jueves, 25 de junio de 2015

MIGUEL GANUZA, DIRECTOR DE LA CORAL SANTIAGO DE LA CHANTREA, QUE LLEVA 26 AÑOS CANTANDO LA JOTA DE MADURGA


TIENE 41 AÑOS Y EMPEZÓ A LOS 16

Su madre María Jesús dice que antes de hablar cantaba. Con 6 años ya debutó en la Coral Santiago de la Chantrea en el día del Niño en Sanfermines, y desde los 16 dirige el coro que entona la emocionante jota al santo en la plaza del Consejo. Se llama Miguel Ganuza, tiene 41 años y en su vida sólo ha faltado dos veces a su cita, en 2004 y 2008, por tener que presidir un tribunal de oposiciones. Y eso que lleva viviendo fuera de Pamplona desde 1994. Se casó con Maite, sevillana, y junto a su hijo de casi 4 años reside en Cádiz, donde es profesor de música en un instituto.

"Siempre vuelvo porque hay mucha vinculación familiar con la jota y casi es de obligado cumplimiento. Aún hoy, mi padre, mi hermano y mi cuñada cantan en el coro. Mi madre ya no va a la procesión, pero seguro que llora", sonríe. 

Él lleva 26 años al frente de este coro no profesional que se reúne días antes de las fiestas para ensayar y ningún 7 de julio lo recuerda igual. Eso sí, cada año trata de disfrutarlo más: "Muchos en la calle me comentan que sienten envidia y yo me digo que somos unos privilegiados porque muchos quisieran ocupar nuestro lugar. Lo saboreo cada vez más porque nadie te dice que el año que viene vuelvas a estar". 
Para él, el momento de la jota es "precioso e íntimo". Y a lo largo de todos estos años ha aprendido a controlar los nervios ante los estímulos externos. Guarda como un tesoro el año en el que siendo un niño cantó junto a su padre Miguel Ángel. Y para la jota de este 2015 en su corazón llevará el "agradecimiento" por volver a estar, la "alegría" por poder compartirlo con su familia, la felicidad de que su mujer y su hijo Guillermo estén entre el público y "cosas que se guarda" para él. 






La primera vez que Maite asistió a las fiestas fue en 2006. "No le expliqué lo de la jota, le dije que viniera, porque es más fácil entenderlo si se ve y porque quería compartirlo con ella", rememora. Su hijo Guillermo parece que le sigue los pasos. "Sí que canta y cuando habla me dice: 'Papá, canta'...", comenta emocionado. Y le canta, da igual que sean canciones infantiles que... "Me gusta todo", declara este profesor de música en cuyas aulas no menciona su faceta sanferminera. "No me apetece contarles cosas en primera persona. Si fuera profesor aquí, seguro que hablaría de la jota", opina. 

Por las calles de Pamplona dice que nadie le reconoce y que, "mejor", que él prefiere el anonimato. Y remarca que la jota pertenece a la Chantrea, "a todas las familias del barrio" y que nace de "la voz del pueblo". 


EMOCIÓN DESDE LOGROÑO



De hecho, la Coral Santiago fue promovida por el autor de la jota, el sacerdote Joaquín Madurga, "para cantar al pueblo". La primera vez que la cantaron fue el 7 del 7 de 1977. Una fiesta que Madurga, que en estos momentos reside en Logroño, no olvida. "Más que emoción, aquel día sentí nervios. En esos años a la procesión no iba mucha gente y pensamos en animarla un poco, por eso elegimos la plaza del Consejo", contesta por teléfono este compositor y escritor de 77 años, nacido en Dicastillo y párroco en la Chantrea a partir de 1963. 

Madurga ha faltado a la jota muchos años porque tiene el corazón "delicado" y tiene que estar "tranquilo en lo físico y en lo emocional". "Yo digo que no voy a San Fermín porque me pilla la jota. Y es que a Madurga, al escucharla, la emoción le desborda. Lloro como un crío al ver a San Fermín, aunque son lágrimas que sanan", describe. 

Es hablar de San Fermín y de la jota y a Madurga, operado el año pasado del corazón, se le amontonan los recuerdos. "Parte de la letra se me ocurrió mientras iba a visitar a mi padre que estaba enfermo, mientras conducía un Mini. Él no llegó a escuchar el disco que sacamos, pero mi madre sí, ella tampoco podía ir a la procesión, porque no paraba de llorar, y la veía en la televisión", relata. Según agrega, su madre era "una jotera tremenda" y ella le metió el gusanillo de la música. A día de hoy, se escucha tarareando la jota muchas veces y este año la verá en casa del párroco de Mendavia. Aprovecha la ocasión para mandar un abrazo a Miguel Ganuza y cree que "el coro en la actualidad es más coro, las voces salen más frescas". 

Para terminar, Madurga confiesa que la música lo es todo para él. "Por problemas de corazón tuve que dejar de trabajar a los 44 años y me fui a vivir con mi madre hasta que unos monjes me propusieron que aprendiera música. Hoy sigo componiendo y la música y los libros son lo único que tengo". 

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