viernes, 28 de noviembre de 2014

ANTOLOGÍA DE LA JOTA NAVARRA (Cap.1º): EL PADRE VALERIANO ORDÓÑEZ




HACE 17 AÑOS EN GRÁFICAS LIZARRA DE ESTELLA

En 1997 salía de los talleres de la imprenta estellica el libro titulado "Antología de la jota navarra" con prólogo de Luis Mª Jiménez de Aberasturi Korta y 175 páginas con estos contenidos:

- Introducción
- Historia
- Selección representativa

"Antología de la jota navarra" es una verdadera enciclopedia de la música y poesía popular. Una historia, recopilación y selección de letras de jotas, clásicas y actuales. Una investigación sobre la vida cotidiana: el campo, la huerta, el amor a la tierra, galanteo, jocosidades, sus hombres y mujeres...Es algo navarro que tiene como seña de identidad "la jota".

Y si se trata de escribir sobre la jota navarra, nadie mejor preparado que el P. Valeriano Ordóñez, S.J., navarro y poeta. Impulsor de jornadas y festivales, autor de numerosas publicaciones sobre el tema. Con su amplia formación pedagógica nos introduce en el entorno del mundo de la jota. Su pluma nos habla de compositores, intérpretes y nos presenta más de un centenar de letras, ordenadas temáticamente.




Con su pluma el Padre Ordóñez
a la jota le da vida,
por ser canto de su tierra,
a la que ama y admira.
Poeta, escritor ilustre,
navarro de pura cepa,
en Torres del Río nace,
la jota en el alma lleva.


BIOGRAFÍA BREVE DE UN SABIO HUMILDE


El P. Ordóñez nació en Torres del Río, junto a la iglesia de la Orden del Santo Sepulcro. Ya para los cuatro años se conocía de memoria las auroras de su pueblo y los cantos de los cofrades de la Cruz. De sus padres Ismael y Mª Nieves aprendió las primeras jotas.
Estudió en Sangüesa, pasando posteriormente al colegio situado en el Castillo de Javier. De su familia, él y dos hermanos más ingresaron religiosos, partiendo para misiones a la India y Paraguay. El P. Valeriano ejerció como profesor de griego, literatura y filología. Espacios radiofónicos, conferencias, trabajos de investigación y un largo etcétera jalonan la vida de este escritor navarro.
Pero el presene trabajo no es una mera recopilación de letras de jotas ordenadas y seleccionadas a su gusto y criterio. El  P. Valeriano Ordóñez es una persona, un escritor de éxito en varias de sus publicaciones y aquí demuestra su oficio. Pero lo que más salta a la vista en esta "Antología de la jota navarra" es a que es navarro y que quiere a la jota. Su estilo es académicamente apasionado. Convierte a la jota en un tema histórico y de su mano pasamos de los árabes a los romanos, de Valencia a Canarias, de Zaragoza a Navarra. Nos presenta los orígenes, los instrumentos que se utilizaban para su interpretación dónde y quién los tocaba, autores de partituras y famosos intérpretes que pasaron a la historia.


UN ERUDITO AMANTE DE LA JOTA




Después, al término de la lectura de estos capítulos en nuestro blog llegaremos a la conclusión de que la jota es algo más que una canción de romería o de después de un buen ápage.
"Antología de la jota navarra" es un libo ameno del que vamos a entresacar la sustancia y meollo del mismo, que con tanto acierto ha plasmado en su libro el amigo jesuíta, que tuve el gusto de conocer y tratar con verdadero cariño y admiración cuando con sus moto "Mobylette" recorría los barrios de Pamplona o coincidíamos en las antenas de cualquier emisora o festival.

UN APUNTE A RAÍZ DE SU MUERTE

Torres del Río, su pueblo natal , le dedicó una calle

El Gobierno de Navarra expresó su pesar por el fallecimiento en Loyola del padre Valeriano Ordóñez y ofreció sus condolencias a la familia y la Compañía de Jesús. Valeriano Ordóñez poseía la Cruz de Carlos III el Noble, que le fue concedida por el Gobierno de Navarra el 10 de mayo de 1999 por su ingente labor en la revitalización de la cultura musical popular y, en especial, de la jota. En la concesión de la Cruz de Carlos III el Noble, el Gobierno de Navarra elogiaba al padre Ordóñez como "hombre de portentosa vitalidad y de una afabilidad sin límites, que ha recorrido minuciosamente toda la geografía navarra, apoyando con su presencia y asesoramiento las manifestaciones folclóricas y, muy especialmente, a la incorporación de nuevas generaciones".
Valeriano Ordóñez nació en Torres del Río el 28 de noviembre de 1924, estudió en Sangüesa y Javier y se ordenó sacerdote en la Compañía de Jesús. Realizó estudios históricos y alcanzó el doctorado en Letras en el instituto Francisco Suárez del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y desde 1956 fue profesor en el colegio San Ignacio de los jesuitas de Pamplona. Fue autor de más de sesenta obras sobre temas folclóricos, históricos y espirituales.


GRAN IMPULSOR DE LA JOTA NAVARRA

Con la importante colaboración del P. Ordóñez
 
El sacerdote jesuita Valeriano Ordóñez Fernández falleció el 21 de marzo de 2003 de una parada respiratoria en el santuario de Loyola, donde residía desde 1999. Tenía 78 años. Escritor de más de 70 libros y profesor del colegio San Ignacio de Pamplona, el padre Valeriano, como era conocido popularmente, fue uno de los mayores impulsores que ha tenido la jota. Esa pasión fue recompensada con numerosos homenajes y con la Cruz de Carlos III el Noble por parte del Gobierno de Navarra. El P. Ordóñez había perdido mucha movilidad en los últimos años y apenas podía salir de su residencia guipuzcoana.
Valeriano Ordóñez contaba que de joven le impactó la frase de un autor alemán: "La poesía más perfecta y la única verdadera es la popular". Y él se metió de cabeza en ello, en la jota, que según repetía era un romance en esencia. "No canta, tampoco toca, pero es jotero", dijo el alcalde de Murillo el Fruto durante el homenaje que se le tributó en el Memorial Raimundo Lanas.
Han sido varios cientos las jotas que compuso Ordóñez a lo largo de su vida. "Todas las jotas tienen algo de especial pero quizás sienta un cariño especial por la jota a San Francisco Javier", solía explicar el sacerdote.

El escuraño de Tudela le dedicó un cariñoso homenaje

Ordóñez nació el 28 de noviembre de 1924 en Torres del Río, una localidad de Tierra Estella que le brindó un homenaje en el año 1999 y dio a su plaza mayor el nombre del sacerdote.
A los 4 años aprendió a leer.
En su familia hasta los villancicos se cantaban a ritmo de jotas. De ahí surgiría años después el Festival de Jotas Villancicos, que él fundó.
Valeriano Ordóñez estudió en Sangüesa y Javier, y se ordenó sacerdote en la Compañía de Jesús. Estuvo de misionero en Colombia y en Mérida (Venezuela), donde ejerció como docente de griego y literatura de jóvenes jesuitas durante tres años. De aquella estancia surgió su afición por la escritura. Escribía crónicas deportivas para un periódico de Mérida y firmaba "R. del Pino" porque veía los encuentros desde un árbol.
Con 29 años regresó a Loyola para contar misa. Realizó estudios históricos y alcanzó el doctorado en letras en el instituto "Francisco Suárez" del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y desde 1956 fue profesor de humanidades griega y latina, y de literatura española y universal en el colegio San Ignacio de los Jesuitas de Pamplona.
Sus alumnos -"Nada para mí, todo para el alumnado", era su lema- le pusieron el mote de "Mannix", por sus grandes manos. Desde 1963 fue director de la Obra de Ejercicios Espirituales de Navarra.
Ordóñez estaba en posesión de la Cruz de Carlos III el Noble, que le fue concedida por el Gobierno de Navarra el 10 de mayo de 1999 por "su ingente labor en la revitalización de la cultura musical popular y, en especial, de la jota", según se señaló.
Creador de las Javieradas de la tercera edad, Ordóñez era un hombre de "portentosa vitalidad y una afabilidad sin límites", según elogió el Gobierno de Navarra en la concesión de la Cruz de Carlos III el Noble. De hecho, se cuenta que hace muchos años tuvo un accidente en moto durante unos Sanfermines y se hirió en un brazo. El médico quería que permaneciera ingresado, pero él se marchó del hospital bajo la promesa de que no saldría de su casa. Al día siguiente coincidió con el médico en los toros.
Valeriano Ordóñez era capellán de la Orden del Santo Sepulcro en Navarra desde 1992 y patrono de la Federación para la obra social de la orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, entre otros cargos. Tenía seis hermanos varones, uno de ellos jesuita y otro cisterciense.
En 1999 se trasladó a vivir a la residencia de los jesuitas en Loyola.
A sus espaldas deja más de 70 obras publicadas sobre historia, literatura, formación de la juventud y versos. Varias de ellas han sido traducidas a varios idiomas. En algunas ocasiones utilizaba el pseudónimo de "Is-Orval".
Los funerales tuvieron lugar la Basílica del Santuario de Loyola. También se celebró una misa funeral en la iglesia parroquial de San Andrés de Torres del Río.

1 comentario:

  1. Sabe como se llama una jota que habla de que sevilla tiene al gran poder y navarra a san FJ. Muy agradecido

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