martes, 25 de junio de 2019

"TOÑETE", HIJO DE ANTONIO CATALÁN, EN FRANCA PROGRESIÓN, CORTÓ UNA OREJA EN ALICANTE


Antonio Catalán Palazón está harto de escuchar lo de 
"hijo de papá rico". Lleva años intentando labrarse un 
nombre como figura del toreo, al margen de su padre, 
el empresario Antonio Catalán Díaz, fundador de la 
cadena hotelera NH primero, y de AC Hotels by 
Marriott después.
Como suele repetir Toñete, cuando el toro embiste 
"no te pide el DNI ni te pregunta el apellido". En
la mítica plaza-coliseo de toros de Nimes, donde han
tomado la alternativa grandes toreros, como El Juli, 
Toñete se consagró como matador de toros.


Después de tres años como novillero, y una 
temporada de 2018 espectacular, Toñete creyó
que había llegado el momento de tomar la alternativa. 
Esta ceremonia es la más relevante dentro de la
profesión taurina. Se celebra cuando un novillero,
y el público, consideran que ya está capacitado 
para lidiar y matar toros. El matador más antiguo 
del cartel de esa corrida le cede simbólicamente 
"los trastos" y lo convierte en matador de toros.
La alternativa de Toñete es ya de por sí un nuevo 
gran triunfo de la saga Catalán. Cuando empezó, 
nadie, sólo él, creía que esa fantasía iba a perdurar. 
"Pensaban que la tontería se me pasaría pronto", 
comenta. "¿Qué necesidad tiene el hijo de uno de 
los grandes empresarios en España de jugarse la 
vida delante de un toro si el futuro lo tiene resuelto?", 
es lo que pensaba más de uno. Precisamente eso es 
lo más grande, dirían otros.









La línea entre el éxito y el fracaso empresarial en la vid
a real es tan fina y frágil como la que separa la gloria y 
los abucheos en un coso taurino.
"Nadie me ha regalado nada. Mi padre es quien es por 
su trabajo y yo soy quien soy por mi constancia y esfuerzo",
 dice Toñete. Catalán hijo, nacido en Madrid el 3 de febrero 
de 1997, hizo su primer debut con picadores en Zamora el 
día 23 de abril de 2016, en un cartel completado por Clemente 
y Aitor Darío "Gallo", con novillos de la ganadería de Fernando 
Peña.








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