Si hablamos del deporte ‘rey’, de sobra serán
reconocidas estas facultades en futbolistas de la talla de Zinedine Zidane,
Ronaldinho, Andrea Pirlo o más recientemente Andrés Iniesta, Cristiano Ronaldo y Leo Messi entre muchos
otros. Los que prefieren una cancha de baloncesto seguro que estarán de acuerdo
en que el apodo de “Magic” no es infundado cuando hablamos del famoso base de Los Ángeles
Lakers. De la misma forma que en el mundo de la raqueta hace tiempo que un tal
Roger Federer demostró que las clases magistrales también pueden impartirse en
la hierba de Wimbledon. Si vamos un poco más allá, si analizamos un deporte de
una entrega, tesón y esfuerzo igual o incluso mayor que la de los mencionados,
el balonmano dignificó enormemente a un
descomunal central croata por encima del resto: Ivano Balić.
El 1 de abril de 1979 (el croata va a cumplir 37 años) llegaría al mundo el que en un
futuro sería considerado para muchos entendidos como "el mejor jugador de balnmano de todos los tiempos".
DEL BALONCESTO AL BALONMANO
Como la mayoría de niños de
Split, en su infancia practicó otros deportes como el fútbol o el baloncesto
antes de decantarse definitivamente por su verdadera pasión. La canasta fue lo
primero que llamó su atención desde muy pequeño. Su interés por la NBA y en
especial la gran devoción que sentía por los Boston Celtics hicieron que decidiera probar suerte en el parqué
hasta los 15 años. Precisamente jugando como base en las categorías inferiores
del KK Split -máximo exponente del baloncesto croata en la década de los 90-
fue donde más aspectos técnicos y tácticos adquirió para su formación posterior.
Sin embargo, el hecho de haber nacido en el seno de una familia tan unida al
balonmano le motivó finalmente a cambiar los aros por las porterías. Sus padres
eran profesionales del allí denominado ‘rukomet’ y eso supuso que para su propio beneficio heredase lo mejor de
cada uno.
A LOS 20 AÑOS YA ERA UNA FIGURA
Tras dar sus primeros pasos
en el humilde RK Split de su ciudad natal, comenzó su andadura
en la liga croata enrolándose en las filas del RK Metković. Tendría
por aquel entonces poco más de 20 años y ya se podía intuir sutilmente que ese
chico era un diamante en bruto que necesitaba ser pulido. Sus movimientos con y
sin balón eran un suplicio para las defensas rivales, su visión de juego era
extraordinaria y la multitud de recursos que empleaba a la hora de lanzar,
sumado a su gran precisión en el pase, le convertían en un jugador capaz de ganar él
solo un encuentro con
una genialidad en el momento más determinante del partido.
Pero su carrera no se
detuvo ni muchos menos ahí. El Campeonato del Mundo logrado por la selección
nacional croata en 2003 fue un aliciente más para que el Portland San Antonio de Pamplona se interesase en incluirlo
en su magnífica plantilla. Cuando grandes equipos de Europa se lo rifaban, él
lo tuvo claro. Quería compartir vestuario con el que había sido durante años su
mayor ídolo, Jackson Ríchardson.
LOS MEJORES AÑOS EN PAMPLONA
Y es que, pese a un primer año fuera de casa bastante duro, el aprendizaje al
lado de un ‘monstruo’ como el habilidoso central francés y la Liga ASOBAL conquistada
frente a todo un Barça hicieron que su crecimiento fuera imparable. Según sus
propias palabras: “Llegué como un niño y salí
como un hombre”. Sin duda en Pamplona pasó
los mejores años de su carrera y deslumbró al mundo con su juego estético e
imaginativo.
El apodo de ‘Maravilla’, que le puso el periodista Luis Miguel López, no era para nada infundado. Verle
jugar era una verdadera maravilla: fintas imposibles gracias a su gran tren
inferior, lanzamientos de cadera o en rectificado, ágil armado de brazo, pases
con denominación de origen y una muñeca flexible que tenía en las inverosímiles
roscas su seña de identidad. Pero lo que más caracterizaba a Ivano era su
personalidad. La apariencia algo descuidada que mostraba, su aspecto
aparentemente tranquilo y sosegado en el 40×20
(llegando incluso a parecer apático) y esa sonrisa descarada y vacilona
engañaban con facilidad al espectador, que veía como todo esto se tornaba en
ferocidad y hambre de victoria cuando el ‘genio’ de los Balcanes recibía el balón en la línea de 9 metros y se
colocaba bien su habitual cinta.
CUALIDADES DE UN GENIO IMPARABLE
Como un depredador
insaciable, su objetivo era llevar a cabo el mejor de los ataques posibles
para, acto seguido, volver a su guarida en el banquillo hasta el momento en que
se necesitase de nuevo de sus habilidades para realizar una veloz ‘cacería’. Y es que la defensa no era el punto
fuerte del a veces díscolo jugador croata.
Tras conseguir todos los MVP de los torneos internacionales
(mundiales y europeos) en el periodo 2003-2007, así como la Medallade Oro en los Jugos Olímpicos de SAtenas en 2004, Ivano Balic decidió
volver a competir en su país. Esta vez sería el RK Zagreb quien disfrutaría del que fue
considerado por parte de la IHF como Jugador del Año en 2003 y 2006 (algo que
sólamente han logrado Talant Dujshebaev y
Nikola Karabatić). Bajo su batuta el club ganó cuatro ligas y cuatro copas de
forma consecutiva, al mismo tiempo que el combinado balcánico aumentaba un poco
más su palmarés con un meritorio bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. La
trascendental cita olímpica se había convertido en una competición fetiche para
él, llegando incluso a ser el abanderado en la ceremonia de inauguración de los
Juegos Olímpicos de Pekín (2008).
En el verano de 2012, el
que para muchos es uno de los últimos ‘magos’ del balonmano mundial quiso dar una nueva alegría a los
aficionados españoles. Su inesperado fichaje por el BM Atlético de Madrid le ofrecía la posibilidad de conseguir
la tan ansiada Champions League, una gran espina clavada que le había
acompañado toda su carrera. Sin embargo, el Mundial de Clubes y la Copa del Rey
fueron los únicos títulos que pudo levantar en su primera y última temporada
militando en el club colchonero.
POR NO COGER EL TELÉFONO
En cuanto a la selección
nacional, la tensión palpable entre el jugador y el seleccionador Slavko Goluža
durante los Juegos Olímpicos de Londres -donde el central reclamó mayor protagonismo– provocó su no convocatoria para el Mundial de 2013, según declaraciones
de la federación croata por “no coger el teléfono”.
Sus dos últimos años
como profesional los disfrutó en una de las ligas que aún no había disputado,
la DKB Handball Bundesliga en Alemania. Fichó por el modesto HSG Wetzlar, donde su
principal estímulo ya no consistiría en ganar títulos sino en ayudar a los más
jóvenes que estaban empezando como él casi 20 años atrás. “A los chicos con los que juego les digo que tienen que ser
ganadores, que tengan mentalidad ganadora, pero que se diviertan por encima de
todo”.
EL ·34· DICE ADIÓS A LAS CANCHAS
En enero de 2015, el ‘34’ anunciaba que colgaría las
botas a final de temporada (casualmente el mismo día que Croacia era eliminada
del Mundial de Qatar en cuartos de final): “Tantos
años al más alto nivel han dejado su huella, y tienes que saber cuándo es la
hora idónea para poner
fin a tu carrera“.
Pero, como toda obra maestra, su recuerdo vivirá para siempre.
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