Para la Orquesta de Plectro "DELEITE" de Santa Cruz de la Zarza (Toledo), que visitará Pamplona el 4 de junio
El Palacio de Congresos y Auditorio de
Navarra, BALUARTE
El Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra, BALUARTE, es un gran
espacio capaz de albergar todo tipo de eventos culturales y comerciales. Se
trata de uno de los Palacios de Congresos más grandes de España, con una
superficie total de 63.000 m2, incluidas las dos
plantas de aparcamiento subterráneo con capacidad para 900 vehículos. Situado
en el centro de Pamplona. Es un edificio construido por el Gobierno de Navarra
y lleva la firma del arquitecto navarro Patxi Mangado. Goza de un emplazamiento
privilegiado entre la zona comercial y de ocio más dinámica de la ciudad y la
Ciudadela de Pamplona, antigua fortaleza del S.XVI convertida en un bellísimo
parque.
El
diseño de la Sala Principal, con un aforo total de 1.568 butacas (1.036 en
sala), permite la visión del escenario desde cualquier punto de la misma. Con
paredes paneladas en madera de haya, la amplitud y la luz definen esta sala en
la que se desarrollan todo tipo de actividades culturales y congresuales. Los
accesos están situados en planta baja, sótano primero y planta segunda y
dispone de un guardarropa propio junto a las puertas de acceso principales.
La Sala
dispone de una cabina de audiovisuales con mesa de sonido, una cabina técnica
de iluminación, cabinas y equipamiento para traducción simultánea y una
pantalla de proyección de 9 x 7. El escenario, con una superficie de 520 m2,
tiene un fondo máximo de 18,8 m y una anchura máxima de 27,7 m.
BALUARTE
dispone de un aparcamiento subterráneo con capacidad para 900 vehículos. El
parking, dividido en dos plantas, está abierto las 24 horas del día y tiene
acceso directo a la Plaza del Baluarte mediante escaleras o ascensor así como a
las calles colindantes con el edificio.
Palacio de Congresos
y Auditorio de Navarra
El Palacio de Congresos y Auditorio de
Navarra, conocido como Baluarte,
es un edificio terminado en 2003 cuyo fin es contribuir al desarrollo cultural de Pamplona y en general de Navarra, supliendo las carencias de las que, hasta su
construcción, adolecía la capital navarra. Su construcción costó 77 millones de
euros.
El
nombre de Baluarte lo adoptó en homenaje al baluarte derribado de la Ciudadela de Pamplona sobre el que se asienta el edificio. Baluarte cuenta con una sala sinfónica para
1.568 personas, una sala de cámara para 444 personas, salas de exposiciones, de
congresos y de conferencias, camerinos, restaurante, cafeterías, aparcamiento
para 900 coches, etc.
Emplazamiento
Situado en el mismo centro de la ciudad, Baluarte goza de un emplazamiento privilegiado
de encrucijada entre la zona comercial y de ocio más dinámica de la ciudad, y
la monumentalidad de la Ciudadela
de Pamplona, antigua fortaleza del siglo
XVI convertida en un importante parque. El edificio se encuentra en
un lugar que enlaza con el centro de la ciudad con el importante conjunto de
áreas verdes que la rodean, trazando la continuidad entre el centro histórico de Pamplona y el recinto de la ciudadela. Su propia
configuración en forma de L se proyecta, además, hacia una extensa plaza
peatonal de 10.000 m².
Historia
Sala
sinfónica para 1.568 personas.
Pamplona comenzó en la década de los años 1990 con deficiencias
serias en cuanto a equipamientos culturales que permitieran a la ciudad desarrollar
eventos tales como congresos a nivel nacional, conferencias... En aquel momento
se contaba con el Tetro
Gayarre, pero su patio de butacas era insuficiente, y no permitía
llevar a cabo óperas ni grandes espectáculos que la ciudad requería. De esta
forma, el Ayuntamiento de
Pamplona decidió construir un nuevo edificio que resolviera todas estas
carencias culturales de vez. Para ello, contaba con un solar en el centro de la
ciudad, al lado de la Ciudadela, del nuevo Parlamento y de
la estación de autobuses.
Para ello, llevó a cabo un concurso a nivel nacional para que
los estudios de arquitectura formularan sus propuestas. Este concurso fue
ganado por el estudio del arquitecto navarro Patxi Mangado, que tendría la
posibilidad de construir su primer gran edificio. Con 63.000 metros cuadrados,
se convertiría en uno de los más grandes espacios de este tipo en España. Se
comenzaron las obras, que terminaron hacia octubre de 2003. Al comenzar a
excavar el enorme hueco que ocuparían las 900 plazas de garaje, se encontraron
los restos de uno de los baluartes de la Ciudadela, el de San Antón, que había
sido derruido en la década de 1950 para construir la Avenida del Ejército. Se
decidió integrar este baluarte en el diseño, dándole nombre al edificio, Baluarte, y generando una nueva
sala de exposiciones que contendría los restos y que se llamaría sala de la Muralla.
Desde su inauguración en octubre de 2003 el edificio ha acogido
decenas de exposiciones, congresos, conferencias y centenares de conciertos.
Arquitectura
Arquitectura
El edificio del Baluarte fue ideado por Mangado y Asociados. Su
situación entre la Avenida del Ejército, una vía con gran densidad de tráfico,
y próximo al centro histórico de Pamplona y a la Ciudadela determinan
en gran medida su disposición y formalización.
El Baluarte se configura como una gran L que se cierra a la Avenida del
Ejército y se abre hacia el nuevo Parlamento
de Navarra y al
antiguo solar de Intendencia, hoy de El Corte Inglés. Esta disposición abre una
gran plaza, la Plaza del
Baluarte, que fue polémica desde su inicio por el pavimento, de adoquines
irregulares que hacían complicado el tránsito de carritos, sillas de ruedas,
bicicletas y de calzado con tacones, y que ha dado lugar a intervenciones
posteriores para cambiar en algunos puntos el adoquín por una losa más lisa y
funcional. En esta plaza se encuentran el edificio de información y taquillas y
una nueva cafetería.
La organización interior es sencilla: la sala principal ocupa
toda un ala, junto con unos grandes pasillos perimetrales que la rodean. La
otra contiene las salas de exposiciones y de congresos, y entre ambas alas
aparece el gran vestíbulo principal. El edificio se cierra con grandes paños de
hormigón hacia la Avenida del Ejército, mientras que se abre hacia la plaza con
un gran acristalamiento inferior.
El edificio completo está revestido por placas de cuarcita
traídas desde Zimbawe, que aportan una
apariencia muy masiva y soportan bien la contaminación propia al tráfico
próximo.
En diciembre de 2006 se terminaron las obras de la cafetería de
la plaza, diseñada también por Mangado, y que es una caja de vidrio que se abre
totalmente al exterior.
El 22 de abril de 2007 se inauguró una escultura como homenaje a
las víctimas del terrorismo en la Plaza del Baluarte.
Visitantes
Visitantes
El Baluarte alcanzó en tres años el millón de
visitantes. En 2006, fueron unas 400.000 las personas que pasaron por sus
exposiciones, conciertos, óperas, espectáculos, congresos y actos, de forma que
se sitúa entre los espacios de este tipo con mayor número de visitantes (el
cuarto, por detrás de Madrid, Barcelona y Bilbao), y el sexto en recaudación. En
2007 se alcanzó el equilibrio entre gastos e ingresos, resultando un pequeño
superávit de 276.000 euros para la Fundación Baluarte. En 2008 fueron 369.000 los visitantes, y la
institución registró un superavit de 405.000 euros.
Críticas
El edificio de Baluarte ha sido criticado desde su
construcción por diversos motivos y sectores de la población. Las críticas no
se han centrado en la necesidad y oportunidad del edificio, sino en algunas de
sus características: el color negro de la fachada, su orientación dando la
espalda a la Ciudadela de
Pamplona, el adoquinado irregular de la plaza, tan incómodo para andar
que fue sustituido en la mitad de la superficie por losas lisas, el inadecuado
lugar donde se situó la cafetería, que obligó a construir otra exterior en la
plaza, las escaleras de acceso al aparcamiento subterráneo, abiertas al
exterior e inundables en días de lluvia, etc.
El Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra fue criticado
antes de ser construido por su alto presupuesto, unos 14.000 millones de
pesetas. El Gobiernoj de
Navarra apostó
muy fuerte por este nuevo equipamiento para la ciudad, y dada la magnitud del
proyecto se destinó una importante partida del presupuesto de Navarra para su construcción. Se ha criticado que Baluarte podría ser excesivamente grande para
una ciudad como Pamplona,
aunque el número de visitantes con el que cuenta, y el crecimiento en el que
está inmersa indican lo contrario.
Revestimiento
exterior
Baluarte cuenta
con una fachada ventilada; su revestimiento exterior es un aplacado de piedra..
Este aspecto exterior gris ha sido criticado por su estética, ya que para
algunas personas provoca una apariencia triste. El revestimiento exterior vino
condicionado, según el arquitecto Mangado, por la enorme contaminación
consecuencia del tráfico de la Avenida del Ejército, aneja al edificio, de
forma que se buscó un material que soportase esta contaminación y no requiriese
demasiado mantenimiento.
Pavimentación de
la plaza
La plaza del
Baluarte, el espacio al cual se abre el edificio, cuenta desde su
construcción con una pavimentación de adoquín sin pulir. Este elemento ha sido
de lejos el tema más polémico de todo el edificio. En el acto de inauguración
algunas mujeres que accedieron con tacones se quejaron de la dificultad de
acceder al interior pasando por la plaza, problema que se vio acentuado con la
apertura al público y la llegada de espectáculos y exposiciones, y el acceso
cada vez mayor de personas con carritos, sillas de ruedas, bicis y personas de
avanzada edad. Este pavimento rugoso, que era pulido en el proyecto inicial se
convirtió en tema de debate público, y provocó una serie de actuaciones
destinadas a facilitar el uso diario de la propia plaza y del edificio en sí.
Actualmente la plaza cuenta con una pavimentación en un 40% del adoquín
original, y en un 60% de una losa lisa más funcional. Los costes adicionales
consecuencia del cambio de pavimento fueron asumidos por el Gobierno de Navarra.
Biografía
Nacido en Estella (Navarra) en 1957. Arquitecto por la
Universidad de Navarra desarrolla su labor docente como profesor en la citada escuela desde 1982.
Ha sido también profesor invitado en la Unersidad de Harvard.
Ha sido Eero Saarinen Visiting Professor of Architecture en la Yale University y actualmente es Profesor de Proyectos en el Máster de
Diseño Arquitectónico en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de
Navarra. Paralelamente desarrolla su trabajo como arquitecto en su estudio de
Pamplona.
En junio de 2008 promueve la Fundación Arquitectura y Sociedad.
Proyectos
·
Reforma de la Plaza de los Fueros de Estella
·
Plaza de Carlos III de Olite
·
Club deportivo en Zuasti (Navarra)
·
Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte de Pamplona
·
Plaza de Salvador Dalí de Madrid
·
Estadio de fútbol Nueva Balestera de Palencia
·
Plaza Pey Berland en Burdeos (Francia)
·
Pabellón de España en la Expo Zaagoza 2008
·
Auditorio de Teulada-Moraira (Alicante)
·
Museo Arqueológico de Vitoria
·
Centro Municipal de Exposiciones y Congresos de Avila
·
Centro de Cultura e Iglesia en Thiene (Italia)
·
Palacio de Congresos de Palma de Mallorca
Ha recibido el premio de arquitectura
Andrea Palladio, el Thine de
arquitectura, el premio Architecti, el premio de la CEOE y el premio FAD ente otros.
Igualmente ha obtenido también el Primer
Premio en los Premios Saloni de Arquitectura 2007, el Gran Premio Enor de
Arquitectura 2007 con el Estadio de Fútbol “Nueva Balastera” en Palencia, el
Primer Premio en la VII edición de Cerámica de Arquitectura ASCER 2008 por el
Pabellón de España en Expo Zaragoza y el Primer Premio Construmat 2009 en Edificación por el Pabellón de España en la EXPO Zaragoza 2008. En
julio de 2009 el Pabellón de España en la Expo Zaragoza 2008 ha sido
galardonado con la “Medalla de Oro Gianarlo Ius” otorgada por la UIA en la IV
Bienal Internacional de Arquitectura “Barbara Cappochin”. En septiembre de 2009
el premio del Museo Arqueológico de Vitoria. Ha recibido el Premio
Copper en Arquitectura, organizado
por el Instituto Europeo del Cobre en
Londres y el COA Aragón le ha concedido el Premio García Mercadal al Pabellón de España en la Expo Zaragoza
2008. En octubre de 2009 el CSCAE le otorgó el Premio de
Arquitectura Española de 2009 al mismo edificio.
Las obras del Palacio de Congresos y
Auditorio de Pamplona y el Centro Municipal de Exposiciones y Congresos de
Ávila fueron incluidas en la exposición que el MOMA (Museum of Modern Art) organizó sobre arquitectura española, en Nueva York,
así como en Madrid, durante el año 2006.
ENTREVISTA A PATXI MANGADO
- La arquitectura es para Vd. espectáculo de grandes edificios,
formas sin función…?
- ¡La arquitectura espectáculo! La arquitectura espectáculo está
acabada. Si no la acabamos desde una perspectiva ideológica y cultural los
arquitectos, la acabará el mercado con la enorme crisis económica que está viniendo.
En este momento, los países que viven al margen de la realidad, que son los de
oriente medio porque están nadando en petróleo, son capaces de hacer esa
arquitectura de nuevos ricos, que es moral y éticamente repudiable. Si dijera
yo que hay que hacer una arquitectura más austera o más sobria caería en la
trampa de hacer una opción estilística. Hay arquitectos que alguien puede decir
que no son muy de Patxi, pero que han aportado cosas extraordinarias. Por
ejemplo un arquitecto como Koolhaas es evidentemente mediático, pero es uno de
los grandes de nuestro tiempo. Pero no por la revolución estilística, sino
porque plantea investigaciones serias de programas, de usos en materiales,
tipológicos, de relación con la ciudad.
- Los puntos de vista estéticos
que imperan actualmente no acaban de ser un reflejo de la sociedad en crisis
sino más bien de los patrones ideológicos capitalistas. ¿Cómo adecuar estos dos
frentes?
- Bueno, yo diría que es una
cuestión de educación humana. En este momento hemos perdido totalmente los
referentes éticos que antaño gobernaban. A veces me digo: ‘Patxi, aquí lo que hace
falta es una doctrina férrea basada en el sacrificio y el apoyo mutuo y el amor
a Dios’. Pero claro, te vas a un país musulmán y son todos moros y ahí no hay
nada que hacer. Edificios grandes, desproporcionados, carísimos y en medio del
desierto.
-Pero en España hemos hecho lo
mismo, edificios enormes sin sentido…
- Ya, pero no en el desierto.
- Alguna de sus obras, como el
Pabellón de España de la Expo de Zaragoza, cumple un poco este cliché de
construcción innecesaria, de gran presupuesto y con el único afán de lucir.
Arquitectura espectáculo podríamos decir. Es un poco contradictorio con lo anterior,
¿no cree?
- Tengo que decir que o me
preguntas otras cosas o se acaba la entrevista.
- Bien, hablemos pues del futuro de la profesión. ¿Cómo lo ve Ud?
- Como ya he dicho, hay que volver a los principios. Pues bien, un buen comienzo es, por ejemplo, apuntarse a una buena universidad como la de Pamplona en la que por cierto, yo doy clase. Una vez sentadas las bases católicas, digo, éticas de la profesión, comenzar a desarrollar la carrera profesional de forma auténtica, al servicio de la sociedad. Y ser humilde, ante todo. Yo muchas veces pienso: ‘Joder, Patxi, no sé cómo eres tan bueno y a la vez tan humilde, ¿cómo lo haces?’ Pues porque abogo por dejar la arquitectura espectáculo. ¿Y sabes por qué? Porque la arquitectura espectáculo está acabada. Si no la acabamos desde una perspectiva ideológica y cultural los arquitectos, la acabará el mercado con la enorme crisis económica que está viniendo. Si dijera yo que hay que hacer una arquitectura más austera o más sobria caería en la trampa de hacer una opción estilística. Hay arquitectos que alguien puede decir que no son muy de Patxi, pero que han aportado cosas extraordinarias.
- Bien, hablemos pues del futuro de la profesión. ¿Cómo lo ve Ud?
- Como ya he dicho, hay que volver a los principios. Pues bien, un buen comienzo es, por ejemplo, apuntarse a una buena universidad como la de Pamplona en la que por cierto, yo doy clase. Una vez sentadas las bases católicas, digo, éticas de la profesión, comenzar a desarrollar la carrera profesional de forma auténtica, al servicio de la sociedad. Y ser humilde, ante todo. Yo muchas veces pienso: ‘Joder, Patxi, no sé cómo eres tan bueno y a la vez tan humilde, ¿cómo lo haces?’ Pues porque abogo por dejar la arquitectura espectáculo. ¿Y sabes por qué? Porque la arquitectura espectáculo está acabada. Si no la acabamos desde una perspectiva ideológica y cultural los arquitectos, la acabará el mercado con la enorme crisis económica que está viniendo. Si dijera yo que hay que hacer una arquitectura más austera o más sobria caería en la trampa de hacer una opción estilística. Hay arquitectos que alguien puede decir que no son muy de Patxi, pero que han aportado cosas extraordinarias.
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