Osasuna hizo en Gijón un partido extraordinario y que le valió
una más que merecida victoria. Pero dentro de los noventa minutos tuvo algunos
en los que hizo cosas que hasta ahora no se le habían visto fuera de casa.
Nos
estamos refiriendo a los del último cuarto de hora de la primera parte en los
que "se veía" que lo único que podía llegar era un gol de los de
Arrasate. Desmelándose en ataque y haciendo cosas como la que hizo Roberto
Torres en el minuto 31 entre tres rivales y que no acabó en gol de milagro.
Jugando todo el equipo a un velocidad endiablada y al primer toque haciendo que
los defensas del Sporting se vieran incapaces de frenar lo que se les venía
encima. Llegó un gol como pudo llegar algún otro más como en el lanzamiento de
Fran Mérida que se fue junto a un poste en el minuto 39.
Pero
el gran mérito de Osasuna es que volvió a ser un bloque compacto y solidario,
como lo había sido en Almería y lo fue ante el Granada. Decía Roberto Torres en
su comparecencia ante los medios de esta semana que ahora es cuando mejor van a
estar y queda por ver lo mejor de Osasuna de aquí al final. Y lo de Gijón
parece darle la razón.
Se acabó el maleficio: Osasuna
vence por fin al Sporting en El Molinón
No hay comentarios:
Publicar un comentario