lunes, 26 de enero de 2015

MI ADIÓS A LUIS ÁNGEL LÓPEZ, UN GRAN ORGANISTA Y APASIONADO "CULÉ"


AL CUMPLIR 80 AÑOS HA DICHO ADIÓS A LAS TECLAS 

Está arrepentido de haberse jubilado porque por afición le gustaría tocar hasta en su funeral...

Con motivo de su jubilación como organista titular de la Parroquia San Francisco Javier quiero dedicarle con todo cariño una página de mi blog a Luis Ángel López Aranzadi, excelente organista del que aprendí mucho y valoré, sobre todo, su pasión por la música, que practicaba de forma profesional a gran escala. Recibí clases de él y le ayudé en numerosas ocasiones cuando él tenía que dirigir la Coral acompañándole yo al órgano. Tocaba bien pero cantaba mejor, o viceversa, que las dos cosas las hacían con brillantez  a cual mejor..
Puso en marcha la "Schola Gaudeamus" de gregoriano y en ese momento también estuve a su lado para dar el primer impulso periodístico a la aventura que lleva funcionando diez años y que yo he sido un poco el causante de que haya adelantado su relevo que tenía previsto hacer a lo largo del año 2015, pero una información mía en este blog de que su sustituto iba a ser Raúl del Toro precipitó un poco la decisión de entregar el testigo, según palabras del propio Luis Ángel, que me llamó extrañado de que yo conociera sus intenciones, que resultaron ser tan ciertas como el Evangelio pero que no empañaron nuestra buena amistad forjada a lo largo de muchos años.. Y no podía caer la batuta gregoriana en mejores manos. por cierto, que en las del gran músico de Sangüesa afincado en Aizoáin, director del programa sobre gregoriano de Radio Nacional de España.



He estado muchas veces con su hija Mariví y en su casa donde vive con su esposa argentina Tila Ramos. Luis Ángel es un amante de los perros de compañía y sobre todo del Barcelona como buen "culé", amor a unos colores que le contagió su hija, que tiene un montón de fotos con Leo Mesi y con todas las figuras que han pasado por el club azulgrana.. También he asistido con ellos a cenas de la "Peña Navarros del Barsa" por lo que conozco bien la figura de este músico de perfil alto, que ha colgado los rastros  a la bonita edad de 80 años para disfrutar un poco de la vida sin compromisos, viajar a Argentina sin mirar el calendario y dedicar todo el tiempo a aquellos  hobbies que no había  podido atender debidamente.





FICHA TÉCNICA DE UNA FIGURA NAVARRA

Fue monje benedictino, y ahí radica su formación especializada en Canto Gregoriano. Lo estudió en profundidad en el Monasterio de Saint Pierre de Solesmes (Francia). Fue Maestro de Coro en la Abadía de San Benito de Buenos Aires, por lo que fue conocido y llamado por Alberto Ginastera para ocupar el cargo de Profesor titular de Canto Gregoriano en la Cátedra de Musicología de la Universidad Santa María de los Buenos Aires. De 1978 a 1994 ha sido Organista en el Monasterio de Leire y hasta hace poco Organista de la parroquia San Francisco Javier de Pamplona.

EL PERFIL HUMANO DE UNA GRAN PERSONA




Luis Ángel López Aranzadi nació en Lazagurría, en 1934, en vísperas de tiempos bien difíciles. Hasta los 11 años estudió en la escuela del pueblo. Con esa edad, un fraile de aquellos que sondeaban posibles vocaciones se lo llevó al monasterio de los monjes benedictinos de Estíbaliz, "para estudiar y cantar". El cura del pueblo había informado sobre las dotes de su voz y en tierras alavesas pasó tres años. "Pero tal era la miseria que los frailes no tenían ni para darnos de comer. Así era. De modo que nos trasladaron al monasterio de Santo Domingo de Silos", recuerda. En Burgos llegó al año 53 y cumplidos los 18 montó en un barco que le llevó a Buenos Aires.

Había fallecido el organista del monasterio de la capital argentina, necesitaban uno y los votos de obediencia marcaban el camino. Porque Luis Ángel llegó a tomar los hábitos. Inició una vida contemplativa de trabajo y oración y profundizó el estudio del órgano, incluido un periodo de formación en Francia. Pero "en un momento crucial" en su vida optó por salir de la orden. "Me di cuenta de que aquello no era para mí", revela Luis Ángel. Pero entiende que "la fe no se elige, más bien es una gracia de Dios". Y él aún la conserva. 





Residió aún unos años más en Argentina. Continuó con las clases de canto gregoriano que ya impartía siendo monje en la Universidad Católica de Buenos Aires. En 1970 se casó con Tila Ramos, una apasionada del tango. "Conmigo no podía baila porque yo sólo toco el órgano o canto", se excusa entre risas. En 1972, cuando su única hija contaba apenas unos meses se trasladaron a Pamplona, "por un año, a modo de prueba". "Las cosas en Argentina se estaban poniendo muy feas, eran los inicios de la dictadura...", explica. La prueba salió bien porque hace 40 años de aquello.

VIVIR DE LA MÚSICA





En Navarra Luis Ángel siguió con la profesión ya iniciada al otro lado del Atlántico. Trabajó como visitador médico porque la música no daba para vivir. Pero él no podía vivir sin la música. En este bucle encajó Luis Ángel horas de órgano y gregoriano en un relato que llenaría páginas. Le tocó "heredar otro órgano", el de Leyre. "Fui de visita y me contaron que había fallecido el organista, durante 18 años acudí todos los domingos y días de fiesta a tocarlo", recuerda. En el mismo periodo fue organista muchos años en la parroquia Mártires de Uganda. En 1977 impartió clases de Gregoriano en unos cursos subvencionados por Huarte, el constructor. "Me llamó Aurelio Sagaseta, entonces director del Conservatorio. Una experiencia muy bonita", perfila. También positivo fue su paso por Cristo Rey o sus 20 años al órgano en San Francisco Javier: "Lo dejé porque estaba muy atado. Y bien arrepentido estoy..., pero bueno, voy cuando me necesitan".



SU MASCOTA QUERIDA...

Dirige la Schola Gregoriana Gaudeamus, una quincena de hombres empeñados en mantener esta música ligada a la oración, a la vida monástica, pero con muchos escenarios posibles. "Las vocaciones se acaban y puede desaparecer. ¿Otro problema? Somos mayores y no hay relevo. La mayoría de los componentes ha cantado gregoriano porque ha sido seminaristas o fraile, o sacerdote. Pero recibiríamos con gusto savia nueva", confiesa. En diez años suman más de 60 conciertos
Y entre gregoriano y órgano, Luis Ángel se concede un tiempo.... para el fútbol. Futbolero, y culé. "Me hice del Barça por mi hija. Bueno, por eso y porque, a mi modo de ver, es el equipo que mejor juega", dice humilde. "Y que conste", -enfatiza con manos rítmicas de quien dialoga con la música-, que yo la hice aficionada de Osasuna". "Pero no sé, no sé qué pasó. Debió ser que jugaban muy bien, eran los tiempos del Dream Team de Cruyff. Y me arrastró", apunta.Tanto le arrastró que juntos formaron la peña Navarros del Barça. Igual que el fútbol, Luis Ángel no querría que la música fuera nunca motivo de pelea, de celos. "Me quedo con la música, el amor y la paz, por otra parte unidos". Lo dice un hombre que, "si pudiera", tocaría hasta en su funeral.


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