LA JOTA, UNA CREACIÓN ABIERTA Y FESTIVA
VIII CERTAMEN DE JOTAS CIUDAD DE TUDELA
La Jota surge como algo natural de una facultad y de una ilusión que siente el hombre en sí mismo: expresar sus sentimientos con palabras que realzan en la escala musical Su tono y su valor, su fuerza y su belleza. Fe y amor, poesía y música, arte y superación se hacen vida y personalidad en el poeta, en la palabras, en el compositor de la melodía, en la voz del cantante y en el instrumento del acompañante.
Cada región considera como suyas y con razón muchas jotas que han podido nacer muy lejos. De la música universal puede cada pueblo hacer suyo lo que más le va. Todos los grandes artistas conocieron las obras de otros grandes artistas y las asimilaron e hicieron suyas desde Joaquín Larregla a Manuel de Falla y desde el anónimo de ayer al anónimo de hoy. En Navarra se admiran como pequeñas obras de arte. Musicólogos reconocidos como José Menéndez, Pedro M. Flamarique y Julián C. Urroz mantienen la jota tradicional en su baile y canto.
Es una pequeña pieza musical con sus características propias. Tiene la jota navarra su aire, su compás, su tonalidad y adornos, su tesitura, su ritmo, la capacidad de interpretación según la voz y, sobre todo, la gran riqueza de melodías. La jota navarra es una variedad rápida de vals de 3/4, que va del peruano al vienés con imitaciones andaluzas.
La jota navarra se compone en todos los tonos, pero siempre es el tono mayor su carácter de acuerdo con al viveza del carácter de la tierra. Y aunque existen jotas sentimentales y tristes no abundan en tono menor.
Hay una entrada que da el tono al jotero. Suele ser de una melodía navarra tomada de pasacalles o canciones típicas, generalmente muy conocidas y tarareadas por todos.
LA JOTA NAVARRA, FILARMÓNICA
Las jotas navarras no son tan duras, tan recias, tan enérgicas como las aragonesas. Son muy melodiosas, ondulantes, lentas, sentimentales. En ellas se dan más floreos, calderones y filados porque los navarros, de afinadas voces, de extensa tesitura realizan verdaderos prodigios con sus grandes facultades y maravillosas gargantas. Los navarros son eminentemente filarmónicos, llevan fama mundial sus muchos orfeones y corales. Ahí tenemos a Gaztambide de Tudela, Laserna de Corella, Arrieta de Puente la Reina, Estela de Burguete, el insigne violinista Sarasate, Joaquín Larregla de Lumbier, Gayarre del Roncal, el asombroso tenor jamás igualado, divo de laringe misteriosa. Los navarros pueden presumir de cantar la jota con tanta peculiaridad como lo puedan hacer los aragoneses.
La jota navarra presenta una riqueza melódica y un interés poético que la convierten en una manifestación popular representativa.
LA JOTA, ROMANCE EN ESENCIA
Durante siglos se cantó en romance y al son de cuerdas como las de la guitarra. El romance representa la poesía típica de habla hispánica en España y América, en el campo como en las aulas. Es un maravilloso poema breve con su carácter épico-lírico.
Tres damas van para Misa
a facer la su oración:
entre medio la mi esposa,
lo que más quiero yo.
Por aquellos prados verdes
qué galana va la niña,
con su andar siega la hierba
con los zapatos la trilla.
El siglo XVIII fue para la música navarra uno de los más irradiantes y resonados. En el año 1722 nació en Roncal Sebastián de Albero. A sus 24 años era organista principal de la Real Capilla de su Majestad en Madrid done tres años más tarde contraía matrimonio con María Ángela de Lacalle, nacidsa en Bargota (Navarra) y residente en la capital de España. Como compositor es considerado figura cumbre de la música española del XVIII. Falleció con sólo 34 años.
Con el apodo "de Tudela" es conocido el gran compositor Pedro Aranaz y otro tudelano, el maestro Pablo Arrubla, dejaron entre sus obras piezas de sabor navarro, temas variadísimos, como jotas y tonadillas.
El día cuatro de mayo
en el pueblo de Oroquieta
nos hicieron prisioneros,
nos hicieron guardar fiesta.
LITERATURA DE CAÑA Y VINO
Es muy conocido el romance de "La soltera desgraciada", historia curiosa y verdadera de los trabajos que pasó una muchacha de un pueblo de Navarra por el afán de casarse...
Sin decir palabra alguna
a su pobre madre anciana
hace un hato de su ropa
y a buscar marido marcha.
Va a Pamplona muy contenta
y al momento halló posada
en casa de un zapatero
que a menudo se achispaba.
entra a servir de niñera
y se ajusta la soldada
en media peseta al mes,
la comida y la colada.
Una voz típica de Navarra para designar la comida fue siempre "la costa". Los segadores eran contratados por un sueldo, "la costa" y el vino.También había joteros dispuestos a actuar por "la costa". Tocaban los temas más diversos, que son como la viva historia del pueblo y de sus héroes más queridos. Eran muy populares los corridos de "la costa" como éste de Jesús María Iturri, de Ollogoyen, que todavía se escuchan en Navarra.
Aquí se acaba la historia
con la estrella del Oriente,
y eso le suele ocurrir
a un hijo desobediente.
DE TURRILLAS PARA LOS HERMANOS ANOZ
Precisamente un corrido en homenaje a los Hemanos Anoz, fue compuesto por el Maestro Manuel Turrillas, que dice así:
Cuando te encuentres pachucho
sin ganas de trabajar,
yo te daré un buen remedio
contra la debilidad.
Prueba la sopa de Arróniz
y las perdices de Allín,
los cangrejos de Murieta,
luego en Estella el gorrín.
Los espárragos de Cárcar
no te quedes sin probar,
en Andosilla y Oteiza
buen chilindrón comerás.
Hay muy buen queso en Urbasa,
en Metauten buen jamón,
asados qué ricos son...
Habas con patatas y orejas
por San Andrés comerás,
en Estella y Dicastillo
y en toda la Merindad.
De Abárzuza las alubias
son de fama universal,
si las comes con chorizo
que sea del de Aguilar.
Qué ricas son sus conservas
en Azagra y San Adrián,
en Andosilla y en Sesma,
es la misma calidad.
En Sartaguda y Mendavia
tienen buen melocotón,
en Estella y Genevilla,
buenas pochas con garrón.
Pasa a gusto con lo de Allo
por Estella a chiquitear
junto con los de Los Arcos
que tienen buen paladar.
No te pierdas en Zudaire
unas truchas con jamón,
los pimientos de Lodosa,
ya verás qué ricos son.
El cordero, de Yerri
El cordero, de Yerri
y "pa" mojar el festín,
el tintorro de Mañeru,
o el clarete de Lerín.
Si después del piscolabis
no te encuentras fortachón,
vete al doctor enseguida
que no andas bien del cajón.
Terminamos este capítulo dejando constancia de la célebre jota de concierto del maestro Larregla, titulada "Viva Navarra" en cabeza de las mejores piezas.
Buenas:
ResponderEliminarSoy estudiante de Musicología del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Me gustaría saber si estas entradas (los 4 capítulos que hay en el blog) son reproducciones textuales de la Antología de Ordóñez o si es un resumen o versión realizado por ti. El caso es que estoy haciendo un trabajo de clase, y por el cierre de las bibliotecas no tengo acceso a la bibliografía que necesito, así que me vendría muy bien si los capítulos que has subido son realmente los del libro de Ordóñez. De ser así, ¿solo faltaría el apartado de "Selección representativa" (ese no me hace falta)? En cualquier caso, gracias por compartir este contenido!
Saludos,
Iker