Yo guardo un recuerdo especial de Pablo García, pues ha sido la entrevista más amena y chispeante que he realizado en televisión. A pesar de que se presentó con más miedo que alma por lo que le había prevenido Cruchaga sobre el duro entrevistador...Uno de estos días voy a tratar de localizarla en los archivos de Canal 4 Televisión y vamos a disfrutar todos con el duro Pablo.
Pablo García descansa unos días en Uruguay. "Acabo de estar pescando un rato con los amigos", nos dice con su voz parsimoniosa. El Canario, su apodo, está de vacaciones en el interior, pero su vida, su trabajo, está desde hace años en Salónica (Grecia), ciudad y país hasta donde emigró tras abandonar la Liga española.
"En
el Real Madrid nunca me sentí cómodo. Había demasiado glamour. Recuerdo que un
día, mientras entrenábamos con Beckham y compañía, había dos o tres cámaras
especiales grabando un anuncio... A mí eso no me iba. Yo soy de otro modo, más
de pueblo. Me gustan las ciudades pequeñas, sin tráfico. Y el fútbol lo vivo de
otra forma. De todas formas, jugar en el Madrid fue una gran experiencia",
nos comenta Pablo, que ya hasta domina el griego de forma correcta.
"En el Real Madrid nunca me sentí cómodo. Había demasiaso glamour"
En
efecto, su vida está en ese país, adonde llegó en 2008. Allí, como jugador del
PAOK, llegó a ser amado por sus hinchas, que aún le veneran. Tanto que, pese a
retirarse de forma efectiva en el Xanthi, otro Primera griego, García se quedó
en Salónica.
Ya
el año pasado fue campeón de Liga con el equipo sub 17. Y esta temporada ha
ascendido al segundo equipo. Su idea es ser primer entrenador, aunque sin
prisa: "No quiero entrenar ya al primer equipo ni nada. Soy paciente.
Quiero acumular experiencia, sacarme el título oficial, sin ninguna
ansia".
Pablito García es símbolo allí. Es un hecho. "Aquí, quizá junto a la época de Osasuna, fue donde mejor me sentí como futbolista. Me siento muy identificado por cómo vive la gente aquí este deporte, con pasión, con fuego". Fuego tenía mucho el uruguayo, un jugador de raza, que le pegó más de un bocado, cariñoso, a alguno. Verbigracia, a Joaquín en una final de Copa contra el Betis.
Pablito García es símbolo allí. Es un hecho. "Aquí, quizá junto a la época de Osasuna, fue donde mejor me sentí como futbolista. Me siento muy identificado por cómo vive la gente aquí este deporte, con pasión, con fuego". Fuego tenía mucho el uruguayo, un jugador de raza, que le pegó más de un bocado, cariñoso, a alguno. Verbigracia, a Joaquín en una final de Copa contra el Betis.
"En Osasuna es donde mejor me he sentido como futbolista. En Grecia estoy ahora empezando de entrenador, sin prisa, desde abajo, muy a gusto...
ZIDANE, GRAN CORAZÓN
Más
allá de esos cariños, García se hizo querer en sus equipos por su entrega, su
raza charrúa, su estética bélica en un corazón grande. "Del Madrid me
queda la gente que conocí, como Zidane, un grande como jugador y como persona.
Un tipo sencillo, como me gusta a mí la gente. El tipo era impresionante".
"Zidane era un grande como jugador y como persona. Un tipo sencillo,
como me gusta a mí la gente. El tipo era impresionante".
En pocos días, Pablo volverá a su lugar en el mundo, Salónica, donde es idolatrado pese a no conseguir ningún título oficial en sus cinco años de jugador. "Nunca imaginé que acabaría aquí, pero el destino es así. Mi familia está bien y yo ya lo entiendo todo en griego".
MUY ALEJADO DEL ESTILO BECKHAM
El
propio jugador siempre cuenta la misma anécdota. Por el vestuario del Real
Madrid se veían salir jugadores a la última moda, como era el caso de David
Beckham, y otros con aspecto más mundado, como era el caso de Pablo García, por
supuesto, siempre con su mate en ristre.
Los
habitantes de Arnaia Halkidiki, un pueblo cercano a Salónica, ofrecieron a
Pablo García una ceremonia en su homenaje y le pusieron su nombre a una calle.
En la misma, llamada Pablo García, se encuentra la sede de los hinchas del PAOK
de ese pueblo. La fecha elegida para la ceremonia de inauguración del evento en
2014 no fue casual, se hizo el día de la independencia griega.
DOCE EQUIPOS EN VEINTE AÑOS
Pablo
García empezó en la cantera del Wanderers de Uruguay. Era el año 1996.
Curiosamente, su paso a España vino de la mano del mítico Paco Casal vía
Atlético de Madrid (97-02). En esos años estuvo cedido en el Valladolid (97),
Peñarol, Milan (00-02) y Venezia. Su gran éxito en España llegó de la mano de
un gran Osasuna (02-05), lo cual propició su fichaje por el Real Madrid
(05-06), un año en el que jugó poco, cosa que provocó una nueva cesión al Celta
(06-07) y al Murcia (07-08). Y a partir de ese año, llegó su época más gloriosa
en lo personal: su etapa griega. Del 2008 al 2013, se hizo un símbolo en el
PAOK y tras una pequeña discusión con el técnico, acabó en el Skoda Xanthi
heleno. Y fin.
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