AITOR, CON SU CAMISA A RAYAS, ES UNA FIGURA DEL ENCIERRO TODAS LAS FOTOGRAFÍAS CORRESPONDEN A ESTE AÑO 2015 |
El primero de ellos, el del sábado, no llegó a los tres minutos. Pero la pelea no es entre toro y mozo, no. Se trata de coger toro, de tocar pelo en medio de una pelea entre corredores-combatientes para intentar ponerse ante los astados. Y cuando lo logran, aspiran fuerte, corren con la mirada hacia atrás y sueltan el aire al salir del lance. En ese momento, se puede decir que han obtenido su trofeo y levantan la cabeza esbozando una sonrisa de satisfacción. Es como si se hubieran hecho los deberes del día. El encierro, al final, es casi casi un arte. Hay que saber esperar el momento y entrar al toro con la limpieza que los codazos permitan y seguir hacia adelante con valor y temple para irse de la cara del morlaco con gallardía. ¡Así se corre el encierro!. De esta manera entraban, hace unos años, los Atanasio, Eguiluz, los hermanos Etxaniz, Jokin Zuasti, Boti, Iñigo y compañía. Y así continúan haciéndolo los corredores, los buenos corredores.
El encierro es valor, serenidad, entereza, energía, carácter, arte, talento, genio, facultad, destreza, sudor, sangre, lágrimas, Muchos conceptos para unos segundos de gloria. Pero así es el encierro, así hay que aceptarlo y así hay que vivirlo. Levántate pamplonica, levántate y pega un brinco, mira que ya son las cinco y el encierro es a las seis . Las viejas canciones continúan vigentes. Cambia la hora, pero el brinco, pienso yo, será igual el de hoy que el de ayer o anteayer. El encierro es gloria para el corredor y espectáculo para el que lo presencia.
PRÓXIMO CAPÍTULO: AITOR SE RECUPERA PENSANDO EN SAN SEBASTIÀN DE LOS REYES
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