El navarro Juan Carlos Unzué cumplirá 50 años el 22 de abril |
SI LO DICEN EN BACELONA...
Las cuatro personas que deben
tomar la decisión: El presidente Josep Maria Bartomeu, el vicepresidente Jordi Mestre, el director del Área de Deportes Profesionales Albert Soler y, sobre todo, el director deportivo Robert Fernández lo tienen claro: Unzué debe ser el sustituto de Luis Enrique.
Unzué lo tiene casi todo a favor para ser el nuevo entrenador del
Barça. Tiene experiencia, conoce el club, tiene el visto bueno del vestuario y
es el genio de la estrategia. Podría ser la solución perfecta, como en su día
lo fue Tito Vilanova como recambio
de Pep Guardiola. Solo hay un pero:
los resultados deportivos de esta temporada condicionarán la decisión. No es lo
mismo tomar el mando habiendo ganado títulos que asumir la dirección después de
un fracaso. La Liga y la Champions marcarán, pues, el destino de Unzué.
Unzué tiene el
beneplácito de una gran parte de la junta directiva, que nunca se pronunciará
oficialmente, aunque sí opina en sus círculos más próximos y cerrados. Y
también, y he aquí lo más importante, del vestuario, donde es apreciado por su
cordial talante, sus amplios conocimientos sobre el juego táctico y su
profesional implicación.
¿El nuevo Tito Vilanova?. Con Juan Carlos Unzué se repetiría el trasvase que hubo entre Pep Guardiola y Tito Vilanova. Una decisión que sorprendió al principio pero que a medida que
fueron pasando los días empezó a entenderse como el relevo más natural y lógico.
No hace falta decir que nada haría más feliz a Luis Enrique que ver a su mano derecha tomar su relevo. Incluso se ha
comentado en algunos foros que si Unzué fuera el elegido, es posible que
pidiera el fichaje de Andoni Goikoetxea, el extremo reconvertido en lateral por Cruyff y que fue compañero suyo en Osasuna y en el Dream Team.
Unzué seguirá
entrenando, así se lo ha dicho a sus más íntimos y se considera preparado para
asumir semejante reto.
Vilanova nunca había
entrenado a ningún equipo antes de tomar la batuta del Barça y sus prestaciones
fueron altísimas.
Luis Enrique recomendó como sucesor en el banquillo del FC Barcelona a su
asistente, el hombre que trata de anticiparse a los problemas que plantea el
rival.
El nombre de Juan Carlos Unzué es uno de los que
suenan con más fuerza para sustituir a Luis Enrique en el banquillo del FC Barcelona. El exportero navarro no sólo conoce a la
perfección la filosofía del club; además, es el estudioso del cuerpo
técnico, el hombre en el que la plantilla confía plenamente para asuntos
tácticos y también para los personales. Los jugadores le valoran por su faceta
humana pero fundamentalmente por su conocimiento del juego y las soluciones que
siempre les aporta: su mayor cirtud es anticipadar los problemas que puede
crear el contrario: “Es el Zidane del Barcelona”, dicen algunos de él en el
vestuario. Quizás por eso cuando Luis Enrique anunció al director deportivo,
Robert Fernández, que no renovará también le indicó que el mejor sustituto
sería él.
Robert Fernández siempre ha dicho que buscaría un nuevo entrenador cuando Luis
Enrique dijera oficialmente que no seguiría. Es decir, hace dos semanas escasas
que está buscando ese entrenador que siga la filosofía azulgrana. Jorge
Sampaoli ha quedado descartado y las papeletas se reparten entre Laurent Blanc,
Ernesto Valverde y el propio Unzué. “El futuro en el banquillo azulgrana,
estimado Robert, se llama Juan Carlos Unzué, con todo el equipo”. Así, más o
menos, debió de ser la despedida entre el entrenador y el director deportivo.
UN HOMBRE DE LA CASA
Como portero, fue subcampeón del mundo juvenil en 1985. Despuntó en el
equipo de su tierra, Osasuna, antes de firmar muy joven por el FC
Barcelona como portero de futuro y para competir con Andoni Zubizarreta, por entonces indiscutible. Llegó al Camp Nou con
ilusión, pero pronto se dio cuenta que quitarle el puesto a Zubi: “Me tengo que
marchar si quiero jugar, porque Andoni no coge ni un mal constipado”. Dos años
después firmó por el Sevilla, donde estuvo siete temporadas. Después de varios
tumbos regresó a Barcelona ya como técnico para entrenar a los porteros en la
etapa de Frank Rijkaard.
Guardiola no dudó en seguir
contando con él durante sus dos primeras temporadas en el Barça. Sin embargo,
en plena euforia de éxitos azulgrana, Unzué decidió emprender su carrera como
entrenador y fichó por el Numancia. No tuvo la suerte que capacitación se
merecía y regresó al Barcelona para seguir entrenando a los porteros en
sustitución del padre de Sergio Busquets, Carles. Su ilusión por ser entrenador
le llevo a una aventura incompleta con el Racing de Santander que no se pudo
iniciar porque Cantabria no aceptaba el contrato y la política le impidió
sentarse en el banquillo. Una temporada después, Luis Enrique le llama para
acompañarle a Vigo. Desde entonces no se han separado
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