Sergio Herrera lo paró todo
Osasuna logró lo que fue a buscar
Dos veces pisó el área en todo el
partido, y ni siquiera una sola vez tiró a puerta. El once de Diego Martínez
viajó al Heliodoro a por un punto y es lo que se trajo con trabajo, el acierto
del ‘parapenaltis’ Sergio Herrera, y un pelín de suerte.
Los rojillos cuajaron en el Heliodoro Rodríguez López su
partido más rácano de la temporada. Salieron a especular con el empate y ahí
concentraron todo su enorme trabajo.
Nadie puede negar que se trató
de un punto ciertamente trabajado, especialmente por el portero Sergio Herrera, aunque cualquiera puede
añadir también que logrado con buenas dosis de fortuna. Sin ese pelín de
suerte, difícil jugar con fuego a lo largo de 95 minutos y no quemarse.
Osasuna sacó
en Tenerife su cara
más huraña. Nada de fútbol vistoso, con un mínimo de ritmo o imaginación. Todo
lo contrario, es decir, disciplina posicional para cortocircuitar el juego del
rival, desentendimiento del balón, trabajo a destajo y bien oscuro, y
concentración total de principio a fin. A pesar de ello los isleños llegaron al
área, donde en última instancia toparon con Sergio
Herrera que, además de detener un nuevo penalti, hizo paradas de
verdadero mérito. A cambio, Osasuna no
pisó área hasta el minuto 40, no creó peligro hasta la reanudación, y no tiró a
puerta una sola vez en todo el encuentro.
Con tales hechuras, imposible imaginar un partido ecisamente divertido. Vaya un dato concluyente: Osasuna no encadenó tres pases en todo el encuentro. Es difícil, casi imposible, pero lo consiguió. Ni tres combinaciones seguidas.
El equipo de Diego Martínez
suele basar su juego en la disposición táctica para detener al contrario. No
presiona, pero cierra espacios. Después, busca el gol de diferentes maneras
según vaya el juego. En el Heliodoro solamente
contuvo, jugó todo el partido de espaldas al balón, con la labor oscura e
incansable que esto implica. El Tenerife acabó
desquiciado porque se veía con el balón, lo movía, llegaba, pero en ningún
momento pudo transcender al mero intento. Quizás le pesaran las ausencias,
especialmente de Mérida y Torres, ausencias que cubrió dando
entrada a Fausto Tienza en
el doble pivote y a Miguel de las
Cue partido o aguantaba el jugador.
vas con una labor polivalente según transcurría el partido o aguantaba el jugador.
Con el novedoso once podría presumirse, por ejemplo un 4-2-3-1, o incluso un 4-4-1-1, con De las Cuevas de media punta y con uno de los dos delanteros, David Rodríguez o Quique González caído a banda derecha, ya que la izquierda era de Mateo. Sin embargo, el técnico rojillo se mostró de salida fiel a su 4-4-2 con De las Cuevas en la banda derecha, si bien ya a lo largo de la primera parte no tardó en trasladar al alicantino al eje central de enlace con el único punta, papel este último reservado a casi siempre a David Rodríguez con ese dibujo.
vas con una labor polivalente según transcurría el partido o aguantaba el jugador.
Con el novedoso once podría presumirse, por ejemplo un 4-2-3-1, o incluso un 4-4-1-1, con De las Cuevas de media punta y con uno de los dos delanteros, David Rodríguez o Quique González caído a banda derecha, ya que la izquierda era de Mateo. Sin embargo, el técnico rojillo se mostró de salida fiel a su 4-4-2 con De las Cuevas en la banda derecha, si bien ya a lo largo de la primera parte no tardó en trasladar al alicantino al eje central de enlace con el único punta, papel este último reservado a casi siempre a David Rodríguez con ese dibujo.
A priori, cualquiera podría
pensar que el traslado respondía a la idea de buscar mayor creatividad, algo de
lo que el doble pivote Tienza-Arzuraandaba francamente escaso. Pero
no.
Diego Martínez salió en busca de la igualada y en ella concentró su
estrategia, especialmente en la primera mitad. Después, en la segunda, realizó
un ajuste con un tercer central, Unai
García, aparentemente para buscar más profundidad por las bandas, idea
que alimentaba la apariencia de trivote con en el centro con De las Cuevas por delante de Tienza-Arzura.
Sin embargo, con la excepción
de algunas, pocas, ocasiones que cruzó la línea de centro del campo, lo cierto
es casi todo transcurrió por donde solía, si bien el balón circuló algo más
alejado del área rojilla, labor en la que colaboró Xisco, llevando el ritmo de juego a
donde a Diego Martínez gusta.
Sorprendió que el delantero de Santa
Ponça no saliera desde el inicio, porque un partido así le va mil
veces mejor que a Quique González,
a quien sustituyó. Finalmente, la salida de Torró por
‘Arzurita’ sumó en la labor
colectiva de salvaguardar el punto.
En fin, dicen que cuando no se
puede ganar, lo mejor es no perder. En este caso, habría que matizar. Puestos a
no ir a ganar, vale el empate. Sobre todo si se trata de Segunda División,
donde lo más importante siempre es puntuar.
(Por el periodista deportivo
JOSÉ MARI ESPARZA)
navarra.com
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