UNA TARDE PLENA EN AZAGRA
Con tiempo arribé ayer por el pueblo de la gran peña que lo circunda, Azagra. Soplaba un vientecillo reparador. Una vuelta por el pueblo, que estaba sin alcalde por asuntos partulares en Pamplona, el regionalista Ismael Pastor. Aproveché para sacar unas fotografías de los edificios más emblemáticos como el Ayuntamiento, la terraza del vermut, la Iglesia de El Salvador, la Casa de Cultura y alguna callejuela con la enorme peña al fondo. Me faltó acercarme hasta la Ermita de la Virgen del Olmo, recién restaurada, que va a ser reinaugurada el 28 de junio por el Arzobispo en una fiesta de época, pues se le tiene gran devoción y cuenta con una larga tradición.
MERMELADA DE SAN ADRIÁN
Llevaba el encargo de comprar mermelada de Azagra para mi cuñado Luis Mari Alegría a quien dejé en el Hospital Virgen del Camino ingresado con ganas de volver a casa. Así lo hice. Entré en una tienda de las llamadas antiguamente "Ultramarinos" y me reconoció enseguida Antolín, miembro del grupo musical "Sabor de siempre", al que presenté un año en Lodosa... Me explicó que toda la producción de conservas de Azagra va a San Adrián y por eso, salvo la que comercializa "Helios" a escala nacional, la etiqueta no lleva el nombre de origen, Azagra.
De ahí ya me fui al lugar donde iba a ser la presentación del libro "El dinero no cae del cielo", obra del economista azagrés Carlos Medran. La Escuela de Música está ubicada allí mismo con lo que estuve entretenido hasta que llegaron viejos conocidos de la "Charanga los RRotundos", con dos erres, para que sean más rotundos, me aclaró David García, que acudió con su hijo David, un mocoso de 5 años, que quiere tocar la batería desde que le salieron los dientes de leche. Luego acudió David Gracia, de la nueva hornada de "Los Compadres". Por cierto que David García y Carlos Medrano, teclista y saxofonista repectivamente cuando tenían 12 años de edad fundaron la que hoy es la Banda Municipal de Música a cuyo director tuve el gusto de saludar también en aquel momento, pues en Azagra, por lo visto, el que no toca algún instrumento canta en la Coral.
El conserje Pedro me enseñó muy atentamente las dependencias de la Casa de Cultura y me presentó a Ester Muñoz, la concejala que luego abriría el acto a las 8 de la tarde haciendo la veces del alcalde. Como Carlos , el protagonista, es hijo del pueblo le dije que no necesitaba presentación que a quien tenía que presentar era a mí... el más desconocido por aquellos andurriales, como así lo hizo entre bromas.
UNA LECCIÓN MAGISTRAL
Le toé el relevo a la Concejala de Cultura y glosé la figura de ese mirlo blanco que se llama Carlos Medrano Sola,. Me acordaba de la frase de Noel Clarasó, que guía mis pasos como periodista, que dice "Vive y luego cuenta lo que has vivido". Y así lo hice. Cómo me encontré ante un economista de raza, que acababa de cruzar la frontera de la juventud, recién cumplidos los 42 años, en una profesión de alto riesgo, que vive con pasión, dotado de una gran preparación como lo demuestra el libro que es una recopilación de sus artículos en prensa en los últimos cuatro años en una tribuna de excepción como es la de Diario de Navarra. Desde que un día se le ocurrió mandar un comentario crítico diciendo "que los planes de pensiones son una porquería". Le llamaron del Diario, le pidieron una foto y hasta hoy, dando y creando opinión, le guste o no lee guste al político de turno. Porque, según dijo ayer en su pueblo el economista azagrés "los políticos no sobran, pero en temas de economía, como no saben, que no entren, que no estorben..."
Cuando veía a la gente, a su gente, entusiasmada escuchando a Carlos me acordaba de la cita de Antonio Machado: "Dijiste media verdad, dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad"... Porque Carlos es un economista valiente, francotirador, moderno, capacitado. Ha hecho de la economía su forma de vida. Decir la verdad, ser libre le han hecho ganar en confianza, en credibibilidad.
Con proyecciones muy didácticas, durante una hora, que ya es decir, recorrió todos los vericuetos más espinosos del momento: emprendedores, crisis, pensiones, gestión política...Hasta quedaron ganas de descubrir más ideas de este ideólogo azagrés en el animado coloquio.
Yo le dije al terminar a Carlos: "si quieres tener éxito sé tú mismo como hasta ahora. No digas sí cuando quieras decir no". Y le pedí algo más, a la vista de las peticiones que está teniendo para conferencias: "Es preciso correr riesgos, seguir nuevos caminos y abandonar otros".
Había que poner punto final para dejar buen sabor de boca. Le quité el micrófono para despedir felicitando al auditorio por el interés demostrado ante un tema de moda como es la economía, pero nada entretenido, hartos todos de que nos den gato por liebre y nos roben nuestros dineros. Con clases como la impartida ayer en Azagra se andarán con más cuenta porque el analfabetismo financiero no será tan descarado y evidente..
Mi frase final, tras el chiste de ocasión, fue la siguiente dirigida al brillante conferenciante: "Cuando hagas un favor no lo recuerdes, cuando te lo hagan no lo olvides".
Porque vas a tardar mucho tiempo en olvidar lo bien que se ha portado tu gente, tu pueblo de Azagra acogiendo una conferencia tan árida..
Así se explica el mensaje que recibió su esposa Mª José durante la cena: "En Azagra estamos muy orgullosos de Carlos".
UNA CENA FAMILIAR COMO BROCHE
Me dieron como regalo algo típico de la tierra, tan generosa en el cultivo de ricos espárragos y excelente vino clarete. Cenamos juntos el matrimonio Carlos-Mª José y los dos mellizos, unos trastos por cierto como buenos músicos que son Román y Diego, que terminaron rotos en los brazos de sus papás como dos bebés, una muestra del gran amor que reina en esa familia, de la que sólo faltó al evento de la Casa de Cultura el abuelo, padre de Mª José, por sentirse indispuesto. Porque allí estuvieron fieles a la cita: Seila, Javier, Elena, David, Iván, Raquel...todos, como recoge la foto familiar al final del acto, tras la firma de dedicatorias del libro, como es de rigor.
En la improvisada cena no faltaron langostinos, jamón y unas pastas de cierre. A las doce de la noche emprendía viaje de vuelta a Huarte, el pueblo de las mejores cebollas del mundo, eso dicen, tras una jornada vivida intensamente junto a un amigo que lo va a ser para siempre. ¡Ah! y acepto el ruego de Iván, Presidente de la Peña Azagresa, que quiere que esté presente en la celebración de los 50 años del Club de Fútbol. Parece que no se me dio mal la presentación, una vez más...
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