melodía.
Hace 50 años comenzó una nueva etapa, dedicándose en cuerpo y alma a la familia. En su faceta laboral fue pionero de los entendidos en informática que luego le ha venido muy bien para confeccionar unos libros de música como recién salidos de la linotipia El coro de la parroquia San Juan Bosco, del que era su director hasta hace bien poco y la Rondalla El Salvador, que dirige Félix Lus a buen seguro que le van a echar en falta.
“En su entrega a los hijos se empeñó en darnos un buena formación para la vida, educándonos
según sus convicciones que nunca quiso
imponer, cubriéndonos las espaldas e todo momento. Nos educó en la libertad y
en el respeto. Nos permitió crecer como personas.
En la jubilación la música volvió a ser algo consustancial. En todos
estos años ha dejado una interminable lista de amistades. Era capaz de recordar
a todos , hablar de todos y con todos.
“Para él los valores cristianos eran muy importantes: el trabajo, el
amor al prójimo, la constancia. Las
cosas materiales eran poco relevantes. A él le importaban las personas”.
En la homilía del funeral, “Chisco” Ahechu, el párroco, le despidió con estas sencillas palabras mientras sonaba el eco de “Adagio”, la bella melodía de Albiloni, que tanto gustaba:
“Nos quedamos con la bondad de
Patxi, que seguro está en el cielo haciendo felices muchos”.
Patxi Cilveti, de feliz memoria,
que en mi mente y corazón conservar quiero
la imagen de una dulce novia,
amigo , profesor y compañero.
La música te dio con su cadencia
medida de los tiempos y valores
del blanco y negro y resto de colores
con los que comprender toda la ciencia.
Gracias te doy Patxi, en adelante
por tu labor, tus consejos y datos
y muy en particular por tu talante.
Gracias doy a la vida y al destino
por haberme cruzado en esta vida
gentes tan buenas que hacen mi camino.
Angel Inda
(Músico rondallista)
PATXI CILVETI