NACIÓ PARA LIDERAR PROYECTOS
Precisamemte hoy viernes,, día 21 de abril, me lo he tropezado por Pamplona. Está visiblemente delgado. Y he llegado a la conclusión del encabezamiento de este reportaje.
Santos, nacido en Pamplona en 1951, es actualmente presidente de honor del Gipuzkoa Basket Club, en cuya creación participó en 2001.
Antes de involucrarse en el impulso del baloncesto de Gipuzkoa, Miguel Santos se dedicó durante dos décadas a la representación de futbolistas al frente de uno de los despachos más importantes de España, que defendió los intereses de jugadores como Fernando Hierro, Luis Milla, José María Bakero, Xabi Alonso o Davor Suker y de entrenadores como Javier Irureta, Radomir Antic o Jorge Valdano.
En mayo de 1995 fue uno de los promotores de la Asociación Española de Agentes de Fútbol (AEAF), que agrupó a todos los representantes con licencia FIFA.
En 2005 presentó su candidatura para presidir la Real Sociedad durante el proceso electoral que acabó ganando el exjugador realista Miguel Fuentes.
Acualmente sólo representa a su amigo Enrique Martín Monreal. Y tiene en Vitoria la mayor fábrica de trofeos de España.
UNA JUGOSA ENTREVISTA
Era un 10 de enero de 2013 cuando una noticia terrible alarmaba los
noticiarios: Miguel Santos se debate entre la vida y la muerte por un grave
accidente ocurrido a las 11.20 de la mañana, en la subida a Etxegárate camino
de Vitoria. ¿Cómo se encuentra Miguel Santos cuatro años después? «Estoy bien
física y mentalmente, con menos peso por el cambio de metabolismo producto de
lo que me ha pasado. Volví a nacer. Me emociono cada vez que me acuerdo de
aquello. He tenido que ordenar mi vida».
¿Qué pasó realmente? «Sólo sé lo que me cuentan. El diagnóstico es que
sufrí un paro cardíaco y un ictus al volante. No recuerdo nada. Por Etxegarate
llevaba muchos años sin ir y, de repente, te encuentras allí en una situación
terrible. Al parecer, una persona vio que mi coche daba bandazos, avisó a la
Ertzaintza y se personaron en el lugar. Esa persona fue clave para que yo esté
aquí ahora. Se mantiene en el anonimato y yo también la mantengo».
Dicen que los amigos se demuestran en las ocasiones: «Increíble todo el
apoyo que tuve. Siempre estaré agradecido a mi familia y mis amistades, que
tuvieron que soportar este mal trago. Los médicos me dicen que la fuerza que
siempre he tenido ha podido valer para mi recuperación. He tenido una nueva
oportunidad y ¡ aquí estamos! Pregunté al doctor cómo iba a quedar y cuando me
dijo que, con lo que había tenido, quedaría bien, fue un alivio para mí. Me
encuentro bien, más pausado que antes, quizás producto de todo lo que pasó,
pero vivito y coleando».
La figura de los padres
Estamos mirando al mar, lugar elegido por Santos para la entrevista: «Mirando
al mar porque es uno de mis sitios preferido, He paseado mucho desde que llegué
aquí. Del Peine del Viento hasta el Aquarium, en bici o andando, casi siempre
de noche».
Hago prueba de esa memoria recuperada y pregunto por los tiempos cuando
nuestro protagonista puso rumbo a Donostia: «¿Echarme de Pamplona? No hay
batallón capaz de echarme! Todo fue porque mis padres vinieron a Donostia de
viaje de novios y pensé que por algo sería. En 1979 aterricé en esta preciosa
ciudad y aquí sigo encantado».
«Mis padres
me enseñaron el camino a Donostia y aquí me vine»«En mis 25 años de
representación de jugadores he vivido de todo»«No fui presidente de la Real
porque la política se coló por medio»«¿Un dirigente que haya merecido la pena?
José Luis Núñez; me ha dolido que esté en la cárcel»
Sus maneras modernas llamaron la atención y no sólo por aquel fular que le
hacía diferente en el banquillo. Enseguida se ligó al baloncesto: «Mi profesión
era empleado en un banco y eso me permitió trabajar en la Avenida donostiarra.
Como mi pasión era el basket, Ramón Santamaría me puso a tiro poder entrenar al
Juven. Y así empecé. Todos los días en coche por la carretera antigua de
Azpiroz y nunca me pasó nada, afortunadamente, y fíjate si la carretera es
mucho peor que la otra pero.»
Pero la figura de Miguel Santos emergió en la labor de representante de
conocidos futbolistas y entrenadores, algo también novedoso entonces y que le
causó no pocos dolores de cabeza.
Al fútbol por casualidad
«Me hice representante por casualidad y va un poco con mi forma de ser.
Yendo un día por la calle me encontré con Vicente Biurrun, entonces tercer
portero de la Real, y como conocía a Fermín Ezcurra planteamos proponerle el
fichaje. Por cierto, que el presidente de Osasuna tuvo una temporada en que me
odió, como tantos otros, porque al ser pionero de una figura como era el
representante a los clubs les cambiaba la forma de negociar y les molestaba».
Le gustó el trabajo de negociar en nombre de los futbolistas ante
directivos reticentes a las nuevas formas: «Primero trabajé con jugadores como
Serna, Iraola y otros que fueron al Nastic de Tarragona con Azkargorta, pero
enseguida llegaron los primeros 'gordos'. El más llamativo y bueno para todos,
fue la marcha de Txiki Begiristain, Luis Mari Rekarte y José Mari Bakero, al
Barça, aunque recuerdo que primeramente querían a Loren. No sé cómo, pero lo
cierto es que fueron aquellos tres. Loren siguió otros caminos».
Santos dinamizó un despacho por el que pasaron muchos jugadores y
entrenadores de campanillas: «Me gané el título de pionero del representante,
porque había intermediarios como Minguella, Torcal y otros, pero de repente me
puse a defender los intereses de jugadores o entrenadores y muchos se
preguntaban '¿a qué viene éste aquí?'. Hasta que te conocen y te empiezan a
respetar».
Recuerda como extraño « el fichaje de Milla, peleándose Madrid y Barça por
él y yo en medio, de pelota de ping pong. Recuerdo también la renovación en la
Real de Jesús Mari Satrustegui, mi compañero de piso, con José Luis Orbegozo.
El retorno de Kovacevic fue una bomba, porque una vez de venderlo por mucho
dinero, recuerdo la llamada de José Luis Barrenetxea diciendo que estábamos pasando
un mal momento. Me plantearon algo que ellos mismos pensaban difícil, el
retorno de Darko. Y a ello nos pusimos y salió bien. Xabi Alonso me dijo un
día: haré lo que diga Miguel y eso me gustó porque reconocía la confianza que
tenía en mí. Todo lo que hizo Xabi fue acertado, incluso pasar por el Eibar
para aprender, como hizo en la época de mi amigo Clemente. Le representa
fenomenalmente Iñaki Ibáñez. Al principio fue un trabajo duro con gente como
Toshack, hasta que terminan de conocerte como persona y profesional. Luego, con
John tuve buena relación en Turquía y demás. Otras fueron las andanzas de
Valverde para pasar del Espanyol al Barça, hasta que me puse de acuerdo con el
presidente Núñez. ¿Y Tamudo? Lo rechazó el médico del Glasgow Rangers, lloró lo
que lloró en aquel momento y aún sigue metiendo goles».
Pero lo más esperpéntico fue «cuando anunciaron el fichaje de Fernando
Hierro en el Atlético de Madrid. Se lo inventó Gil, o quien fuera, porque yo no
había cerrado nada con ellos sino con el Madrid, pero aún así Mendoza les pagó
treinta millones de pesetas para llevárselo. Con aquel dinero, Gil hizo relojes
que repartió a todo el mundo y que llevaban la inscripción 'regalo de Don
Ramón'».
Otra para contar «fue la pretendida renovación de Irureta por el Celta
porque llegamos a la firma y en lugar de los dos años pactados el contrato
ponía una temporada. Nos levantamos y nos fuimos al Deportivo dos años. Salí
escoltado de Vigo, pero Jabo estuvo siete años en A Coruña, donde le siguen
apreciando».
La presidencia de la Real
Dentro de las inquietudes de Santos estuvo la de aspirar a presidir la
Real: «Yo he nacido para liderar proyectos. Quise ser presidente de la Real
porque a mí me gusta dirigir proyectos como ese. Ganó Miguel Fuentes, le
felicité y nada más. Ya sé por qué no gané. Quien no debe meterse en esto, se
puso las pilas y luego se vio que se habían equivocado. Aprendí mucho, me di
cuenta lo que es intentar ser presidente de la Real sin saber lo que es el
vinculo político, como luego he visto en el basket también. La política entró
en esas elecciones. que si yo era navarro, que si era español, que si era rico.
Yo era una persona que podía haber hecho un trabajo por la Real, pero mi madre
después me reconocíó que había rezado mucho para que no ganara. Y una madre es
una madre que ve más allá que sus propios hijos. Desde fuera le sigo viendo a
la Real con un muy buen colectivo.¡Ojala triunfe esta temporada también!».
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