Conocí a Irune en el concierto de Tafalla que llevaba como lema "La Mujer en la Zarzuela", haciendo maravillas con el piano, sola, sin orquesta, sin trampa ni cartón, como es, una joven virtuosa del firmamento musical navarro, que ha salido al extranjero para "doctorarse" en tan difícil profesión. Queremos hoy, a modo de radiografía, dar a conocer sus credenciales, sus sueños de juventud, sus enormes sacrificios.
ESTUDIOS MUSICALES
Nacida en Pamplona, comenzó sus estudios
de piano de la mano de Rosalina Caballín en la Escuela de Música Hilarión
Eslava de Burlada. Accedió al Conservatorio Profesional de Música Pablo
Sarasate donde estudió con Jan Maarten van der Mark. Continuó su formación en
el Conservatorio Superior de Música del País Vasco, Musikene, con los
profesores Ricardo Requejo y Gustavo Díaz-Jerez. Las clases de Maciej Pikulski
e Irini Gaitani le animaron a especializarse en el acompañamiento vocal e
instrumental. Seguidamente fue admitida en el Máster en Lied,
canción española y cançó catalana, Victoria de los Ángeles, en la
Escuela Superior de Música de Cataluña, ESMUC. Allí terminó, con las más altas
calificaciones, sus estudios de especialización con los profesores Josep Surinyac
y Francisco Poyato, becada por la Fundación Victoria de los Ángeles, orientando
definitivamente su carrera profesional a la música vocal.
En la Casa de Cultura de Tafalla año 2019 |
EN BUENAS MANOS
Ha recibido clases de perfeccionamiento
con los profesores Miguel Ituarte y Marta Zabaleta, de música de cámara con
Joanna Brzezinska y Benedikte Palko y ha asistido a clases magistrales
impartidas por prestigiosos profesionales como Lucy Mauro, Ivo Pogorelich,
Burkhart Kering, Wolfram Rieger, Markus Hadulla o Teresa Berganza.
Desde 2011 ha trabajado como correpetidora de varios coros y ha ofrecido conciertos en escenarios como el Baluarte de Pamplona, Auditori de Barcelona, el Ateneu Barcelonés, el Museo Nacional de Arte de Cataluña o el Teatro Victoria Eugenia, de San Sebastián, entre otros. En 2017 fue premiada con una beca para participar como pianista en el curso de ópera organizado por Music Theater Bavaria en Múnich. Por tercer año consecutivo, ha sido seleccionada por la fundación Victoria de los Ángeles para participar en el Festival Life Victoria. Desde diciembre perfecciona sus habilidades como coachcon Stephen Hopkins, pianista, correpetidor y director, en la Ópera Estatal de Viena.
PABLO SARASATE, A LA ALTURA
-¿TU OPINIÓN DEL NIVEL DE ENSEÑANZA DE
LOS CONSERVATORIOS NAVARROS Y PROFESORADO?
-Guardo un buen recuerdo de mi época de
estudiante en el Conservatorio Profesional Pablo Sarasate y también de mis
profesores. Creo que de todos ellos aprendí algo valioso y lo considero un buen
centro.
-¿EXPERIENCIAS PROFESIONALES HASTA LA
FECHA?
-Han estado centradas fundamentalmente
en los recitales de Lied, de entre los que me gustaría destacar dos
de ellos: el primero, uno que di junto a mi compañera de Máster, Anna Ollet, en
el Museo Nacional de Arte de Cataluña, que resultó especialmente emotivo por
poner el broche final a un curso que nos hizo entablar una profunda amistad que
aún hoy mantenemos. El segundo fue un recital de Lied junto
con Ulrike Haller enmarcado en el festival internacional de Lied Life
Victoria que se celebra cada año en Barcelona en honor a Victoria de los
Ángeles. Este recital fue muy especial por varias razones: que el no tan famoso por aquel entonces
presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, estaba sentado en la primera fila
escuchando atentamente (con motivo de la celebración del 30 aniversario de la
emisora de la radio pública Catalunya Música); que fue grabado y retransmitido
tanto en directo como en forma de resumen en los avances informativos de la TV3
de Cataluña durante dos o tres días consecutivos; y no por ello menos
importante, que nueve días antes del concierto me pillé el dedo corazón de la
mano derecha con la puerta de mi casa y, hasta prácticamente el día antes del
concierto, no supe si iba a ser capaz de tocar.
Una actuación un poco distinta de las
demás fue la charla-concierto que di en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia
por el centenario de la muerte del compositor guipuzcoano José María
Usandizaga. Durante la primera parte del evento tuve la oportunidad de exponer
las conclusiones obtenidas de mi trabajo fin de grado, que versaba sobre
algunas de sus obras inéditas, y después las interpreté al piano. La segunda
mitad del concierto corrió por cuenta de algunos de mis compañeros de Musikene,
que prepararon algunas obras de Usandizaga para la ocasión.
-¿POR QUÉ HAS ELEGIDO
VIENA PARA AMPLIAR TU FORMACIÓN: CUENTA CÓMO ES UNA JORNADA ALLÍ Y CÓMO VIVES.
¿RECIBES ALGUNA BECA O AYUDA?
-Al terminar el máster en Barcelona volví
a Pamplona y empecé a estudiar alemán mientras trataba de dar respuesta a esa
pregunta que casi todos nos hacemos en ese momento de la vida: “¿y ahora, qué?”.
Poco después uno de los profesores del máster me reenvió un email de una
organización norteamericana que estaba haciendo audiciones para seleccionar
pianistas colaboradores para un curso de ópera que organiza en Múnich cada año
durante el mes de julio. Fui seleccionada y me otorgaron una beca completa para
asistir al curso. En Múnich conocí, como parte de las actividades del curso, a
Stephen Hopkins, pianista, repertorista y director de orquesta de la ópera
estatal de Viena, quien me invitó a completar allí mi formación. El trato
incluía asistir a los ensayos y funciones de ópera, a sus coachings individuales
y recibir clases privadas. Ser coach de cantantes es la
especialidad a la que me quería dedicar; aprender de la mano de uno de los
mayores expertos del mundo, en la ópera estatal de Viena, era algo que no podía
dejar escapar.
Intenté obtener algún tipo de apoyo
económico para financiarme, pero dado lo extraordinario de la situación no
encontré ninguna convocatoria en la que encajara una propuesta así. Si sigo en
Viena es gracias al esfuerzo de mi familia, al que contribuyo con lo que he ido
ganando con mis recitales. Ahora estoy buscando un trabajo estable para poder prolongar
mi estancia en dicha ciudad, terminar mis estudios de alemán y seguir
disfrutando de todo lo que ofrece esta capital.
Mi organización diaria ha cambiado bastante
porque depende mucho de si hay algún proyecto a la vista o no, de la
planificación de Stephen y de otros factores. Los primeros seis meses, al no
saber cuanto tiempo iba a durar mi estancia, sólo quería exprimir al máximo la
ópera. Todo me resultaba fascinante y tener la oportunidad de participar en los
ensayos con profesionales de la talla de Simon Keenlyside, Juan Diego Flórez,
Irene Theorin o Marco Armiliato ha sido un verdadero lujo. Los días eran más
parecidos entre sí: por la mañana me levantaba temprano, iba a la ópera para
asistir a los ensayos y los coachings de Stephen, volvía a
casa para comer y por la tarde, o bien asistía a la función diaria (gracias a
unas entradas que no se comercializan llamadas Klappsitz, que
significa asiento plegable, del palco imperial de la ópera) o
volvía a los ensayos, dependiendo de la programación. ¡He asistido a más de
cuarenta funciones este año! Después me di cuenta de que si quería trabajar
aquí tenía que dominar cuanto antes el alemán, por lo que empecé a destinar
parte del día a clases y cursos intensivos. Además, cuando hay algún proyecto a
la vista necesito destinar aproximadamente media jornada para estudiar y
prepararlo. Lo único fijo que hay en mi semana es el ensayo de los viernes con
el coro de Stephansdom (la catedral de Viena), con el que colaboro cantando.
-¿TU VISIÓN DE LA MÚSICA COMO PROFESIÓN: PROYECTOS A MEDIO Y LARGO PLAZO?
-Mi visión de la música como profesión
ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Cuando, por primera vez, escuché a mi
profesor decir “podrías ganarte la vida tocando el piano”, seguramente mi edad
me impedía tener una idea de lo que podía significar algo así. Poco a poco he
ido conociendo los entresijos de la vida del pianista y sus distintas
posibilidades, así como mi inclinación natural por algunas de ellas. Con el
tiempo también he descubierto que para dar conciertos, como solista o de
cámara, por ejemplo, no basta con hacerlo bien, hay que tener, sobre todo, una
nutrida red de contactos y ciertas habilidades sociales y comerciales. Esto
hace que en ocasiones me surjan dudas sobre mi orientación profesional, puesto
que esas habilidades nada tienen que ver con la música. No obstante, me
gustaría seguir dando conciertos y compaginarlos con un trabajo como
repertorista de cantantes encoachings privados o en un
conservatorio, preparando las obras con alumnos y profesionales, ayudándoles a
sacar el máximo partido a sus capacidades. Es lo que más me gusta hacer y lo
que me trajo a Viena.
En cuanto a mis proyectos, aparte de alguna
colaboración esporádica con un pequeño coro de Viena, en un concierto de ópera
y zarzuela en formato de trío vocal con piano, ahora mismo estoy preparando un
concierto de música vasca y española con la soprano bermeotarra Amaia Urtiaga,
que esperamos poder ofrecer este verano.
-¿TIENES ÍDOLOS PIANISTAS A IMITAR?
-Aunque pueda parecer extraño no suelo
escuchar música grabada y quizás este sea el motivo por el que mis ídolos no
son los grandes solistas del mundo del piano. Por ejemplo, dos de los pianistas
que más admiro, por su gran capacidad para provocar emociones cuando tocan, son
Stephen Hopkins y Francisco Poyato. Otro pianista que sin duda marcó mi vida
fue Ricardo Requejo que, además de ser un grandísimo pedagogo, me hizo ver la
vida desde una nueva perspectiva y fue un ejemplo a seguir en muchos aspectos.
Aunque los tres son muy diferentes entre sí, lo que los ha convertido en mis
ídolos no es sólo que sean grandes pianistas sino también personas muy especiales.
Recital en el Museo Nacional de Arte de Cataluña con Anna María Ollet año 2016 |
UN FUTURO MUY PROMETEDOR
-¿LO MEJOR QUE HAN DICHO Y ESCRITO DE TI?. CUÁLES SON TUS GUSTOS SOBRE AUTORES PREFERIDOS A LA HORA DE INTERPRETAR?
-Éstas son algunas de las frases que más
me impactaron y guardo en mi corazón:
"Me sienta bien escucharte" (Francisco
Poyato, pianista)
"Me encantaría ser cantante para
que me acompañaras" (Carles Taché, galerista)
"Irune es de esas pianistas que
pone una alfombra roja al cantante" (Ofelia Sala, soprano)
-¿CÓMO TE VES TÚ?
-Siempre resulta difícil definirse a una
misma. Intentaré dar algunas pinceladas: soy muy perfeccionista, lo que es un
arma de doble filo. Por un lado consigo excelentes resultados pero, al mismo
tiempo, me hace sentir que nunca está suficientemente bien. Por
otra parte, a pesar de que la época en la que vivimos lo demanda
constantemente, no soy muy amante de la autopromoción ni del show-business;
soy una persona sencilla y no me gusta demasiado hablar de mí misma, prefiero
que mi trabajo lo haga por mí. Uno de mis rasgos principales es la sensibilidad,
que también tiene cara y cruz porque al mismo tiempo que me permite percibir
pequeños matices apenas perceptibles para otros, hace que determinadas
situaciones me resulten apabullantes y difíciles de manejar.
-¿CUÁLES SON TUS GUSTOS SOBRE AUTORES PREFERIDOS A LA HORA DE INTERPRETAR?
-En cuanto a mis gustos, cuando era
pequeña me encantaba interpretar obras de Chopin y después, de Rachmaninoff.
Hoy en día me gustan composiciones de muchos autores. Ahora mismo me vienen a
la cabeza los conciertos para piano de Mozart, varias piezas de música de
cámara de Weber y Beethoven, algunos Lieder de Schumann,
Schubert, Wolf, Schönberg, Strauss...
UNA ARTISTA ALEGRE Y SENCILLA
-¿CÓMO ES IRUNE EN ZAPATILLAS, FUERA DE LOS ESCENARIOS, LEJOS DE PAMPLONA?
-¿CÓMO ES IRUNE EN ZAPATILLAS, FUERA DE LOS ESCENARIOS, LEJOS DE PAMPLONA?
-Me considero una persona alegre y
divertida a la que le gusta la sencillez. Aunque pueda sonar a tópico realmente
disfruto con las pequeñas cosas de la vida y me gusta aprender constantemente.
He pasado por varias etapas desde que me marché a estudiar a San Sebastián
aunque, en general, me acostumbro pronto a los sitios nuevos y me gusta viajar.
-¿ALGUNA ANÉCDOTA QUE TE HAYA PASADO EN VIENA?
-A los dos o tres días de haberme
instalado en Viena, acudí a uno de los ensayos de Don Giovanni con
el tenor que representaba a Don Ottavio, el regidor y el pianista. Por
necesidades de escena, el regidor me pidió que por favor colaborase
representando a Donna Anna. Ellos hablaban en alemán y yo, que sabía
muy poco por aquel entonces, no entendía casi nada de lo que decían. Allí
estaba, arrodillada en el centro de la escena, abrazada a un cojín que
representaba el pecho de “mi padre”, Il Commendatore, que acababa de morir,
mirando de reojo al regidor que, por señas, me iba indicando lo que tenía que
hacer a cada momento. ¡Vaya cuadro!
-¿CÓMO ES ESE PAÍS, SU GENTE COMPARANDO CON LA DE AQUÍ?
-Viena es para mí una ciudad interesante
por muchos motivos, especialmente por su gran atractivo cultural. Sus
habitantes, a pesar de que los alemanes los consideran un tanto caóticos o
desordenados, son bastante cuadriculados con respecto a nuestra manera de ser.
Son muy educados y cívicos, a la par que fríos y distantes. Si de los navarros
suelen decir que cuesta entrar en nuestros círculos, ¡de los vieneses no te
quiero ni contar! Eso ha hecho que, aunque ya lleve más de un año aquí, no
conozca muy de cerca la vida privada de los austríacos y que mi círculo de
amistades esté formado sobre todo por extranjeros.
SUERTE, IRUNE, ¡Y A TRIUNFAR!
Quédense con su cara que va para figura... |
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