martes, 10 de noviembre de 2015

OTRA CRÍTICA APASIONADA SOBRE EL NUEVO DISCO DE RAQUEL ANDUEZA "YO SOY LA LOCURA"


Ya estoy otra vez con mis travesuras, hablando de música barroca en un blog sobre Lied. Pero ya me conocéis... no puedo resistirme a escribir sobre todo lo que me inspira y me ayuda a entender cómo hacer mejor la música que adoro. 

Hace ahora un año y medio, tras un directo espléndido del grupo, el álbum Yo Soy La Locura invadió mi vida, arrolladoramente, con sus doloridas y a ratos perplejas historias de desamor. Me convertí en una de tantas aficionadas que estaban esperando con gran ilusión la segunda parte de tan loca empresa. 

Así como la Locura 1 era un ramillete de canciones bien organizado, pero más melancólico que loco en su contenido, Locura 2 se planifica conscientemente, para alternar melancolías con las locuras más locas. Pero para poder sorprender con la modernidad de pensamiento en las letras más arrojadas hacía falta música y esta vez no la había: El trabajo de recuperación y recreación que ha hecho Álvaro Torrente es fascinante, vívido y alegre, además de abrir de una vez la caja de los truenos: "¿Qué pasaría si hoy se intentara escribir música como en el siglo XVII?" Pues bien, pasaría que disfrutaríamos de momentos musicales de frescura contemporánea y sonoridad diecisietesca, es decir, de un producto que no desmerece nada de la base de las corrientes de recuperación histórica: interpretar equilibrando lo histórico con la contemporaneidad y también (y por qué no) con las modas (barrocas) del momento, que ya no son las mismas que en 1967.

A la Andueza le sale un competidor en liderazgo en este disco: el violinista Alessandro Tampieri, un artista revoloteante, de inmensa personalidad, que te deja atrapado en la locura de sus revoluciones (en el Bailly), pero también en la intensidad amarga de las apoyaturas doloridas (Pasacalle). Sin duda es una riqueza para La Galanía, un grupo que se ha basado durante años en acompañar la visible, enorme personalidad que imprime Raquel, pero que cada vez encuentra una mejor voz propia en las piezas instrumentales. No dejo de pensar que es importante que haya un solista instrumental con la misma capacidad que ella para dejarte aturdido, meditabundo o volando. Opino además que la razón por la que La Locura 2 parece avanzar más rápidamente en las emociones y cierra tan brillantemente el arco abierto por la Locura 1 es precisamente por la evolución que aporta una presencia instrumental más decidida, más protagonista, algo que no depende de un único intérprete: Jesús Fernández Baena ha ganado en movimiento y rotundidad, en la toma de decisiones, Pitzl le sonríe cómplicemente con una luminosidad nueva. Se luce Vilas en el arpa y Mayoral nos demuestra cómo la percusión histórica hace tiempo que no tiene que ver solo con el ritmo, sino con pintura, ambiente e imaginación. No hay nada como comparar el camino que separa el Du Bailly que abre el primer disco con el que cierra el segundo: ambas lecturas son lícitas, inspiradoras, limpias... pero tras la segunda, ya no hay vuelta atrás en el camino. 

Es posible que, a partir de algunos solos instrumentales, esta grabación abra el debate de si determinada forma de tocar es "honesta", de si la música barroca hecha en nuestros días tiene derecho a ser tan vistosa, tan influida por otras músicas (desde la moda de lo celta hasta Paganini). Yo entiendo que el resultado tiene el perfecto equilibrio entre lo vistoso y lo honesto desde un punto de vista histórico. En otros grupos, a mi parecer, la balanza se inclina descaradamente hacia lo comercial.

Otra cuestión de importancia es la capacidad de Raquel Andueza & La Galanía para convertir al momento en grandes éxitos piezas que hasta ayer mismo dormitaban aburridas en estantes de la Biblioteca Nacional. En un país con una parte tan grande de su patrimonio musical aún por descubrir, estas iniciativas son las más necesarias para el gran público: A los aficionados ya nos tienen convencidos, por lo que lo más importante es enganchar a nuevos oyentes. La labor musicológica de las reconstrucciones de Torrente es magnífica, pero no lo es menos la investigación, las horas en la biblioteca, la selección de las piezas descubiertas, el tiempo destinado a encontrar lo mejor dentro de lo bueno y a elegir la forma de contarlo en que resulte más apasionante. El disco nos desvela que el artífice de estas decisiones, milagrosa base de la nueva vida de estas piezas no es otro que el tiorbista de graves poderosos: el mismo Jesús Fernández Baena. 

¿Por qué nos fascina cómo canta Raquel Andueza? Pues porque te atenaza con los textos y te los hace sentir en toda su extensión, haciendo captar de inmediato al que los oye el sentido de cualquiera de las palabras antiguas (enojo, menoscabo, mudanza). Por el arrojo y el carácter de las piezas más modernas en letras, por la dulzura dulcísima de las tiernas, por el sentido dramático de las melancólicas: es difícil oír el "Ya no les pienso pedir", "Con esperanzas espero" o "Tres niñas me dan enojos" sin empatizar de inmediato, sin dejarse seducir por un sonido que parece estar en todas partes al mismo tiempo: en el rostro, en la frente, en la boca, en la cabeza.. y a veces incluso dentro de ti. 

Insisto de nuevo en el hallazgo que suponen las nuevas piezas, el Cherubino loco que da voz al Catálogo, la seguidilla de la Venta y su sorprendente negociación en diálogo. La Jácara de la Trena la recuerdo de un directo arrollador.. en el disco diría que la intensidad va "in crescendo" a lo largo de la pieza. Pero no puedo por menos que enamorarme de las que han venido a buscarnos desde el lejano siglo XVII, para sonar tan reales y preciosas como si se hubieran escrito ahora mismo: "Si queréis que os enrame la puerta", "De mis tormentos y enojos".  

¿Os confieso una tontería? Lo único que me ha parecido poco atrevido de este maravilloso disco es la portada: La foto de Novak es maravillosa, pero la de Yo Soy La Locura es prácticamente una foto abstracta: Me planteo... ¿por qué qué habrán preferido volver al realismo en vez de profundizar en una imagen aún más irreal, cuando el camino recorrido por La Locura 2 llega más lejos en su modernidad que el de la Locura 1...? Nunca se sabe. Sus razones tendrán. 

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