martes, 27 de junio de 2017

CARTA DE DESPEDIDA DE KENAN KODRO




Ya se ha cumplido un año desde el ascenso en Girona. Aquel día, todos juntos conseguimos lo que nos merecíamos. Quiero agradecer al Club Atlético Osasuna y, sobre todo, a la afición el apoyo que he recibido durante los tres años que he estado en Pamplona.
Gracias a esta gran familia, he podido madurar y crecer como futbolista. Nunca me ha faltado de nada, ya que me habéis dado todo lo que he necesitado en esta etapa. A pesar de los momentos difíciles que he vivido, siempre me habéis hecho sentir como un rojillo más.
Poder jugar el Mundial con mi selección es el sueño que he tenido desde que era un niño y, por eso, creo que dejar el Club en este momento era la mejor decisión para todos, ya que también quería que Osasuna recibiese una compensación por mí. ¡Muchas gracias a todos! Eskerrik asko! ¡Osasuna nunca se rinde! ¡Volveremos a Primera!

DE CASTA LE  VIENE AL GALGO



Como desgraciadamente sucedió con muchos futbolistas de élite de la antigua Yugoslavia, la Guerra de los Balcanes le obligó a reinventarse para buscarse el pan fuera de sus fronteras. Meho Kodro (Mostar, 12 de enero de 1967) llegó a España con 24 años, justo cuando se iniciaba un conflicto bélico que dejó por el camino a familiares y amigos y que destrozó su ciudad natal.
En el verano de 1991, la estrella realista John Aldrige (40 goles en 73 partidos) tomó la sorprendente decisión de regresar al fútbol inglés, pero la Real Sociedad reaccionó con agilidad y atino. Fichó a Kodro por setenta millones de pesetas y el bosnio dejó una brillante hoja de servicios durante cuatro temporadas (73 tantos en 129 partidos): «Fui muy feliz en la Real. Es el club de mi vida. Y la ciudad es maravillosa. Por eso una vez que terminó mi carrera nos quedamos aquí a vivir. Mi familia se siente muy identificada con San Sebastián».



El delantero bosnio sigue ligado al fútbol desde los banquillos. Llegó a ser hasta seleccionador de su país, aunque ahora está sin equipo, y es padre de tres hijos: las chicas Danila y Meleiha, y el varón Kenan, futbolista y delantero, como su progenitor. El mediano de los Kodro se crió en el Antiguoko, club de dónde salieron Xabi Alonso, Arteta o Adúriz, y allí fue dirigido por su padre. Luego pasó a formar parte de las categorías inferiores de la Real Sociedad hasta que en el verano de 2014 fichó por Osasuna, donde consiguió el ascenso a Primera el pasado año marcando goles decisivos.



Meho cree que su hijo tiene cualidades y talento para triunfar en el fútbol, aunque los inicios hayan sido complicados: «El apellido fue más un peso que una bendición. Es muy complicado el papel de mi hijo, mucho más de lo que la gente se piensa. Cuando se marchó de la Real hace un par de años se liberó. Aquí en San Sebastián la sombra de mi apellido es muy alargada», explica Kodro padre. Kenan le da la razón: «El apellido pesa, tanto que hasta te puede restar. Por eso cuando estaba en la cantera de la Real Sociedad, que la gente me comparase con mi padre me provocaba ansiedad y nervios, y no podía vaciarme ni mostrar mi fútbol, pero desde que estoy en Osasuna ya no me influye saber quién fue mi padre»
Meho no es un padre que esté todo el día encima de su hijo, «no me gusta agobiarle, solo darle buenos consejos». Sabe que lo que él fue en el fútbol no en sencillo lograrlo y por eso mima y cuida a su hijo con mucho tacto: «Lo único que le pido es que tiene que tener su propio carácter. Que se olvide del apellido que lleva en la camiseta. Su gran problema es que ha tenido una explosión tardía, pero ahora en Osasuna ha encontrado su espacio y estoy convencido que va a crecer mucho en Pamplona». «Así es, yo soy Kenan Kodro, no Meho Kodro, y estoy haciendo mi carrera. Hay jugadores que maduran antes y otros después. Ahora estoy el equipo adecuado dibujando mi propio camino» explica el hijo.



A sus 23 años, Kenan es ya un héroe en Pamplona. Anotó el tanto del ascenso ante el Girona y lo primero que hizo nada más acabar ese encuentro fue dedicárselo a su padre: «Ese gol me emocionó más que cualquiera de mi carrera. La felicidad y el éxito de un hijo no tiene comparación con nada». Kenan le avisó horas antes de que marcaría y se lo dedicaría. Y así fue: «Él mejor que nadie sabe todo lo que hemos pasado juntos entrenando y todo lo que yo había trabajado para ese momento. Pero quiero más, y ojalá pueda dedicarle pronto mi primer gol en Primera». A ver si en el próximo Mundial con Bosnia puede repetir las gestas de su padre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario