jueves, 15 de diciembre de 2016

RETEGUI-LAJOS, DUELO CLÁSICO MANOMANISTA DE LOS AÑOS 70 POR SU POLÉMICA RIVALIDAD (Cap. 4º)

(Imágenes cedidas por Ángel Mari Iriguíbel)

SALTABAN CHISPAS EN LA CANCHA

El eterno duelo Retegui-Lajos de los  años 70 lo podemos definir como un clásico Madrid-Barcelona, un Ronaldo-Messi del fútbol actual pero con mucha  más sustancia y meollo, con más cozkor. Tantos y tan intensos fueron sus enfrentamientos que siempre se ha especulado con que ambos pelotaris mantenían una relación pésima en el terreno personal, situación que llegó a su punto culminante en 1976. Las polémicas surgidas a cuenta de suspensiones por enfermedad o lesión fueron otro jalón en la conflictiva competitividad entre ambos jugadores.
En 1970 el triunfo fue para Retegui, 22-12, ante un mermado Lajos, como hemos comentado en el capítulo anterior. Un año después intercambio de papeles y victoria para el de Larráinzar frente a un Retegui abrumado por la responsabilididad. Tras la primera suspensión en 1972, Lajos decidió dejar el torneo, lo que fue aprovechado por el guipuzcoano Fernando Tapia para erigirse en el nuevo aspirante. Una lesión muscular mediado el partido definitivo, fue obstáculo insalvable y Retegui suma su cuarto título.
En 1974 Lajos regresa al torneo pero Iñaki Gorostiza se cruzó en su camino. Retegui, en una de las mejores finales de la historia del campeonato venció al vizcaíno por un apretado y emocionante 22-21.
Volvió el duelo más clásico en el 75 y volvió Lajos a perder sus oportunidad (22-14). Fue el último enfrentamiento individual en una final entre ambos. Un año después el esperado choque no se produjo por lesión de Retegui y el título cayó en manos de Lajos sin tener que salir a la cancha y se puso fin a una de las disputas más hermosas y encondas  en la historia de la pelota. A pesar de que Lajos jugó en el 77 y de que Retegui I se mantuvo en la competición varios años más, ninguno de los dos volvería a alcanzar una final.


SUSPENSIONES Y CRISIS  DE ANSIEDAD

Los enfrentamientos entre Juan Ignacio Retegui y Julián Lajos en el Manomanista estuvieron salpicados de incidentes, suspensiones y discutidas decisiones federativas, que tuvieron su máximo apogeo en 1972 y 1976, cuando se proclamó al campeón sin ni siquiera tener que llegar a jugar  la final.
El primer contratiempo  de historia de sus finales lo encontramos ya en 1970 cuando Lajos, enfermo, tuvo que jugar el partido a pesar de no estar en condiciones de hacerlo, toda vez que el Comité de Competición de la Federación Española no le concedió el aplazamiento solicitado. Dos años después el escándalo fue notablemente mayor.


Lajos se retiró de la elección de material enfurecido, protestando por unas pelotas que consideraba perjudiciales para sus intereses y amenazando con no jugar el partido. Aquel incidente le provocó una crisis nerviosa, que derivó en problemas musculares por lo que pidió un aplazamiento que, a pesar de los certificados médicos, no le fue concedido. Además se le dio el título a Retegui y se sancionó a Lajos con un mes  y  medio de suspensión.
Yo fui testigo de excepción aquellos días cuando visité a Julián Lajos en su domicilio de Eugui y estando en cama, en plena crisis emocional y nerviosa, lo más fino que me dijo fue "vete, no quiero ver a ningún periodista"... Las buenas artes de Pili Ustáriz, lograron que amainara el temporal.

PAISANOS PERO NO AMIGOS



La polémica, esta vez con Retegui como protagonista, regresó en 1976. El de Erasun fue esta vez el solicitante de un aplazamiento a causa de un callo en la mano derecha. Ante la negativa del Comité a conceder el aplazamiento, el pelotari llegó a pedir amparo al Presidente del Gobierno  y a la Secretaría del Movimiento. la Delegación de Deportes obligó a que se aplazase la final. La Federación Española acató al decisión y determinó que había que esperar a que Retegui estuviese listo. Sin embargo sorprendentemente, terminó por fijar una fecha  inamovible y como el pelotari de Erasun no estaba a puno,  Lajos fue declarado campeón.
Este monumental embrollo y la decisión del Comité de no contemplar la posibilidad del aplazamiento para el torneo de 1977 provocó la renuncia de Ignacio Retegui a participar, postura en la que fue secundado por todos los pelotaris de Empresas Unidas. La normalidad volvería en 1978 pero para entonces Lajos ya se había despedido definitivamente del torneo, Decisión que no tardaría en seguir su rival Retegui. Las polémicas por los aplazamientos siguieron produciéndose, pero ni uno ni otro fueron ya protagonistas de ellas.

8 DE MAYO DE 1971: 
JULIÁN LAJOS, CAMPEÓN

Con el frontón Anoeta abarrotado de público, la final defraudó por falta de emoción y de calidad. Lo justificaba así el perdedor Retegui: "los nervios y la gran responsabilidad  de tener el dinero  doble a sencillo a mi favor me han destrozado". Lajos por el contrario estaba feliz y no paraba de decir que decir "he conseguido el sueño de mi vida",  a pesar del discreto encuentro.
Presidieron el festival los presidentes de la Federación Española, Guipuzoana y Navarra con Santi Mendiluce a la cabeza, antes de iniciar el partido se rezó el Ángelus, entonces costumbre tradicional que ya se ha perdido.
Cinco tantos de saque para Retegui (3, 11, 12, 16 y 17) por una falta. Lajos conseguiría custro  tantos de saque (5, 9, 18 y 20). El dinero de las apuestas salió 100 a 50 por Retegui cantándose la primera  vez a la par cuando aventajaba Lajos 10-6. El encuentro tuvo una duración de 60 minutos con  12 minutos de juego real y 192 pelotazos a buena. La marcha del marcador fue la siguiente: 1-0,  1-4, 4-4, 6-4, 6-6, 12-6, 12-8, 13-8, 13-9, 15-9, 15-12, 16-12, 18-14, 18-17, y 22-17 final.
Estando el marcador 15-10 el juez de centro llamó la atención a  Lajos por sus constantes descansos y viajes al vestuario. Momentos después hizo lo propio el delegado federativo Sr. Cortázar.

LO QUE DIJO LA PRENSA EL DÍA DESPUÉS



SOBRE RETEGUI I.
-Es la primera vez que vemos a Retegui I  nervioso, descentrado. Falló en su fuerte, saque-remate, e incluso en sus boleas incurriendo en fallos impropios de él. Por 26 veces entró de aire consiguiendo tres tantos, cinco pifias y dieciocho sin consecuencias en el marcador. Durante todo el encuentro se le vio inquieto, preocupado, sin gozar de la pelota. Fue la sombra del Retegui I campeón. 


SOBRE LAJOS.
-Sin hacer grandes cosas realizó un encuentro normal en él,  Consiguió merecidamente la "txapela" porque sin duda fue el menos malo de los dos. Hizo su clásico partido de pelotazos impresionantes. Se  le vio tranquilo al principio pero a partir de la primera decena  de tantos y una vez superado el 1-4 adverso, al ver flojear a Retegui se fue decididamente por el triunfo.
En resumen: una final mala de solemnidad.

Unos días después, Lajos recibió un homenaje por su título de campeón siendo obsequiado con un reloj en una cena en el Hotel Maisonnave.


                                                   (CONTINUARÁ) 

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