INSTALACIÓN DE UN ASCENSOR, ADECUACIÓN DEL ZAGUÁN Y APERTURA DE UNA NUEVA TAQUILLA, ENTRE LAS OBRAS REALIZADAS
El Teatro Gayarre ha emprendido unas obras que
van a eliminar los problemas de accesibilidad que ahora plantea. Los
responsables de la institución han abierto la posibilidad de que, mediante mecenazgo, las personas o empresas interesadas puedan hacer una
aportación para ayudar a sufragar las reformas, que han cambiado el aspecto
del zaguán exterior.
Las actividades del Teatro Gayarre ya fueron
declaradas en su día proyecto Mecna al quedar amparadas por la Ley Foral de
Mecenazgo Cultural de Navarra, con lo que las
donaciones que reciba de particulares o empresas se benefician de ventajas
fiscales. “Al tratarse
de un proyecto de eliminación de barreras arquitectónicas que va a posibilitar
que cualquier persona pueda acceder a cualquier lugar para disfrutar de nuestra
programación cultural, un proyecto por tanto de interés social, solicitamos que
la obra también fuera reconocida como proyecto Mecna por el Gobierno de
Navarra, y la petición ha sido atendida”, explica Grego
Navarro, directora gerente del Teatro.
Se abre así la posibilidad de que cualquiera
pueda convertirse en mecenas de la reforma realizando una aportación. Si el
dinero aportado está entre los 6 euros (el mínimo que puede donarse) y los 150,
los particulares se deducirán el 80% de lo aportado en su declaración de la
Renta, y partir de 150 la deducción es del 40%. En el caso de las empresas, la
donación es un gasto fiscalmente deducible que permite reducir la base
imponible del impuesto, con el límite del 3% de la cifra de negocio o del 30%
de la base imponible previa a la reducción. Por otro lado, las empresas pueden
deducir el 30% de la donación en la cuota líquida para los primeros 300 euros,
y si se supera esta cantidad la deducción es del 20%.
El coste de
los trabajos se va a financiar con cargo al presupuesto de la institución, abono que se reducirá con la
cantidad que aporten quienes deseen colaborar como mecenas. El lema del
proyecto es ‘Del Gayarre al cielo’, combinando las ideas del ascensor
que sube “y que aquí se pueden ver disciplinas y actuaciones
con las que disfrutas y te pueden llevar a otros mundos”, comenta Grego Navarro.
El objeto principal de las obras es instalar un ascensor que posibilite a las personas
con discapacidad o con movilidad reducida el acceso a los palcos y
anfiteatro. “Disponíamos de un espacio en la sala reservado para
quienes venían con silla de ruedas, pero había otras personas con dificultades
para subir escaleras que se veían obligadas a pagar las entradas de sala porque
no podían llegar a un palco o al anfiteatro, que son más baratas, y si se
habían agotado las butacas de la sala se tenían que ir”, señala la directora gerente,
quien muestra su satisfacción porque todo el mundo tenga las mismas
posibilidades de acceso a los diversos espacios del edificio.
El pasado 17 de julio dieron comienzo las obras de
instalación del ascensor, dando cumplimiento a un histórico
anhelo de los
responsables del Teatro. Está en la parte derecha del zaguán, donde estaban las
ventanillas de las taquillas que van a ser sustituidas por un mostrador situado
en el lado izquierdo. “Hemos aprovechado también para contar con una
rampa en condiciones porque la anterior era una solución provisional adoptada
tiempo atrás y que ni siquiera cumplía la normativa”, señala Navarro. El acceso
general se realizará por la nueva puerta que se abre en la pared que ocupaban
las taquillas. Los arquitectos autores del proyecto son Rakel Arbizu y Fermín
Ibarrola, que también
han intervenido en la escalera y han habilitado una terraza en la azotea apta
para la realización de eventos.
Las obras finalizarán a mediados de noviembre y
durante las mismas el Teatro ha mantenido su programación sin interrupciones.
Están siendo meses de incomodidades, ruido y polvo, pero el público los soporta
de buen grado, sin duda por tratarse de una institución tan enraizada en la
ciudad, comenta Grego Navarro, quien confía en que esa circunstancia hará que
sean numerosos los mecenas.
Y para que nadie se quede sin disfrutar de los
espectáculos, se va a sustituir el actual sistema de audio, que data de 2003, por otro que
incluye auriculares que amplifican el sonido, adaptables a personas con
audífonos e implantes cocleares, mientras que las personas invidentes podrán
seguir lo que ocurre en el escenario con aparatos de audiodescripción.
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