"EL PRESIDENTE SABALZA MIENTE
A LOS SOCIOS DE OSASUNA"
No sé si Pedro Baile actúa por resentimiento o en un postrero acto de
dignidad osasunista. Sí sé que esta intervención a pecho descubierto llega
tarde. Porque lo primero que hay que decir es que Baile es uno de los
responsables de que la junta directiva haya entregado la plaza a Fran Canal y
en el club impere una forma de gestión en la que el director general decide y
los demás aplauden. El directivo dimisionario tuvo en su día la oportunidad de
propiciar un cambio de rumbo pero, en plena crisis institucional, por el
traspaso de Mikel Merino y las elecciones a la Federación Navarra de Fútbol,
eligió jugar en el campo de Sabalza y Medrano y propició la marcha de Blanco y
Lafón. Es tan responsable como los demás de haber llegado a esta situación que
él ha calificado de incierta e inquietante; y no solo en lo que atañe a la toma
de decisiones en los despachos y a la elección de determinadas personas para el
desempeño de cargos, sino que también sacude a la piedra angular del club,
Tajonar, donde se han escuchado quejas por parte de cualificados exfutbolistas
rojillos de injerencias, de inestabilidad en la idea del proyecto y, cuando no,
de intromisiones puras y duras de agencias de representantes para imponer a sus
chavales en las alineaciones.
Dicho esto, el discurso de Baile viene, por un lado, a confirmar palabra
por palabra las denuncias publicadas por este periódico sobre la deriva de Luis
Sabalza hasta entregar el club a Canal y, por otro lado, revela las maniobras
del director general para domesticar voluntades y amansar a los críticos.
Pero es la parte de su
intervención en la que describe la manera de actuar de Canal, de ganarse
voluntades, la que explica cómo se sostiene esta estructura. Baile, que estuvo
cómodo mientras asumió el papel de portavoz, confiesa que no soportó luego el verse
relegado al ostracismo cuando comenzó a discrepar de Canal, y que decidió
marcharse porque no estaba dispuesto a ser “un tonto útil”, según sus propias
palabras. La figura del “tonto útil”, y perdón por la crudeza, se revela como
una pieza clave del entramado de Canal, un hombre con una habilidad extrema
para vencer la resistencia de su interlocutor, según relatan quienes han estado
más cerca de él. “Es que te gana...”, me confesaba alguien que pasaba al
principio por ser muy crítico con su gestión. Y así es como a un “tonto útil”
Canal lo sustituye pronto por otro que habla por boca del director general o
ejecuta sus decisiones en primera persona o da la cara para llevarse los
tortazos. Otra forma también de captar adeptos a su causa es jugar con la información
(o la desinformación) y distribuirla según le convenga, siempre que no se
escarbe en su tarea dentro y fuera del club o si, por contra, puede contribuir
a desacreditar a quienes se han puesto enfrente. Hasta que no le interese,
claro, como proclama Baile. Usar y tirar.
Con
todo lo que estamos conociendo, a nivel de manejo directivo y de deserciones en
Tajonar, las elecciones a la presidencia asoman como más necesarias que nunca,
aunque su lejanía -faltan cuatro meses- solo acompaña a los intereses de la
actual junta y de Canal. Pero, tras las declaraciones de Baile, que corroboran
en gran parte lo que la afición ya conoce, es urgente una alternativa que
desaloje a esta gente del club antes de que acabe convertido en lo que ahora
parece: el chiringuito de Canal.
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