante, donde cumplía su segunda temporada como titular y conoció otro fútbol lejos de casa.
Pudo jugar en Primera. Sonó para Real Madrid o Sevilla, y le pretendieron de veras Zaragoza o Español, pero el derecho de retención que entonces gozaban los clubes le impidió salir de Osasuna, donde todos los entrenadores le querían, pese a que no se arrugaba para decirles lo que pensaba. Siempre ha sido así. Tampoco le importaba declarar su ficha en público o decir: "Si me ofrecen muchísimo más, ¿por qué no me voy a ir?", pero "reñir con Osasuna, nunca", añadía. Gozaba mucho en El Sadar, pero también sufría. El público de entonces era inmisericorde, no perdonaba una y se cansaba de cualquier jugador, y más si era de casa. Le pidió a Fermín Ezcurra que le dejara salir y accedió, contrariando al entrenador.




Como futbolista, ejerció la vena de sindicalista que también le ha acompañado después. Fue los fundadores de la Asociación Española de Futbolistas (AFE), en cuyas reuniones iniciales representó como capitán a sus compañeros de Osasuna, y también al futbolista medio anónimo. "Algo había que hacer", decía antes de protagonizar un hecho sin precedentes en el deporte español. Fue el primer profesional que cobró de la Seguridad Social por accidente laboral. Sentó jurisprudencia con aquella sentencia de 1982 que buscó y ganó para él con efectos retroactivos. De ella se han podido beneficiar después todo tipo de deportistas profesionales obligados a abandona la práctica a causa de una lesión.
Tras la retirada como futbolista recaló en Osasuna, donde hubo movimientos para pedirle un partido de homenaje. Su recuerdo seguía muy vivo. Marcó una época con 322 partidos jugados en diez temporadas y 116 goles con el corazón. "Mejor, que trabaje en el club", respondió Fermín Ezcurra a la propuesta. Así fue. En julio de 1981 entró en las oficinas, donde le tocó hacer de todo, especialmente atender en el mostrador a socios y no socios, directivos y advenedizos. Sabía aguantar a unos y a otros, pero hasta un límite. Siempre ha sido un hombre de carácter.
En Osasuna tiene una espina clavada y se llama Tajonar, donde podría haber desarrollado una labor deportiva muy diferente a la de probar su aguante detrás del mostrador. De fútbol es de lo que sabe. Comenzó a entrenar con Pedro Mari Zabalza en el juvenil de Osasuna, después renunció a ser segundo en el Promesas, y regresó con cadetes. Entre tanto recorrió el Iruña, San Juan, Tudelano o Azkoyen, donde cumplidos los 50 años pensaba poner fin a su carrera como entrenador, algo que hizo después como favor salvando del descenso al Tudelano en cuatro meses. Pesaba salir de casa todos los días al punto de la mañana para regresar a la medianoche, y también la edad, todavía más en unas categorías en ocasiones demasiado ingratas. Desde entonces el fútbol lo sigue como aficionado. No es forofo, le gusta analizar jugadas, profundizar en detalles, aunque tratándose de Osasuna hay partidos en que le puede la pasión y debe posponer el análisis. Cuando el equipo se juega la vida, la suya también va en el intento.
Además de su trabajo en las oficinas, su aportación resultó fundamental con los ex-jugadores, a quienes siempre ha aglutinado desde el club. Hoy es directivo de la Asociación de Veteranos. Su buena memoria le ha ayudado en el cometido. También su carácter ribero, rocero y abierto, franco, de peraltés de pro. Pocos conocerán a más personas que él relacionadas con el fútbol navarro o con Osasuna.
Hoy se encuentra en un cruce de caminos, disfrutando de la jubilación. Se ve más "abuelazo" de sus cuatro nietos que "padrazo" de sus dos hijos, Ríchard y Vanessa. Los años de trucha en Yesa y Aribe también quedan atrás. La duda está ahora entre el Arga o las pozas del Ega y Aragón, en continuar los paseos por Pamplona con María Josefa o buscar caracoles y rapiñar setas por la Navarra Media. Anda pensando entre seguir el mundo del fútbol desde Pamplona, recuperar la huerta del pueblo, o alternar uno y otra, como cuando llegó a Osasuna hace más de cuarenta años y cogía los fines de semana el tren rumbo a la estación de Marcilla. Así ha seguido haciendo durante estos años, sin faltar a la cena de la sociedad con la cuadrilla de matrimonios. La vida de la capital tiene sus comodidades, pero el chiquiteo o la partida de julepe están en Peralta. De allí viene Chorrete, calificativo que se les daba a los majos, él repetía frecuentemente y se le quedó. Hacia donde quiera que tire llevará a Osasuna con él.



AÑO 1963, INICIO DE LA ASOCIACIÓN VETERANOS


Osasuna Veteranos inició su andadura en el año 1963, siendo su promotor el ex jugador Eusebio Sanz “Palotes” nacido en Corella, Navarra el cual jugó como portero de Osasuna durante siete temporadas.
En su inicio, el objetivo era el de reunirse con sus ex compañeros que habían pertenecido al equipo Rojillo y jugar partidos de fútbol entre ellos; así como partidos amistosos en diferentes pueblos de Navarra, a petición de diversas entidades oficiales, por homenajes o celebraciones deportivas.
A Eusebio Sanz, cariñosamente todo el mundo le llamaba por el apodo “Palotes”. Él era el alma de la organización, ya que se encargaba de concertar los partidos, desplazamientos, equipaje, lavado del mismo, la comunicación con los compañeros, etc…
Con el paso del tiempo comenzó a contar con la colaboración de Ángel López Santesteban como entrenador; y posteriormente se fueron incorporando como colaboradores y como jugadores: Fernando Serena, Chus Luengo, Juan Jesús Ostivar, Pepe Alzate, Esteban Iparraguirre, José Luis Torre y Roberto Otaegui, entre otros.

AÑO 1995, CONSTITUCIÓN OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN

 OSASUNA VETERANOS CON LA ELABORACIÓN DE

 ESTATUTOS OFICIALES.




Después de treinta años de funcionamiento, sin reglamentación oficial; en febrero de 1995 se constituyó la Asociación Deportiva Osasuna Veteranos, con sus correspondientes ESTATUTOS, en los cuales se establecieron las normas de funcionamiento, estructurales, organizativas y administrativas. Así como los objetivos, deportivos, sociales y humanitarios de la Asociación; los cuales, líneas generales reseñaa)- Promover el espíritu deportivo, social y humanitario entre los asociados, así como ayudar a los compañeros en momentos de necesidad.

b)- Fomentar la práctica del fútbol, especialmente entre niños y jóvenes, ya que el fútbol “como deporte”, debe ser tan bien, vehículo de formación educacional de personas.
c)- Colaborar en la formación y promoción de la Cantera Osasunista; la cual debe impregnarse de los valores básicos de la historia de “OSASUNA”: (salud, fuerza vigor, compromiso, unión, respeto y señorío.
d)- Contribuir a fomentar el espíritu y sentimiento Osasunista; así como colaborar con los dirigentes del Club a engrandecer la imagen de la Institución de Osasuna. Llevando con orgullo su camiseta y su escudo, allí donde compita nuestra Asociación de Veteranos.


Primera Junta Directiva de Osasuna Veteranos

-Presidente: José Glaría Jordan
-Vicepresidente 1º: Peio Egaña Urdiroz
-Vicepresidente 2º: Fernando Rodríguez "Serena"
-Secretario: Juan Jesús Ostivar Lorea
-Vocales: Francisco Iriguibel Aristu, Francisco Javier Vicuña Urtasun, Victor Marro Francés y José Luis Torre García.


Esta tarde ha tenido lugar en la sede de los veteranos de Osasuna el homenaje al ex presidente Fermín Ezcurra (90 años), el actual presidente, Miguel Arcnanco, y al ex jugador y ex empleado del club, Juan Jesús Ostivar. Asi mismo se han impuesto las insignias y se les ha dado las credenciales como nuevos socios de la agrupación a Juantxo Elía, Sergio Amatriain, César Monasterio y Paco Catema. No han podido asistir López Vallejo, Josema García y Dani Martínez.


Ángel López, secretario de la Asociación de Veteranos de Osasuna, ha destacado sobre Ostivar los servicios prestados al club durante 43 años, 10 como jugador, 33 como empleado del club y 17 compartiendo labores como secretario de la Asociación. Le ha entregado un pergamino el presidente de la Asociación, Adolfo Marañón y el presidente del clu. En segundo lugar se ha entregado un pergamino a Fermín Ezcurra, en reconocimiento a su tarea durante 23 años como presidente consolidando al equipo en Primera tras cogerlo en Tercera, dos clasificaciones para jugar en Europa y la primera época dorada de Osasuna con un 4º y un 6º puesto. Esto al margen de una gestión económica austera, amortización de la deuda, ampliación del estadio con la construcción de la Tribuna Alta y la construcción de las Instalaciones de Tajonar.
En el acto han estado presentes entrenadores históricos como Pedro Mari Zabalza, Pepe Alzate y Miguel Blanco, y ex jugadores, entre ellos José Manuel Echeverría, al que Patxi Puñal le pasaó como el jugador que más veces ha vestido la camiseta rojilla.


A propósito de su jubilación

Ostivar, toda una institución rojilla, todos lo conocemos porque es la cara de las oficinas del club pero los mayores también lo recordamos como el gran futbolista rojillo que fue junto a Bosmediano, Marro y otros. Disfruta de tu jubilación con tus hijos y tus nietos y que sepas que siempre serás de Osasuna aunque no estés físicamente. Se va otro gran rojillo.




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