Con José Mª Goicoechea, otro gran músico navarro |
PRIMERO SUS DATOS BIOGRÁFICOS
Hijo de Bernardino y de
Cándida, una encantadora mujer de carácter, ingeniosa e inolvidable, Juan Eraso
nació en Areso (Leitzarán), circunstancia que nunca olvidaría aunque todavía de
meses se trasladó con su familia a Elizondo y a Baztán, donde con Aldudes, el
pueblo natal la mujer de su vida Catherine Hiriart, y Anglet junto a Baiona
acabaría residiendo, transcurriría su vida y firmaría su obra extraordinaria.
La música, y la gente que les conoce en Elizondo y Baztán, sabe que es un valor
y un sentimiento consustanciales al apellido Eraso.
Obtuvo trofeos allí donde llevó su Coral |
EL CANTOR.- Para Juanito, como si un chiquillo fuera le conocían y recuerdan sus coralistas, y explican sus reseñas biográficas, fue con el organista don Juan Berekoetxea, hermano de Mauricio el párroco local e impulsor de la actual iglesia ("delirios de grandeza", decía Eraso cuando echaba de menos la parroquia original de la plaza), empieza a desarrollar su sublime talento musical. Fue un relevante tenor solista, galardonado entre otros con el primer premio (¡mil pesetas!) en el Concurso de Canto de Bilbao que se celebró en el Teatro Buenos Aires en 1940, donde su actuación fue "sencillamente admirable, logrando las más estruendosas ovaciones del público que llenaba por completo la sala".
Luego marcharía a Madrid a intentar seguir
carrera, y allí conviviría con sus amigos el sacerdote Manuel Elvira, creador y
director de la Coral San José de Pamplona, y con el pintor vizcaíno Ismael
Fidalgo que hizo la mili en Elizondo. Trabaja con los
célebres Ataulfo Argenta, compositor y director, el guitarrista Regino Sáinz de
la Maza, y algunas de las voces más relevantes en una época, la postguerra,
difícil para todo, con muchas fronteras y mentes cerradas, aunque llegarán a
actuar en Lisboa, país adepto al régimen, pero no pudo soportar nunca
arribistas y amiguismos y decide volver a casa.
FAMOSA CORAL DE ELIZONDO, DE JUANITO ERASO |
EL DIRECTOR.- Sin embargo, su veneración por la música y el canto permanecen intactas frente a las miserias humanas, y en 1942 comienza a gestar su gran obra coral. De una cuadrilla de jóvenes "de pueblo" (Elizondo no llega a los 1.500 habitantes) escoge a los más fieles y capacitados y se muestra exigente y duro, tiránico en ocasiones (sus coralistas lo recuerdan tanto como llegaron a quererle) para obtener de ellos lo mejor de sí mismos bajo una máxima que no olvidarán nunca: "No basta con cantar, hay que encantar".
En diez años, se empeña en acudir al
Eisteddfod Internacional de Llangollen (Gales), casi un campeonato mundial
oficioso y año tras año un acontecimiento de primer nivel. "El año que viene,
ganaremos" asegura a sus
incrédulos miembros del coro, y cumplirá su palabra: dos primeros premios, un
logro inédito y lanzamiento por toda Europa, Alemania, Austria, Francia e
Italia. En Roma, el coro participa para ganar en el Festivale Internazionale di
Polifonía Vocale Clássica, y es cuando Domenico Bartolucci, director de la
Capilla Musical Sixtina, felicita a Juan Eraso con una frase de antología que
queda para los anales de la Agrupación Coral de Elizondo: "Ahora ya puedo
morir, nunca hubiera soñado con escuchar cantar así".
UNA TARJETA POSTAL DE SU PUEBLO NATAL |
EL HOMBRE.- En 1983, cuando
Carlos Ciáurriz, a la sazón alcalde jurado le reconoce Hijo Predilecto, le
preguntaron cómo le gustaría ser recordado: "Me gustaría que me recordaran
como un chico de Elizondo" y su respuesta permanece en la
memoria, igual que su "el
que sepa que enseñe, el que quiera aprender que aprenda y el que pueda pagar,
que pague", que llorando desconsolado recordó su alumno, el cantor
Joxan Matxain (+) en el entierro del maestro. "Nunca
aceptó cobrarme ni un duro", sollozaba.
CONFIDENCIA PERSONAL DE
JOSÉ Mª GOICOECHEA
RECORDANDO A JUANITO
ERASO
Me la hizo con motivo del Recital Navideño
que ofreció en la iglesia de Ios PP. Redentoristas la Coral Liguori, su Coral.
Me llevó a su habitación y me contó este capítulo inédito de la vida del gran
Juanito Eraso con ruego de publicación, que hacemos de buen grado:
-Habría cumplido el 21 de
febrero 101 años. Hace 71 años le vi por vez primera. Estudiaba bachillerato en
Lecároz. En una fiesta grande cantó en la misa un cantor que tenía mucha fama
en Elizondo. Los del coro, apoyados por un padre capuchino más bueno que el pan
y al que llamábamos Bromo les escuchábamos con la boca pero que muy abierta.
Hacía pocos meses que había ganado el primer premio de canto en un concurso ni
más ni menos que de Bilbao el tal personaje. Y decían que había estudiado en Madrid
en el Conservatorio de Música y Declamación. No podía menos de ser así porque
mientras cantaba no lo hacía como nosotros. Movía el cuello, le salían las
notas de sus ojos y sus brazos giraban, descendían, ascendían, brevemente
reposaban...Lo que siento es que, a pesar de nuestros encuentros, dejó esta
vida sin saber que los dos habíamos tenido el mismo profesor de canto de
Madrid: Cristóbal Altube. ¡Qué hombre! Pastor de oficio, fue el P. Otaño el que
hizo que fuera a Milán a estudiar canto. Su profesor, el Maestro Grani, lo
convirtió en lo que fue. Pero Altube tuvo arrestos para perfeccionar con un
matiz su técnica básica. Así el ejercicio primario comenzaba con la
"u", como con Grani, pero dicha con una "h" de aliento. De
modo que Juanito y un servidor nos hinchamos de ejercitarnos de esta guisa.
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